9/01/2019

Felicidad y barbarie

Infancia y sociedad

Ríen y lloran los niños, las mujeres y los hombres. El país entero llora y reza: no hay mal que dure cien años ni tarugo que los aguante; pero el refrán alude, más que a la voluntad de la gente para cambiar su realidad, a su terrible capacidad de adaptarse a ella; al sufrimiento, a la carencia, al dolor, a la muerte bárbara. Tú hueles a tragedia tierra mía y, sin embargo, ríes demasiado: ahí está la fiesta mexicana para los muertos, con sus elegantes Catrinas y su perfumado cempasúchil. El inaudito espíritu festivo del pueblo de México asombra hasta a sus verdugos. “Acaso porque sabes que la risa es la envoltura de un dolor callado…México creo en ti…”, pero no en los gobiernos que te manipulan, te roban y te siguen dejando pobre y jodido, pese a sus vanas promesas de un futuro que nunca llega.

Para el pueblo mexicano la esperanza es felicidad, por eso espera. Ante la paz de una desaforada promesa de esperanzas, quizá hubiera sido mejor despertar al mítico México bronco. ¿Existe aún? ¿Acaso hubiera dejado menos muerte que la guerra contra el pueblo narco y sus rufianes de smoking? ¿Cuál es la alquimia capaz de convertir la sangre que baña al país en alegres estadísticas de felicidad? A menos que como lo define Freud seamos idiotas o finjamos serlo... Sépase que la violencia es la forma más elocuente de la tristeza: hoy la infelicidad está instalada lo mismo en los asesinos que en las madres y hermanos de muertos y desaparecidos; infelices están los feminicidas, sus víctimas y sus huérfanos (más de cuatro mil)… Por los caminos de la cobardía hemos llegado a “…la normalización del horror, porque sabemos que pueden violarnos, y habrá quien diga ‘que le fue bien porque solamente la violaron y no la mataron’. Y en otro plano habrá quien diga ‘que le fue bien porque sólo la mataron y no la violaron…que sólo la violaron y la mataron pero que le fue bien porque sólo fue un hombre y no cuatro’. Y habrá quien diga que incluso le han violado, masacrado muchos seres y matado pero ‘que le fue bien porque no asesinaron a su familia…’” (**)

Valientes mujeres y hombres hemos de marchar codo a codo por nuestro derecho a la vida y a la felicidad.

(**) Tomado de Disculpen las molestias, testimonio de la poeta y actriz mexicana Acoyani Guzmán publicado en https://la-poesia.es/ actualidad/disculpen-las-molestias/

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