Y creo que continúa, expresa
Expresa voluntad para atender el problema
▲ El Papa entregó al príncipe de Abu Dabi, Mohammed bin Zayed al-Nahyan,
una copia del documento Fraternidad Humana, antes de abordar el avión
hacia el Vaticano.
El papa Francisco admitió ayer, por primera vez, que
varios curas y obispos abusaron sexualmente de monjas y se comprometió a
hacer más para luchar contra ese flagelo.
El pontífice habló con los periodistas que viajaban con él en un
avión al Vaticano desde Emiratos Árabes Unidos. Francisco recordó que
Benedicto XVI tomó medidas contra una orden francesa luego de que
algunas de sus religiosas fueron reducidas a un
esclavismo sexualpor parte de sacerdotes y del fundador.
¿Debemos hacer más al respecto?, sí. ¿Existe la voluntad?, sí, pero es un sendero que ya hemos comenzado, dijo.
No es que todo mundo haga esto, pero ha habido sacerdotes y obispos que lo han hecho, añadió Francisco.
Y creo que continúa, porque no es como que una vez que te das cuenta se detiene. Continúa. Desde hace algún tiempo hemos estado trabajando en ello.
El tema ha surgido en medio del escándalo sobre el abuso sexual
contra menores de edad en la Iglesia católica y en el contexto del #MeToo (#YoTambién) en que se ha reconocido que los adultos pueden ser víctimas de abuso cuando hay un desequilibrio de poder en una relación.
El año pasado, The Associated Press y otros medios de comunicación
informaron sobre casos de monjas que fueron víctimas de abusos en
América del Sur, India, África y Europa, lo que demuestra que el
problema no se limita en absoluto a una zona geográfica determinada.
Cultura del silencio
En noviembre, la organización que representa a todas las
órdenes de religiosas católicas del mundo, la Unión Internacional de
Superioras Generales, denunció públicamente la
cultura del silencio y del secretoque impidió que las monjas hablaran, y las exhortó a denunciar los abusos a sus superiores y a la policía. La semana pasada, la revista femenina del periódico vaticano L'Osservatore Romano –Women Church World–, identificó como culpable a la cultura clerical, y señaló que el escándalo tiene un corolario: las monjas se ven obligadas a abortar a los hijos de los sacerdotes.
El Papa dijo que algunos clérigos fueron suspendidos por abusar de
las religiosas, pero también señaló que el maltrato de las mujeres es un
problema de la sociedad en general, que aún las considera
ciudadanas de segunda clase.
Es un problema cultural. Me atrevo a decir que la humanidad no ha madurado, dijo. Añadió que en algunos lugares del mundo el maltrato llega al punto del feminicidio.
Francisco atribuyó a Benedicto XVI, Papa de 2005 a 2013, el haber
tenido el coraje de abordar el problema, y calificó de errónea la
impresión popular de que él fue débil ante el escándalo.
Foto Afp
Ap
Periódico La Jornada
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