Miguel Concha
Este 2018 México acude a la cita sexenal
de las elecciones, cuando como país enfrentamos un clima de tremenda
inestabilidad política y de brumas publicitarias que nos impiden conocer
y ver con más certeza lo que nos deparan los próximos meses. Las
campañas electorales arrancaron el pasado fin de semana, y hasta ahora
la vorágine de información comienza a fluir de tal forma que, con el
paso de los días, existen ya elementos y contenido sustancial. Se sabe
ya incluso de algunas irregularidades que permiten observar la forma y
comportamiento en que se van y podrían seguirse desarrollando estas
elecciones.
En medio de esta coyuntura, también contamos sin duda con
incertidumbres acerca de cómo las instituciones encargadas de garantizar
el ejercicio de derechos políticos, como el voto, querrán o no
garantizar y aferrase a principios rectores constitucionales, como la
certeza, la legalidad, la independencia, la imparcialidad y la
objetividad. Es decir, una actuación sin filias ni fobias, oportuna,
transparente y contundente, como corresponde a órganos de Estado –no de
gobierno, que son– y un proceso electoral legítimo que nos saque al paso
este año, sin tener que lamentar violencia y violaciones a derechos
humanos. Como algunas y algunos han sentenciado con mucha razón, lo
contrario comprometería aún más en los próximos comicios del primero de
julio la armonía y desarrollo de una sociedad que debiera resolver este
acontecimiento por la vía más justa y democrática. La urgencia de actuar
como sociedad civil en estos tiempos electorales se impone por la poca
credibilidad y legitimidad que se ha observado en los años recientes en
las elecciones sexenales e intermedias, y en varios estados de la
República.
Esto ha generado en la sociedad un sentimiento de desconfianza frente
a las instituciones creadas por el Estado para garantizar procesos
electorales que fortalezcan la democracia real y efectiva en México. En
este contexto, el pasado 21 de marzo se dio a conocer la creación de la
Red Universitaria y Ciudadana por la Democracia (RUCD), conformada por
personas académicas de distintas universidades y organizaciones civiles
nacionales e internacionales que, conforme a su declaratoria inicial,
tiene entre sus objetivos el
ser un espacio abierto y plural de articulación, divulgación y acción en favor de la democracia en México. La RUCD pretende convocar a
todas y todos los mexicanos, y a las y los ciudadanos del mundo solidarios con el pueblo mexicano a que se registren desde ahora como observadores electorales y articulen sus esfuerzos con esta nueva iniciativa. Esta articulación y esfuerzo plural, al que se invita a adherirse a más personas universitarias y ciudadanas, cuenta con el acompañamiento de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que mediante su Programa Universitario Diálogos por la Democracia ha sido fundamental para su constitución.
Es importante decir que en estas elecciones 2018 el tema de la
observación electoral se convierte en un ejercicio cívico y político que
ayuda por un lado a prevenir un posible fraude. Con ello estaremos
también generando un efecto inhibitorio y disuasivo que busque evitar
que de manera desviada se use el sistema electoral y se utilice para
proteger los intereses de unos cuantos, en lugar de que se respete la
decisión popular que directamente surja de las urnas.
Asimismo, la participación y observación en el contexto de las
elecciones es un importante proceso pedagógico en el que aprendemos
cómo funciona el sistema electoral y cómo se hacen ejercicios de
derechos humanos –en este caso políticos– al tiempo que la sociedad se
apropia de una vía para consolidar la democracia. Es decir, con la
participación en las elecciones se ciudadaniza también el sistema
electoral, y, en el caso de que se respete la ley –como debiera ser–
podría incluso legitimarse entre la población, de tal forma que se
convierta en una verdadera opción para contar con una sociedad más justa
y digna.
Con este esfuerzo ciudadano se pretende movilizar a una amplia red de
personas observadoras electorales ciudadanas, nacionales e
internacionales, para cubrir la mayor cantidad posible de casillas tanto
el día de la elección como durante los conteos distritales del 4 y 5 de
julio. Por otro lado, se pretende también denunciar de manera
sistemática y rigurosa ante instituciones nacionales e internacionales, y
medios de comunicación, toda violación a derechos que se comentan
durante el proceso, así como dialogar y ayudar en la articulación entre
las diferentes iniciativas ciudadanas existentes, o en proceso de
construcción, en favor de la celebración de elecciones libres, limpias y
dignas en México.
La Red está integrada hasta ahora por más de 170 personas firmantes
de 77 diferentes universidades y 12 organizaciones de la sociedad civil
provenientes ambas de 13 países en Europa y las Américas. En ella se
comparte la preocupación por el estado precario de la democracia
mexicana y la crisis de credibilidad en la que se encuentran las
instituciones electorales. Mediante un comunicado que se ha ya publicado
en seis lenguas (https://bit.ly/2q3Dmd8)
la articulación señala claramente que las irregularidades y la poca
legitimidad de determinados procesos electorales en la historia de
México, han evidenciado que en el país existen
muchos actores que todavía no han asumido plenamente las reglas del juego democrático. Queda sumarnos a esta Red y a otros esfuerzos ciudadanos que ahora impulsan importantes procesos de incidencia, observación y participación en los próximos comicios. Para la situación que enfrenta el país, no es poco continuar organizándonos en esta etapa electoral y defender nuestros derechos. Para mayores informes, dirigirse a Valentina Melgar Bermúdez en el siguiente correo:
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