Los dos elementos
que más preocupan a la economía nacional siguen siendo el nivel de los
precios del petróleo y la depreciación del peso respecto al dólar. En
las últimas semanas, parecía que había una leve, muy leve, mejoría
respecto a enero (mes en el cual el dólar rebasó los $19 pesos y el
barril de petróleo se cotizó por debajo de los $19 dólares), ya que el
dólar empezó a rozar los $18 pesos y el precio por barril de petróleo de
exportación parecía que poco a poco repuntaba hacia los $30 dólares.
Pero hasta el momento, todo se ha desvanecido…
Al análisis hecho
respecto al petróleo (tanto su costo de producción, la situación
internacional, las coberturas petroleras contratadas, su impacto sobre
el ingreso nacional, la reestructuración en Pemex) y al dólar (las
consecuencias sobre los precios, el ajuste presupuestal de varias
dependencias, el impacto sobre sectores prioritarios como la salud, la
alimentación y la educación) en “Petróleo, dólar y crisis económica”
(30/01/2016) [1] , habría que añadirle algunos elementos importantes para seguir completando el cuadro.
Para
reanimar los precios del petróleo se vuelve necesaria una disminución
de la producción mundial de este recurso, lo que coloca a los
principales productores de petróleo ante un eventual acuerdo si es que
buscan salir del atolladero. A principios de este mes, se manejó la
posibilidad de un acuerdo entre varios países productores de petróleo de
Medio Oriente, así como Rusia y Venezuela; situación que albergó cierto
optimismo a nivel mundial e incluso provocó una leve alza en los
precios del crudo. “Ya estamos cerca de ponernos de acuerdo” dijo el
presidente venezolano Nicolás Maduro el pasado 31 de enero, haciendo
énfasis en el acuerdo petrolero [2] .
El
posible convenio tenía que sortear a la siempre difícil competencia
capitalista en la cual todos quieren ganar pero nadie quiere ceder; así,
las respuestas fueron cayendo en cascada. “Irak estará de acuerdo y
cooperará SI los productores realmente quieren cooperar para un recorte” dijo el vicepresidente iraquí; Arabia Saudita se abre a negociar “SI todos cooperan”; mientras que la OPEP y Rusia están igualmente en el limbo [3] . Esta es la dificultad de negociar en la competencia capitalista, es decir, todos quieren (acuerdo) pero nadie quiere (ceder).
Por lo pronto sigue sin haber acuerdo, y las existencias de barriles de
petróleo se incrementaron en 4.7 millones en la primera semana de
febrero… La producción sigue aumentando.
En
tanto, la depreciación del peso respecto al dólar no disminuye ni aun
cuando el gobierno mexicano, por conducto del Banco de México y la
Secretaría de Hacienda, ha subastado en las últimas semanas hasta 400 millones de dólares diarios! [4] El
panorama luce alarmante teniendo en cuenta que nuestro país al entrar
de lleno a la lógica y tratados neoliberales, ha dejado prácticamente en
manos del mercado su política monetaria, lo que en tiempos críticos,
como los actuales, se tiene un nulo control sobre el vaivén del tipo de
cambio por más que el Banco de México intente frenarlo con subastas de
dólares que se tienen en las reservas internacionales. “Aunque
subastaran todas las reservas no detendrían el flujo del mercado
cambiario, porque para empezar ni siquiera el tipo de cambio se
determina en México…. Las subastas no están deteniendo la volatilidad”
señalo la directora del Banco Base, Gabriela Siller [5] ; lo que pone de manifiesto que nuestras barreras contra la depreciación del peso son prácticamente nulas.
Así,
al 12 de febrero del 2016 (mientras el Papa Francisco llegaba a tierras
aztecas) el precio por barril de petróleo se colocaba en $22.08 dólares, mientras que el dólar tenía un precio de $19.50 pesos. Situación verdaderamente alarmante.
