Carlos Fazio
Periódico La Jornada
El 9 de febrero, el
Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que actúa como perito
externo en la investigación de los hechos de Iguala a petición de los
familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, presentó
un dictamen que cuestiona la
verdad históricadel ex procurador general de la República Jesús Murillo Karam. A partir de evidencias de diferentes tipos, el peritaje del EAAF resultó complementario del informe presentado en septiembre de 2015 por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El dictamen del EAAF se refiere a los resultados alcanzados
exclusivamente sobre el basurero de Cocula, y concluye que a partir de
un examen multidisciplinario −que incluyó a especialistas en dinámica
del fuego, antropología, arqueología, criminalística, balística,
botánica, entomología, odontología, anatomía, genética y analistas de
imágenes satelitales y fotografías− no existen evidencias ni indicios
científicos que permitan determinar que los 43 estudiantes fueron
ejecutados e incinerados allí la noche del 26 para el 27 de septiembre
de 2014. En opinión de los expertos tampoco existen, por el momento,
elementos científicos suficientes para vincular los restos hallados en
el basurero de Cocula con aquellos recuperados, según la Procuraduría
General de la República, en una bolsa presuntamente encontrada por buzos
de la Marina en el río San Juan (en ausencia de los peritos del EAAF),
de donde proviene la única identificación positiva hasta la fecha de uno
de los normalistas: Alexander Mora Venancio.
A partir de la evidencia física recogida de manera conjunta por los
peritos de la PGR y el EAAF en el basurero, la coexistencia y mezcla de
dientes y restos óseos humanos carbonizados o calcinados, sugiere una
multiplicidad de eventos de fuego o incineración y/o alteración o manipulación de dichos restos dentro del sitio. El EAAF descarta que los restos quemados pertenezcan a los normalistas, y dice que el hallazgo abona la posibilidad de considerar el basurero de Cocula
un sitio relativamente habitual de quema de restos humanos.
Sobre la identificación de Alexander Mora a partir del perfil
genético de ADN nuclear que obtuvo el laboratorio de la Universidad de
Innsbruck, el EAAF destaca que se trató de una muestra
particularmente inusualen relación con la
totalidadde los restos recuperados en el basurero de Cocula y en la bolsa con cenizas supuestamente hallada en el río San Juan, en cuanto a su tamaño (4.5 por 5.5 centímetros aproximadamente), que presentaba además muy poca alteración térmica. Al presentar el informe, Mercedes Doretti, pionera en la aplicación de las disciplinas forenses al servicio de la justicia, dijo que en torno a la presunta recuperación de la bolsa del río San Juan nunca se le dieron a su equipo las
cadenas de custodia originalesque certificaran quién la encontró y dónde exactamente, por lo que resulta imposible conocer el
origen de esa evidenciay si fue
manipulada. En la averiguación previa no aparece el nombre del marino que hizo el
hallazgoy ahora la PGR dice que está
muerto.
Otro punto controversial tiene que ver con la
evidencia balística(casquillos, cartuchos, fragmentos de proyectiles) encontrada en el basurero. El informe destaca
irregularidades en la recolecciónde dicha evidencia (132 casquillos en total), y recuerda que tras la actividad conjunta de los peritos de la PGR y el EAAF entre el 27 de octubre y el 6 de noviembre de 2014, peritos de la PGR y la Seido realizaron otra diligencia el 15 de noviembre −cuando el basurero se hallaba sin custodia desde hacía varios días− sin avisar ni invitar al EAAF. Fue en tales circunstancias que la PGR
encontró41 casquillos en una zona ya inspeccionada por los peritos de la PGR y el EAAF, que era de uso continuo por ambos equipos para el ascenso y descenso en el área de trabajo. Con el agravante de que al ser
halladosamontonados todos juntos entre dos piedras, quedó en evidencia que su ubicación no fue
producto de la disposición que debería darse al ser eyectados o extraídos de un arma de fuego disparada en el lugar, sino que fueron colocados por alguna persona.
Además, los expertos del EAAF encontraron flagrantes contradicciones
entre las declaraciones de los inculpados por la PGR y la evidencia
balística recogida. Los imputados dijeron que utilizaron armas cortas
(principalmente calibres 9 mm y .38 súper) y por defecto 7.62 mm en
alusión a los cuernos de chivo (AK-47). Pero la evidencia
recogida en el lugar indica que las armas representadas obedecerían a
fusiles de asalto calibre .223/5.56 (73 casquillos) y armas calibre
.22LR (43 casquillos), ambas preferidas de las fuerzas militares de
élite y los servicios de inteligencia (OTAN, Mossad, CIA, MI6). De las
39 armas de fuego individualizadas en el análisis, sólo 4 son
consistentes con los testimonios de los inculpados, pero las restantes
35 (la mayoría) no son consistentes con las que declararon que portaban
esa noche. Además, el
hallazgode 43 casquillos calibre .22LR tampoco es consistente con la información de los inculpados que consta en la averiguación previa PGR/Seido/Ueidms/871/2014. En síntesis, los calibres más representativos recuperados son .223R/5.56 (55 por ciento) y .22LR (32 por ciento), pero esos dos calibres no fueron mencionados por los presuntos asesinos de los normalistas y representan 87 por ciento de los casquillos hallados.
Según Miguel Nieva, experto en criminalística del EAAF con una especialidad en balística, el gobierno mexicano
no ha jugado con las reglas de juegopropias de una investigación apegada a las normas procesales. Dijo:
Hay muchas irregularidades que en México se tienen como normalizadas y son ya parte del sistema. En buen romance, como derivó a partir de la experiencia histórica su entrevistadora, Blanche Petrich, en La Jornada, la muestra ósea de Alexander Mora y los casquillos pudieron ser…
semb
rados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario