A ocho meses del secuestro de cerca de más de 200 niñas nigerianas –de quienes aún se desconoce su paradero– por parte de la milicia islamista Boko Haram, el grupo extremista volvió a sacudir al país africano.
En diciembre pasado se reportó que el grupo radical raptó a otras 185 mujeres en una aldea del noreste de Nigeria y mató a más de 30 personas, aunque hasta ahora la milicia islámica no se ha adjudicado dicho acto, como ocurrió en abril de 2014.
Mientras que el pasado domingo, según declaraciones de testigos, militantes de Boko Haram atacaron una base militar internacional en la ciudad de Baga (al norte de Nigeria), donde perdieron la vida decenas de soldados y cientos de civiles.
De acuerdo con los reportes de la prensa internacional, los combates del fin de semana duraron varias horas y culminaron con la huida de los soldados que tenían como mandato combatir al grupo que lucha por implantar en Nigeria –país ubicado en el occidente africano– las practicas más extremas y radicales del Islam, como la ley conocida como Sharia.
Según datos oficiales del país, desde el inicio de su insurrección armada (2009) Boko Haram ha matado a cerca de 13 mil personas.
El 14 de abril de 2014 el grupo islamista –cuyo nombre se traduce como “la educación no islámica es pecado”– secuestró a 276 alumnas de entre 14 y 16 años que asistían a la secundaria, de las que 53 lograron escapar y se estima que 223 siguen retenidas.
El hecho provocó la consternación nacional e internacional, y el repudio se acrecentó luego de que una de las jóvenes lograra escapar y narrara que en el cautiverio fueron violadas sexualmente hasta 15 veces al día, y que algunas de ellas habían sido literalmente entregadas a los líderes radicales.
Pasaron dos semanas para que Boko Haram admitiera públicamente (en un video difundido en redes sociales) que era el responsable del secuestro masivo.
El líder del grupo, Abubakar Shekau, justificó el plagio con el argumento de que por “instrucción de Dios” las niñas no debían estar en la escuela sino listas para casarse. Agregó: “Dios me dio la instrucción de que las venda; ellas son de su propiedad y llevaré a cabo sus instrucciones”.
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-
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