Ante esta situación, la merma en los ingresos nacionales ha tenido que ser cubierta de varias formas, en un primer momento el gobierno federal ha recurrido a la deuda. Tan sólo en los últimos 24 meses (enero de 2014 a 2016) la deuda del sector público se incrementó en 52.4%!! Simplemente una brutalidad. Ahora la deuda neta, es decir, sin contar intereses, representa 43.2% del PIB; y la deuda total, incluyendo los intereses, pasó de representar 37.7% del PIB en 2012 a 45.7% al inicio de 2016. Todos
los aspectos de la deuda pública crecieron: De 2015 a 2016 crecieron
los intereses (14.8%), la deuda del gobierno federal (8.2%), la de Pemex
y CFE (54.1%); de diciembre de 2012 a 2015 lo hizo la deuda interna
(42.7%) y la deuda externa (32.8%) [6] .
“Los
movimientos en el tipo de cambio tienen un efecto marginal en el tamaño
de la deuda” dijo Luis Videgaray, haciendo referencia a que la
depreciación no tendrá ningún impacto sobre el aumento de la deuda. Pero
los últimos informes de la SHCP afirman que la depreciación del peso en el último año generó que la deuda externa se elevara el equivalente al 1.8% del PIB nacional!!!. [7]
Así, teniendo en cuenta que el promedio del crecimiento económico en
los tres primeros años de Peña Nieto ha sido de 1.9%, significa que el
crecimiento de un año prácticamente ha sido para pagar el aumento de la
deuda externa (1.8%). Es decir, el crecimiento de un año se borra de un
plumazo por la depreciación; lo bueno es que el tipo de cambio “tiene un
efecto marginal en el tamaño de la deuda”…
El incremento de la
deuda ha sido y seguirá siendo una constante mientras no haya un aumento
en los ingresos, pero mantener a una economía con deuda sobre deuda
tendrá que colapsar en algún momento; en la misma línea se encuentra el
crédito. La tendencia hacia esta situación se ha venido mostrando en los
niveles de morosidad, en donde el SAT señala que hubo un crecimiento en este aspecto de 15% respecto a 2015 (63 mil 700 millones de pesos); del total de la morosidad, 8 de cada 10 pesos son del sector empresarial; y finalmente se menciona que el 35.7% de los adeudos son catalogados como “baja probabilidad de cobro” [8] .
En
concreto, no solamente aumenta de manera exponencial la deuda como
medida para contrarrestar los bajos ingresos y seguir manteniendo el
gasto y consumo en niveles normales, sino que está aumentando la
tendencia a no pagar las deudas, en donde uno de cada tres pesos que se deben son prácticamente irrecuperables.
Una economía basada en el crédito y la deuda tiene límites, y a cada
paso dado por ello aumenta inevitablemente el riesgo del nulo pago de
los mismos; la morosidad fue el elemento más visible de la crisis
económica de 2007, y nuevamente hay visos de transitar por un camino
similar.
Estos elementos han provocado a su vez un panorama y
ambiente de mucha incertidumbre económica, lo que en general no le
agrada nada al sector financiero. “Tenemos una volatilidad similar a la
de 2008” señala Gabriela Siller, y aunado al leve incremento de las
tasas de interés en EUA, provocó que tan sólo en enero de este año salieran
6,173 millones de dólares de capital extranjero de la Bolsa Mexicana de
Valores (BMV); una caída de 4.6%, lo que colocó a la Bolsa en su nivel
más bajo desde 2011. [9]
El
cóctel económico que se ha ido formando parece ser muy explosivo;
teniendo en cuenta la mengua en los petroprecios, la depreciación del
dólar, el aumento de la deuda, el crecimiento de la morosidad y la
salida significativa de capitales extranjeros en enero pasado, son
elementos que ayudan a trazar una radiografía actual de la economía
nacional. Una economía que está endeble, que es muy vulnerable y que sus
perspectivas de crecimiento siguen siendo pobres.
El Banco de
México recortó la previsión de crecimiento para 2016 de la economía
mexicana, al colocarla de 2.8% a 2.7%; a su vez, el Bank of America y
Merryll Lynch hicieron lo propio al bajar la previsión de 2.5% a 2.25% [10] .
