Días atrás lo adelantó,
de forma enunciativa, el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, pero
todo indica que el asunto va en serio, pues el propio presidente López
Obrador se comprometió a fortalecer financieramente a Petróleos
Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad, y en el caso concreto
de la primera de esas empresas
no va a haber disminución en inversión; tendrá muchos recursos; habrá medidas extraordinarias.
Entre ellas destaca la reducción de la descomunal carga fiscal a la
que Pemex está obligada, que en no pocas ocasiones se traduce en casi
100 por ciento de su rendimiento, de tal suerte que para cumplir con
Hacienda la empresa se queda, en la práctica, financieramente desnuda y
al borde de la asfixia. Paralelamente se fortalecerá a la CFE, algo que
nada mal le caerá.
López Obrador lo resumió así: “la Secretaría de Hacienda le ha
quitado históricamente demasiados derechos e impuestos a Petróleos
Mexicanos; es de las empresas que más pagan impuestos en el mundo.
Entonces, vamos a dejarles recursos suficientes para que podamos
recuperar la producción petrolera y fortalecer a Pemex. Entonces, sí
tenemos recursos, tanto para impulsar la industria eléctrica y el
petróleo. Pemex es la empresa más saqueada en el mundo. Es increíble
cómo ha resistido, cómo ha aguantado, porque no deja de ser un gran
negocio el petróleo, por eso la tentación tan grande.
Si a Pemex le dejaran parte de los impuestos que llegó al extremo, o se llegó al extremo, hubo un tiempo en que todo se le quitaba. Si obtenía un billón de pesos de ingresos, le quitaban 950 mil millones de derechos y de impuestos. Ahora le quitan menos, pero le siguen quitando. Esto no sucede con ninguna empresa petrolera del extranjero. Ninguna paga los impuestos que paga Pemex a la Secretaría de Hacienda. Entonces, eso es lo que vamos a revisar y le vamos a quitar la carga fiscal a Pemex, como nunca ha sucedido.
Cierto. El saqueo de las finanzas de Pemex ha sido brutal, y
efectivamente no hay empresa en el planeta –pública o privada– que
cargue con las obligaciones fiscales de Pemex, ni, en caso dado, que lo
soporte. De hecho, durante la promoción de la
reformaenergética de Peña Nieto se prometió que la ahora empresa productiva del Estado tendría un recorte sustancial en materia tributaria, con el fin de que tuviera recursos suficientes para invertir, modernizarse e incrementar la producción.
Nada de eso sucedió. Por el contrario, Hacienda no dejó de exprimir a
Pemex, al tiempo que le recortaba el presupuesto y la obligaba a
incrementar su de por sí voluminosa deuda, para cuyo servicio debió
sacrificar inversión, modernización e incremento de la producción. Y ese
fue el circuito durante muchísimos años.
En vía de mientras, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de
la Cámara de Diputados informó que en 2018 los ingresos petroleros
sumaron cerca de 979 mil millones de pesos, casi 13 por ciento, o si se
prefiere, 152 mil millones de pesos, más que en el año previo.
Lo anterior, “como resultado del aumento en el precio del petróleo
(16.4 dólares por barril) y a la apreciación del peso respecto al dólar
(4.1 por ciento), cuyos efectos combinados permitieron compensar la
reducción de 153 mil 900 barriles diarios en la producción de petróleo.
El mayor crecimiento se observó en los ingresos del Fondo Mexicano del
Petróleo paral a Estabilización y el Desarrollo.
Las rebanadas del pastel
¿No le alcanza la quincena? ¿Quiere obtener un ingreso,
limpio de polvo y paja, de 430 millones de pesos diarios, incluidos
sábados, domingos y días festivos? Fácil: compre un banco y cobre
comisiones hasta reventar a la clientela. Resulta que ese monto fue el
que obtuvo el sistema bancario que opera en el país a lo largo de 2018,
hasta totalizar 157 mil 100 millones, un monto mil 100 por ciento
superior al registrado en 2000, cuando anualmente ganaba lo que hoy se
embolsa en un mes. Y todavía vienen personajes como el presidente
español, Pedro Sánchez, a exigir que no les toquen el negocio. Cara
dura.
Twitter: @cafevega
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