Francisco Toledo (1940-2019)
Tenía 79 años
Su legado, la defensa de las lenguas autóctonas, el maíz criollo y los 43 de Ayotzinapa
▲ El maestro Francisco Toledo con su hija Natalia.Foto Tryno Maldonado
Oaxaca, Oax., Francisco Toledo murió ayer. Con él se va el máximo defensor de Oaxaca. Con enorme autoridad moral libró intensas luchas en diversos frentes: la defensa de la tierra, de las lenguas indígenas, del maíz nativo y de la libertad de expresión.
Aproximadamente a las 21 horas de este jueves el artista, fundador de La Jornada,falleció en su casa de Oaxaca, rodeado por su familia, que por medio de las redes sociales confirmó la noticia y solicitó respetar su dolor, y la manera en que nuestro padre manejó su intimidad.
El maestro perdió la batalla contra el cáncer de pulmón que lo aquejó en meses recientes. Se fue el artista vivo más importante de México (de acuerdo con sus colegas y las instituciones culturales), quien durante muchos años fue el motor en su tierra natal de decenas de causas sociales.
Desde las 11 horas de anoche se instaló en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca una ofrenda, abierta a todas las personas que quisieran despedir a uno de los grandes creadores del país.
Francisco Benjamín López Toledo, mejor conocido como Francisco Toledo, genio y figura, nació en el municipio de Juchitán de Zaragoza en 1940, donde comenzó su labor de apoyo a las comunidades.
Durante sus 79 años mostró esas facetas, pues no sólo fue un destacado artista que visitó varios países, como Francia; ahí vivió varios años, pero nunca olvidó sus raíces y continuó apoyando diversas actividades y proyectos; fundó la Casa de la Cultura de Juchitán de Zaragoza.
Francisco Benjamín fue el cuarto de los siete hijos de Francisco López Orozco y Florencia Toledo Nolasco. Desde pequeño demostró una especial habilidad para el dibujo, talento que fue alentado por su padre, quien cedió las paredes de la casa a su paleta.
El taller de grabado de Arturo García Bustos fue donde inició su aprendizaje artístico a los 14 años de edad. Concluidos sus estudios de secundaria en la capital de Oaxaca, se trasladó a la Ciudad de México, donde se inscribió en el taller de literatura de la Escuela de Diseño y Artesanías (ahora Escuela de Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Inbal).
En 1959 exhibió sus obras en la Galería Antonio Souza y en el Fort Worth Center, en Texas. Al año siguiente viajó becado a París con el fin de estudiar y trabajar en el taller de grabado de Stanley Hayter.
A los tres años de estar en la Ciudad Luz presentó su primera muestra en una galería parisina y en la Tate Gallery de Londres.
Durante su estancia europea, que duró hasta 1965, fue influenciado por las ideas plásticas de artistas como Alberto Durero, Paul Klee y Marc Chagall.
Las iniciativas más ambiciosas de Toledo fueron la fundación del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), espacio para consulta gratuita que cuenta con más de 61 mil libros especializados en pintura y arquitectura, además de poseer la Colección Toledo-INBA, antes llamada José F. Domínguez, la cual consiste en más de 24 mil piezas de arte incluidas obras de Pablo Picasso, Rufino Tamayo y José Guadalupe Posadas.
También fundó el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) el 21 de marzo de 2006 y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo; el primero alberga diversos talleres, exposiciones y ponencias, actividades en las que participan artistas de renombre internacional.
Creó el Patronato pro Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural del Estado de Oaxaca (Pro-Oax), asociación desde la cual lideró múltiples luchas, como la defensa del zócalo de la ciudad de Oaxaca en el sexenio de Ulises Ruiz (2004-2010) y sus bancas, que pretendían retirar para convertirse en botín de políticos.
En protesta, el pintor llevó su banca al zócalo y ahí se instaló; también se opuso a la apertura de un restaurante de comida rápida y a la colocación de su logotipo en el andador turístico al considerar que atentaba contra la fisonomía cultural de la capital de Oaxaca.
Una de las acciones en las que se enfocó el artista fue la defensa de las lenguas indígenas. Dentro del CaSa se gestaron materiales didácticos en los que se promovió el uso de las variantes de las lenguas que se hablan principalmente en territorio oaxaqueño, incluso se instituyeron los Premios CaSa de creación literaria en lenguas nativas.
En su faceta de activista demandó a las autoridades un trabajo de fondo con el fin propósito de preservar las lenguas originarias; para ello exigió que los alumnos egresados de la Educación Normal Bilingüe e Intercultural de Oaxaca (Enbio) fueran designados profesores en localidades en las que hablen su lengua, lo que promoverá su uso; aportó materiales didácticos y otorgó becas a alumnos de escasos recursos.
Jorge A. Pérez Alfonso
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 6 de septiembre de 2019, p. 2
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