Como ya es costumbre desde hace algunos años, cada mes hay un nuevo
ajuste hacia la baja del crecimiento económico de México; enero de este
año no fue la excepción.
Entonces, ¿cuál ha sido la actitud del
gobierno mexicano frente a tal escenario? Sencillo. La solución ante tal
problema es la misma que han aplicado al menos desde hace 30 años:
poner en marcha la maquinaria del tijeretazo. El gobierno federal ya
anunció que se realizará un “ajuste preventivo” del gasto para 2017,
y aunque aún no se define la magnitud, todo indica que tendrá que ser
mínimamente del mismo tamaño del golpe económico recibido; es decir,
inmenso.
El gobierno anunció, por medio de Luis Videgaray, que el
ajuste preventivo incluirá un recorte al gasto en 2017, un ajuste
financiero a Pemex y la contratación, nuevamente, de coberturas
petroleras. Si bien sólo se ha delineado esta estrategia de manera
general, en el primer punto ya se anunció que uno de los aspectos será “el recorte de unos 25 mil empleados públicos (15 mil en el gobierno federal y 10 mil en Pemex);
en lo que consta al segundo punto, además de los 10 mil despidos
mencionados, se está preparando la modificación en el régimen de
pensiones y contratos individuales. “Creemos que debe haber un ajuste en
el gasto público, primero en Pemex [11] ” señaló Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.
En
lo que concierne a Pemex, y que podrá ser el modelo de “ajuste” para
aplicarlo al resto de los sectores, es importante señalar algunos
puntos. En 2015, en donde también se anunció el famoso “ajuste
preventivo”, se le recortaron a Pemex 62 mil millones de pesos, lo que representó el 50% del total del recorte federal! Y aunque no se sabe la magnitud del ajuste preventivo actual, el propuesto el año pasado para el presupuesto de 2016 planteó un recorte de 135 mil millones de pesos [12] . Esas cifras, tanto la de Pemex como la del presupuesto federal en su conjunto, fueron hechas SIN tener en cuenta el panorama actual, el cual es peor que el que se tenía el año pasado.
“El gobierno seguirá trabajando para cuidar la estabilidad macroeconómica y asegurar un manejo responsable de las finanzas públicas”
dijo el presidente Peña Nieto. El mensaje es claro: el objetivo no es
sanar a la población, sino las “finanzas públicas”; no es cuidar la
estabilidad de las familias, sino la “estabilidad macroeconómica”. A
pesar del anuncio de recortes planteado por el propio gobierno federal
en varias instancias, así como el recorte de inversiones principalmente
en Pemex, Peña Nieto sostuvo que todo esto es para generar “más
inversiones y empleos”. O sea, que se plantea invertir recortando, y
generar empleos despidiendo. Vaya estrategia… En el mismo tenor, se
catalogó a estas medidas como “acciones responsables” que son “señal de
confianza entre nosotros y ante el mundo entero”. [13]
Con
esta última afirmación quedó de manifiesto cuál es el objetivo del
gobierno mexicano: asegurar las mejores condiciones a los capitales
nacionales o extranjeros (“entre nosotros y ante el mundo entero” dijo)
para que sigan generando ganancias a costa de una mayor explotación de
los trabajadores.
No es casualidad que ante una avalancha económica América Móvil, uno de los grandes imperios de Carlos Slim, haya aumentado 6 veces sus ganancias tan sólo en el último año! [14] , De la misma manera, la
banca comercial en México obtiene ganancias diarias de $275 millones al
día, al mismo tiempo que la pobreza alcanza al 53.2% de la población! [15] En el mismo tenor, BBVA-Bancomer incrementó sus ganancias en México en 11.2% respecto al año pasado, además de que la filial en nuestro país aportó casi la mitad de sus ganancias a nivel mundial (46%); [16]
mientras que por otro lado, el hambre se no se apiada de los millones
de mexicanos que no pueden obtener siquiera un kilo de tortilla por
estar a un nivel inalcanzable de $20 pesos.
