AMLO y una nueva Constitución
Tal vez a fin de sexenio
Disculpas a Calderón
Vázquez Mota y los migrantes
Aunque defendió en Querétaro que
la Constitución no ha muerto, el presidente Andrés Manuel López Obrador esbozó una idea que genera escalofrío en sus adversarios más acérrimos: convocar a finales del actual sexenio a una asamblea constituyente para elaborar una nueva Carta Magna que dé cuerpo normativo supremo a las hechuras de lo que se denomina la Cuarta Transformación.
Como suele suceder con el habilidoso político tabasqueño, la
introducción del espinoso tema a la discusión pública se hizo de manera
tangencial, aparentemente imprecisa, aspiracional. Alonso Urrutia y
Néstor Jiménez, enviados de La Jornada a la ceremonia queretana
de conmemoración de los 102 años de vida de una Constitución sometida a
profunda cirugía plástica, reportaron que “López Obrador no descartó
que a futuro se pueda promover la elaboración de una nueva Constitución,
porque la actual ya ‘está muy parchada, muy remendada’”. Sin embargo,
dejó entrever que esta determinación corresponderá a las nuevas
generaciones. Dijo que si bien su gobierno busca una nueva
transformación, a la que correspondería una nueva Constitución, como ha
sucedido con las de 1824, 1857 y 1917, asociadas a la Independencia,
Reforma y la Revolución, por ahora no hay condiciones y por el momento
hay tareas más importantes.
El enunciado de un nuevo constitucionalismo federal es uno de los
fantasmas que teme la élite de los derrotados por el obradorismo. Ya
bastantes pesadillas y sufrimientos tienen esos derrotados al ver el
contundente relevo de la clase política dominada por el PRI y el PAN, la
pérdida del control en la silla presidencial, las cámaras federales y
varios congresos estatales, gubernaturas y presidencias municipales de
ciudades importantes, el evidente avance obradorista en el control de
instituciones
autónomasy el poder faltante, el Judicial, y ahora tendrán para fin de sexenio la probabilidad de que la nueva estructura morenista de poder (político, empresarial y militar) sea institucionalizada y elevada a categoría constitucional (con una promesa de asamblea constituyente que sería una bandera electoral del obradorismo para los comicios generales de 2024).
Por lo pronto, ayer el tabasqueño cuasi chiapaneco desmontó el riesgo
de una confrontación creciente con Felipe Calderón Hinojosa, a quien
había incluido en una ennumeración genérica de políticos del pasado que
habrían cometido actos de corrupción, conflicto de interés y tráfico de
influencia. Prefirió AMLO ofrecerle disculpas al ex panista michoacano
(se pueden usar ambos giros: ofrecer o solicitar disculpas, entendiendo
en los dos casos que lo que se busca es disculparse), luego que éste
había amagado con buscar diálogo con López Obrador en una oficina
privada de Palacio, en un estudio de televisión o presentándose en La
Mañanera. Calderón resultó fortalecido en este incidente, a pesar de que
abundantes pruebas hay de que durante su administración se cometieron
suficientes irregularidades graves en favor de Iberdrola y sus firmas
asociadas, a alguna de las cuales luego Calderón se sumó en calidad de
consejero, cual si hubiera sido un pago por favores recibidos por esas
empresas.
El fuego oratorio disparado desde La Mañanera alcanzó ayer a Josefina
Vázquez Mota, a quien el político de Macuspana mencionó como
destinataria de fondos federales durante el peñismo para repartirlos
discrecionalmente entre migrantes. El dardo andresino tuvo como telón de
fondo que la exigua ex candidata presidencial panista pretendió
potenciar las protestas de madres de familia y ciudadanos contra el
recorte presupuestal a estancias infantiles.
López Obrador recordó el episodio de la guardería infantil ABC, de
Hermosillo, Sonora, y mencionó, sin entrar en detalles, la entrega
durante el peñismo de fondos públicos a la panista Vázquez Mota. Esta
columna recuerda que fueron más de mil millones de pesos suministrados
para que ella los repartiera a su triangulado saber y entender entre
migrantes mexicanos en Estados Unidos a los que hubiera resultado más
fácil y natural que el gobierno mexicano atendiera directamente.
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