La sombra que persigue a Enrique Peña Nieto en EUA, sigue siendo Ayotzinapa.
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La
verdad es que uno quisiera que estas ‘reuniones de Estado’ entre dos
presidentes de dos países, como son México y Estados Unidos de América,
fueran fructíferas en particular y que el ser vecino de uno de los
países más importantes del planeta tierra tuviera más utilidades y
beneficios para nosotros, que desengaños y quebrantos.
Estados Unidos es un ‘socio’ importante de México. Digamos que en lo
comercial lo es. El comercio bilateral entre ambos es de 506 mil
millones de dólares, según la Secretaría de Economía. Estados Unidos
concentra el 77.6 por ciento del comercio exterior de México; nuestro
país es el tercer lugar en el comercio total de EUA y segundo como
destino de sus exportaciones. Ni más, ni menos. México es un nicho
comercial y de inversiones estadounidenses irrenunciable para ellos.
Pero esa concentración económica-financiera-comercial, nos hace
peligrosamente dependientes de un país al que además de todo esto le
importa, sobre todo, lo político, en lo que tiene que ver con su
seguridad nacional. México es estratégico para ellos y, por lo mismo,
están atentos a lo que aquí ocurre y están sus operarios aquí, no para
cuidarnos, sí para garantizar su seguridad nacional, por encima de
cualquier consideración soberana y harán lo imposible por garantizar
que México no les resulte en un peligro y que aquí las cosas se
resuelvan en sí mismas, sin riesgos para ellos.
En todo caso sí ven peligro en dos vertientes iniciales: la entrada
de enemigos terroristas de EUA a través de nuestra ‘frontera porosa’
del sur, como la llaman, y el que el crimen organizado de México decida
aliarse a terroristas enemigos de Estados Unidos utilizando su fuerza y
la debilidad del gobierno mexicano para controlarlos.
Así que el tema central del viaje del presidente Peña Nieto a
Washington giró en torno a eso: la seguridad, más que la
economía-inversión financiera-comercial. Esto ya está consolidad y
tiene solidez a través de mecanismos establecidos entre ambos países.
Y funciona. El resultado son las cifras que hemos mencionado.
La carta que el gobierno de EUA tiene en la manga de forma
permanente para presionar a México es la de los migrantes. Once
millones de mexicanos legales o ilegales viven en EUA, los mismos que
envían por lo menos 20 mil millones de dólares anuales, en promedio. Un
recurso que es mucho menor al que recibiría México si estos
trabajadores tuvieran en dónde estar-vivir-producir en México. Aun así
están allá y eso es un factor favorable a EUA en sus negociaciones con
México.
Otra carta que tiene en la manga el gobierno estadounidense es el
cuidado de un millón de estadounidenses que viven en México y muchos
más que viajan por negocios, estudios o turismo. A México le exigen
garantías para su seguridad. Y, por supuesto está la carta de los
apoyos que de forma discreta le ha ‘dado’ el gobierno de EUA al
gobierno mexicano en tiempos violentos.
Así que el tema central de la reunión fue el extremo al que se ha
llegado a México. Aun así, hay tiempo para recordar que en mucho las
fallas de estrategia tienen que ver, también, con la interrelación que
existe entre la gente de EUA en México y los operarios de seguridad en
el país. Así que errores de estrategia corresponden a ambos. Lo dijo
Michael Shifter, del grupo Interamerican Dialogue: “El foco tiene que
ser un más efectivo apoyo a México”.
La agenda de la reunión que tuvieron el presidente Obama y el
presidente Enrique Peña Nieto el 2 de mayo de 2013 en la ciudad de
México contenía los mismos tópicos que dice la agenda oficial que se
trataron ahora, aunque en aquella ocasión se agregó el tópico de
“consolidar a América del norte como una región del conocimiento”. A
más de un año ¿cuáles han sido los avances?
En el fondo, desde hace años, las reuniones entre ambos, ya por
visita o a través de la diplomacia, de la línea directa o con mensajes
subrepticios, han tenido como fondo principal el de ‘la asociación
estratégica’, que es decir, el apoyo que EUA brinda al gobierno
mexicano en la lucha anticrimen, antinarco, antiviolencia... Pero a
también está el que sus agentes están en el país como Pedro por su
casa...y se exigen garantías de seguridad para ellos.
No ha pasado mucho tiempo desde que vino a México el ex director de
la CIA y luego secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta,
para ‘poner en orden a las autoridades mexicanas anticrimen’ porque
cada una de ellas ‘jalaba por su lado’ en una lucha interna más feroz
que la que deberían utilizar en contra de la delincuencia criminal.
Y es que ese es precisamente otro caldo de cultivo para la
intromisión estadounidense en México: la desorganización, la falta de
coordinación, el protagonismo de los encargados de la defensa de la
seguridad pública en México. Ese es el gran tema para los
estadounidenses, y mientras ésta falta de estrategias propias y
descoordinación, estimulada o no, ellos estarán aquí, con el
beneplácito del gobierno mexicano y el rechazo social mexicano.
La sombra que persigue a Enrique Peña Nieto en EUA, sigue siendo
Ayotzinapa. De hecho el mismo día que llegó a EUA, el lunes 5 de enero,
miles de manifestantes estadounidenses y mexicanos se expresaron de
forma airada tanto en Washington como en otros estados de la Unión
Americana, hasta hacer 43 estados, que son los 43 normalistas
desaparecidos...
Complicada la relación entre México y EUA, de donde el gobierno
mexicano, debilitado, pide apoyo. ¿Cuál será el costo de este apoyo?...
Los estadounidenses, dicho por ellos mismos, tienen intereses, no
amigos... Así que vámonos a dejar de expectativas de lo que no existirá
y si algo se quiere hacer con la vecindad de México con EUA, será la de
sacar el mejor provecho de ella, para beneficio mexicano. Aunque ellos
no quieran. Esa es una tarea que tiene pendiente el presidente mexicano.
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