"La lectura bastante
miope del gobierno, es que no ha visto en esto una oportunidad, sino una
amenaza a su legitimidad o popularidad electoral", dijo.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, participó el martes en la sesión especial en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, donde propuso un decálogo para atender el flagelo de las drogas.
Sobre ello, Jorge Hernández Tinajero, politólogo y
presidente del colectivo por una Política Integral hacia las Drogas,
dijo que “este gobierno carece de idea una idea concreta de qué hacer
con las drogas, por una parte está claro que se agotó el discurso de ser
duros contra las drogas, de tener toda la fuerza del Estado para
detener el mal que significan las drogas”.
En entrevista para Aristegui CNN, señaló que ahora se encuentran en “un territorio desconocido para ellos,
en el que claramente el presidente no se siente nada cómodo, de hecho
la duda sobre asistir o no a la ONU, habla sobre ello, y después en
parte de su discurso recurre a lugares comunes, no introduce un lenguaje
nuevo en la materia, muchos de los temas que platicó, se han comentado
durante mucho tiempo en la retórica internacional de las drogas”.
“Siempre se habla de que las drogas son asunto de salud pública, y en realidad no es así,
no en América Latina, no en Estados Unidos, en donde tienen la mayor
población carcelaria del mundo de usuarios de drogas”, refirió.
Recalcó que el presidente Enrique Peña Nieto, “no lo tiene claro,
todavía es muy pronto para saber realmente cuál va a ser su posición, ha
dicho personalmente que él está en contra. Cuando, por ejemplo, estaba
hablando de discriminalizar, aquí no ha pasado nada de eso,
habla de elevar los montos de posesión como una medida de
discriminalización, pero si entendieran un poco más a fondo ese asunto,
se darían cuenta que el sistema de umbrales funciona muy deficientemente
en nuestra sociedad”.
Pero “el ejercicio de la ley se centra en los más débiles,
son los usuarios, los muy pequeños traficantes, mujeres, responsables
de una familia que tienen que contrabandear droga en algunas ocasiones,
es ahí cuando la ley se ensaña, y no donde está el gran negocio”.
Por lo que consideró que “no ha propuesto ningún cambio de fondo,
obvió por completo hablar de la determinación de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN), que es importantisíma, no lo aludió, y es
una decisión central”.
Lo anterior, en referencia a la decisión de la SCJN de otorgarle a
cuatro personas la autorización para consumir mariguana de forma
recreativa, “es una sentencia para presumir en el mundo, y no habló de ello”.
“Había mucha materia para hablar de lo que ha estado
pasando en México, no solamente de los foros de la mariguana, sino la
Suprema Corte y muy importante, un acto de su gobierno, realmente
notable y positivo, la instalación de un nuevo sistema de cuidados
paleativos”.
Peña Nieto no habló tampoco de ello, y se dedicó a “desarrollar
tesis que han sido desarrolladas largamente, por ejemplo el desarrollo
alternativo… no menciona siquiera el tema de la mariguana”.
“Más significativo fue su discurso por las ausencias que por lo que dijo“, aseveró Hernández.
Dijo que está “esperando a ver qué dice el jueves” el presidente Peña, pero el foro de Naciones Unidas “le representaba un liderazgo internacional,
México convocó a esa reunión, era de los pocos jefes de Estado que
estaban ahí, era el momento para decir ‘esto tiene que cambiar’. Yo no
conozco a políticos que desaprovechen así las oportunidades”.
La oportunidad de estar en ese foro, Peña “la desperdició,
no entendieron que ahí había una oportunidad de liderazgo internacional
y que el margen de maniobra que tenemos ahora en política de drogas es
inédito en la historia, desde que comienzan las convenciones. Tenemos la
autoridad moral para hablar de lo que la ONU llama las consecuencias no
intencionales del sistema de control”.
Perdió la oportunidad de decir “que las cosas se pueden hacer mejor,
que México está estudiando sus alternativas, que las cosas han cambiado
en el contexto internacional, que entendemos que aún con el poco margen
de maniobra que dejan los tratados, hay posibilidades de ensayar, de
instrumentar nuevas políticas que realmente se centren en los derechos
humanos, en la salud, y no en el castigo”.
“El primer paso es de manera efectiva, es separar el mundo del consumo, del mundo del tráfico.
Los consumidores deben ser consideradas personas con derechos… el
cultivo privado, sin fines de comercio, ese es el camino”, indicó.
“No solamente se trata de mariguana, en este momento
estamos hablando de regular mariguana porque tiene características
especiales, es la droga lícita más popular… es un buen principio. Pero
una manera efectiva de separar el mundo del consumo, del mundo del
tráfico es eliminar la posesión de todo tipo de drogas cuando estas no
tienen fines de comercio”, expuso.
La cantidad que sea “siempre y cuando no tengan fines de comercio“, señaló.
“Mientras no exista comercio, publicidad y se mantenga entre mayores de edad, me parece que los individuos tenemos derecho”, comentó.
Y recalcó que “el criminalizar todo ha resultado mucho peor”.
Destacó que lo que quedó claro en la reunión de Naciones Unidas es que “no hay consenso“, en este tema.
“Las sociedades están viendo que les resulta mucho más caro mantener una política de control
draconiano sobre las drogas, que les implica no solo un gasto de
recursos terrible, sino una gran cantidad de encarcelamientos”, opinó.
También dijo que “algo tenía que cambiar, si las Naciones Unidas no quieren verlo, allá las Naciones Unidas”.
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