Alegatos
Foto: Isaac Esquivel/ Cuartoscuro
Uno de los puntos es crítico: la convicción de que no existió un incendio en las condiciones descritas por el entonces procurador Jesús Murillo Karam.
El GIEI sostiene la imposibilidad material de que los hechos ocurrieran
como son descritos en las averiguaciones. Sus afirmaciones invalidan la
teoría del caso y exhiben la manipulación de hechos. Es decir, que los
estudiantes no pudieron ser calcinados en ese lugar.
A conclusiones similares llegó la semana pasada el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Los peritajes de este grupo también han sido contundentes: no existió un fuego en las condiciones que ha sostenido la PGR. Nuevamente las afirmaciones del expediente carecen de respaldo científico.
Un sector de la población -incluidos líderes de opinión, analistas y
periodistas- descalifica tanto al GIEI como al EAAF por confrontar la
versión del gobierno. Lo hacen a despecho de la trayectoria y
reconocimiento internacional de ambos grupos. Lo hacen también ignorando
(o incluso omitiendo deliberadamente) algunos de los siguientes hechos:
1.- La PGR tiene un problema estructural de confianza
El Informe País Sobre la Calidad de la Ciudadanía en México (INE, 2015) encontró que cuando se trata de investigar delitos, la gente no confía en las autoridades ni para el primer paso: la denuncia.
El informe sostiene que 61% de los mexicanos que fueron víctimas de un
delito o que viven con una víctima del delito no denunciaron; sólo el
39% sí lo hizo. 63% de los mexicano no denunció porque “no sirve de
nada”; 52%, “por falta de confianza en las autoridades”; y 40%, “por
malas experiencias con las autoridades en el pasado.
2.- A la PGR la ha cuestionado el propio Peña Nieto
Eran días de precampaña, pero Peña Nieto ya era el único contendiente
al interior del PRI por la candidatura a la presidencia de la
República. La PGR había anunciado un requerimiento internacional para
localizar a Tomás Yarrington, un exgobernador priista investigado por
narcotráfico en Estados Unidos. En una entrevista, se da el siguiente
diálogo:
-Precandidato que nos pudiera comentar su reacción a esta acusación de la DEA contra el exgobernador Yarrington.
-(…) me parece que esta es una filtración, una especulación que ha
ocurrido en plena campaña electoral (…) Ahora resulta que esta
indagatoria se da -¿hace cuánto fue gobernador?- hace 7 u 8 años, justo
cuando estamos en contienda electoral, lo cual despierta sospecha.
Tiempo después, ya siendo Presidente de la República, Peña Nieto se
vio obligado a comentar sobre el trabajo de la PGR. En esta ocasión
sobre la exoneración de Noé Ramírez Mandujano, ex titular de la entonces
SIEDO que había sido acusado de delincuencia organizada. Según reportó
la prensa, Peña Nieto dijo:
“El Estado mexicano ha aprendido y ha recibido una ‘lección muy
clara’ de que se debe profesionalizar, capacitar y preparar a las
fiscalías, Ministerios Públicos y Policía Investigadora para que su
trabajo dé el soporte debido a cualquier acusación hacia cualquier
persona que esté presumiblemente señalado de haber cometido algún
delito”.
Por cierto, Ramírez Mandujano después de pasar 5 años en prisión fue contratado recientemente por la propia PGR como asesor. Nunca se comprobaron los delitos de los que se le acusó, pero no deja de ser raro.
Más raro resulta que el responsable de su acusación y encarcelamiento sin pruebas, haya sido su exjefe, el entonces procurador Eduardo Medina Mora. Adivinó usted, al mismo que Enrique Peña Nieto hizo ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La PGR en su laberinto.
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