López Obrador habló sobre las tres reformas que ha vivido México y en
ese sentido consideró que la de 1824 fue esencialmente federalista; la
de 1857, la calificó como una constitución liberal, y la de 1917, dijo
que es nacionalista y de dimensión social.
Si bien consideró que las tres constituciones fueron precedidas por
movimientos de transformación, como lo fueron la Independencia, la
reforma y la Revolución, explicó que en la cuarta transformación no
habrá una nueva constitución.
“Nosotros buscamos una nueva transformación y correspondería una
nueva constitución, (pero) pensamos que no hay condiciones para eso,
porque tenemos otras tareas que consideramos más importantes y se optó
por hacer propuestas de reformas a la actual constitución, que
consideramos tienen la misma importancia, la misma profundidad, que una
nueva constitución”.
Respecto a las reformas constitucionales que comprenden la llamada
“cuarta transformación”, se refirió, en primer momento, de tipificar el
delito de corrupción, para que sea delito grave y quien incurra en ello
no tenga derecho a fianza.
“Eso sería un gran cambio. ¿No es extraño y lamentable que no sea
delito grave el cometer un acto de corrupción o los hechos de
corrupción, no sean considerados como delitos grave?”, dijo después de
calificar como una vergüenza que el país ocupe el lugar 135 de
corrupción en el mundo.
En segundo lugar, López Obrador se refirió por terminar con la
impunidad y puso como ejemplo que en la actualidad el presidente sólo
puede ser juzgado por traición a la patria, por lo que destacó la
necesidad de impulsar reformas que permitan juzgarlo por corrupción y
terminar con el fuero y los privilegios.
“Esa es la gran reforma que hace falta también, en este tiempo”, indicó.
Como tercera reforma, el presidente de México habló de impulsar un
auténtico sistema político democrático, el cual dijo que no fue
considerado como algo fundamental ni en las constituciones de 1824, 1857
ó 1917.
“Tenemos que establecer una auténtica democracia, acabar con los
fraudes electorales, que no se compren los votos, que no se utilice el
presupuesto para favorecer a ningún partido, a ningún candidato; la
democracia no nos va a traer el cuerno de la abundancia, pero nos va a
dar mucha fortaleza moral”.
López Obrador insistió en que lo ocurrido el 1 de julio fortaleció la grandeza de México, al interior y hacia fuera.
“Por eso tenemos que dejar establecida la democracia como sistema
político y como forma de vida, como lo establece el artículo tercero
constitucional”.
El presidente hizo el compromiso de cumplir la Constitución y cerró
discurso con un ¡Que viva la Constitución! y ¡Que viva México!
Gobernador pide unidad
En su turno, el gobernador de Querétaro, el panista Francisco
Domínguez Servién, quien hace unos meses rechazó buscar al delegado de
López Obrador, ahora llamó al presidente a trabajar en unidad.
“Hace 102 años México se jugaba su destino. Aquí en Querétaro se
daban cita combatientes; no hubo mexicanos más confrontados que
aquellos, tuvieron, sin embargo, la grandeza y la inteligencia para
partir de sus diferencias, construir el acuerdo, y dar una nueva razón
de esperanza a la nación. No podemos quedarnos atrás”.
Apenas hace medio año, cuando fue difundido que Gilberto Herrera Ruíz
sería el delegado del gobierno federal, algunos reporteros que suelen
cubrir las actividades del mandatario queretano, le preguntaron si
buscaría un acercamiento.
“No, a ver, yo soy el gobernador del estado, él tiene que buscar un
acercamiento conmigo, no yo con él”, respondió Domínguez Servién.
El gobernador también se refirió a que el lenguaje en la vida pública puede hermanar o confrontar.
“En este mismo reciento se pacta un proyecto de nación, uno que por
ser acuerdo entre adversario cuida su lenguaje, seamos conscientes, el
lenguaje en la vida pública, hermana o confronta, aproxima o divide, al
final la constitución triunfa, México goza ya de más de un siglo de paz y
de importantes avances”.
Hace unas semanas, el gobernador pintó un panorama en el que,
incluso, confirmó públicamente la existencia de conatos de violencia
debido al desabasto de combustible, y exigió, como pocos gobernadores en
el país, que se restableciera el servicio.
Domínguez Servién aceptó hace unos años haber recibido financiamiento
–entonces para su campaña a senador– de parte del empresario Francisco
Javier Rodríguez Borgio, a quien la entonces Procuraduría General de la
República (PGR) le inició una investigación por la presunta venta de
combustible ilícito.
En su discurso de este 5 de febrero, el gobernador de Querétaro
también se refirió a la importancia de la existencia de instituciones
libres e independientes, como declaró deben serlo el Poder Legislativo y
el Poder Judicial.
“Por eso se ordena, aunque tardará, que se blinde la división de
poderes. Hay una gran verdad, la vida equilibrada de un país se da
cuando existe un Congreso y un Poder Judicial genuinamente libres e
independientes”.
Sin embargo, en Querétaro el Congreso local, de mayoría panista,
aprobó jubilaciones por arriba de los 140 mil pesos para seis
magistrados y eligió entre los sustitutos a Mariela Ponce Villa, esposa
del secretario de Gobierno estatal, a Juan Martín Granados Torres, entre
otros de sus aliados.
Una de las magistradas, Celia Maya García –excandidata a la
gubernatura por el partido Morena– se desistió de su solicitud de
jubilación al advertir una estrategia del poder legislativo, y del Poder
Ejecutivo para tener un Tribunal Superior de Justicia de Querétaro “a
modo”.
Adicional a la esposa de Juan Martín Granados Torres, el Congreso
local también eligió como nuevo magistrado del Poder Judicial a Greco
Rosas Méndez, un subalterno de Juan Martín, quien fungía como
subsecretario de gobierno desde octubre pasado.
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