Prometieron que Nestora Salgado saldría libre. Una vez más, el gobierno NO cumple #FreeNestora.
La frase directa, contundente inunda las redes sociales, las protestas
y los conciertos en apoyo a la libertad de la líder de la Policía
Comunitaria de Olinalá, Guerrero, Nestora Salgado, quien el 21 de
agosto de 2013 fue detenida ilegalmente y enviada a un penal de alta
seguridad en Nayarit, por arrestar al síndico local, Armando Patrón
Jiménez, que robó ganado y estuvo presuntamente involucrado en el
asesinato de dos ganaderos.
Pese a que dentro de las funciones de la Policía Comunitaria está
el detener a quien o quienes cometan delitos, y juzgarlos a través de
sus usos y costumbres siguiendo la ley estatal de Guerrero 701 y el
artículo 2.A de la Constitución mexicana -en que se garantiza el
derecho de los pueblos indígenas al autogobierno y la autodefensa-, lo
cual incluye la formación de fuerzas policiacas, la acción de arrestar
a Armando Patrón no se le perdonaría a Nestora.
El entonces procurador del estado, Iñaki Blanco Cabrera,
denunció penalmente a la líder de la Policía Comunitaria por privación
de la libertad, sin tomar en cuenta que las detenciones realizadas por
la Policía Comunitaria son legales en el marco de sus funciones.
En marzo de 2014 un juez reconoció que Nestora actuó
legalmente como líder autorizada por las comunidades indígenas, según
refirió Thomas Antkowiak,
director de la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Seattle, quien lidera el litigio
internacional a favor de Nestora.
Sin embargo sigue presa y la promesa del ahora gobernador interino de Guerrero, Rogelio Ortega Ramírez,
de la pronta salida de prisión de la luchadora social, se difumina tal
y como sucedió con Ángel Aguirre quien fungiera hasta el 25 de octubre
como gobernador del estado.
Nestora Salgado quien se convirtiera en el rostro visible de la
policía comunitaria de Olinalá, Guerrero, es originaria de tal
localidad de la cual emigró en 1991 a los 20 años con destino a Estados
Unidos, para volver en 2002 ya siendo ciudadana estadounidense,
nacionalidad que no le valió mucho cuando fue detenida, ya que no se le
permitió hacer una llamada a su consulado.
Tras pasar la mayor parte de su tiempo viviendo entre Renton,
Washington donde vive su esposo, hij@s y niet@s y Olinalá, Guerrero, la
suma de secuestros, asesinatos, crímenes contra la población de Olinalá
por parte de delincuentes cobijados por el mismo gobierno, escaló en
2012, siendo así que el 27 de octubre de ése año se creó el Concejo
Social Olinalteco que organizaría la Policía Comunitaria, donde Nestora
fue electa coordinadora por sus dotes de liderazgo y compromiso con el
pueblo, para defender a los residentes contra el crimen organizado.
Ya el 24 de marzo de 2013 la población de Olinalá constituyó
formalmente la Policía Comunitaria, organizados en la Coordinadora
Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC). En esa ocasión Nestora
Salgado se dirigiría a los habitantes y a los integrantes de la Policía Comunitaria:
detrás de la comunitaria existe el abandono, la pobreza, el desempleo,
el crimen organizado, esa la mano que mece la cuna, no lo que mencionan
medios de comunicación de que existen organizaciones delictivas
financiando los movimientos comunitarios.
A más de un año de la detención de Nestora el aislamiento al
que se ve sujeta lejos de su familia y compañeros de la Policia
Comunitaria sin justificación legal, pese a habérsele retirado los
cargos la convierten en una prisionera política.
En el libro Los Cautiverios de las Mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas,
la feminista Marcela Lagarde señala: el extremo del encierro cautivo
es vivido por las presas, objetivamente reaprisionada por las
instituciones del poder. Sus delitos son atentados que tienen una
impronta genérica específica; su prisión es ejemplar y pedagógica para
las demás.
La presa política es un escarmiento público, funciona como
evidencia del poder del Estado por sobre aquell@s que se rebelan, que
denuncian. Las y los presos políticos son la muestra de que aquellos
rostros visibles de la lucha contra los atropellos del Estado son
castigados, funcionan como herramienta del miedo para que la población
se desorganice, se aísle, tema las represalias y sea controlada.
Es muy cierto que esta estrategia ha funcionado en la gran
mayoría de las ocasiones, sin embargo en muchas otras le ha dado más
fuerza a las movilizaciones ciudadanas contra la violencia del Estado,
siempre que grupos organizados continúan haciendo presión mediante
diversos actos, entre ellos culturales y musicales como el del día de
mañana jueves 8 de enero en el Foro Hilvana donde raperas como Mare
Advertencia Lirika, Batallones Femeninos, Sound Sisters entre otras se
solidarizan con la activista mexicana que se encuentra injustamente
tras las rejas por su pronta liberación.
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