Esa es nuestra
realidad. Un capitalismo que pareciera venirse abajo pero para poder
salir a flote va jalando y ahogando a millones de trabajadores. El
“ajuste preventivo” es la forma en que el capital quiere reestructurarse
para seguir succionando la riqueza que produce la población, es el
medio por el cuál ajustará la explotación, el saqueo y el despojo;
indispensables para el funcionamiento del sistema. Pero al igual que el
capital encuentra maneras de seguir renovándose y reestructurándose,
nosotros como clases explotadas tenemos que seguir encontrando nuevas
formas de hacerle frente en los diversos escenarios. Tal es nuestra
tarea inmediata, pues el capitalismo, por más que se enrede en sus
propias contradicciones y se encuentre débil, jamás será capaz de
ahogarse por sí mismo, esa cuestión dependerá completamente de las
luchas que emprendamos para poder derrocarlo, dependerá de nuestra lucha
social y colectiva. Al fin y al cabo, como diría un Eduardo uruguayo,
somos lo que hacemos para cambiar lo que somos…
[2] Reuters. “Cerca, acuerdo para estabilizar precios de petróleo: Venezuela”. La Jornada. Economía. 31 de enero del 2016. Pp. 20.
[3] Reuters. “Arabia Saudita se abre a negociar sobre petróleo si todos cooperan”. La Jornada. Economía. 2 de febrero del 2016. Pp. 21.
[4] González, Roberto. “Subastas de divisas son insuficientes ante el ataque especulativo: analista”. La Jornada. Economía. 12 de febrero del 2016. Pp. 32.
[5] González, Roberto. “Subastas de divisas son insuficientes ante el ataque especulativo: analista”. La Jornada. Economía. 12 de febrero del 2016. Pp. 32.
[6] González, Susana. “Se gastan $408 mil millones sólo en intereses de la deuda pública”. La Jornada. Economía. 1 de febrero del 2016. Pp. 22.
[7] Rodríguez, Israel. “Se disparan los compromisos de deuda del gobierno, equivalen a 45.7% del PIB”. La Jornada. Economía. 31 de enero del 2016. Pp. 21.
[8] Cardoso, Víctor. “Suben 15% los adeudos con el fisco de contribuyentes morosos”. La Jornada. Economía. 2 de febrero del 2016. Pp. 18.
[9] Cardoso, Víctor. “Salieron más de 6 mil mdd de la bolsa; no se resiente fuga de capitales: ABM”. La Jornada. Economía. 11 de febrero del 2016. Pp. 26.
[10] Cardoso, Víctor. “Analistas privados bajan de 2.8 a 2.7% el pronóstico de crecimiento: BdeM”. La Jornada. Economía. 3 de febrero del 2016. Pp. 20.
[11] Muñoz, Patricia. “Ajuste preventivo del gasto para enfrentar 2017, anuncia Videgaray”. La Jornada. Economía. 9 de febrero del 2016. Pp. 22.
[12] Cardoso, Víctor. “González Anaya entra a Pemex con la tarea nada fácil de sanear finanzas”. La Jornada. Economía. 10 de febrero del 2016. Pp. 22.
[13] González, Roberto. “Tras otro recorte del gasto, “se cuidará la estabilidad macroeconómica”: Peña Nieto”. La Jornada. Economía. 10 de febrero. Pp.23.
[14] Afp. “Ingresos de América Móvil suben a $231 mil millones en el cuarto trimestre”. La Jornada. Economía. 10 de febrero del 2016. Pp. 23.
[15] Fernández-Vega, Carlos. “México SA”. La Jornada. Opinión. 4 de febrero del 2016. Pp. 24.
[16] González, Roberto. “Obtuvo BBVA Bancomer ganancias por 34 mil 485 millones de pesos en 2015”. La Jornada. Economía. 4 de febrero del 2016. Pp. 25.
Eduardo Peralta Villegas. Facultad de Economía, UNAM.
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