La Jornada
El Presidente regañó a
un alto funcionario de la Secretaría de Gobernación porque éste
conversó con dirigentes de autodefensas y sostuvo, además, que las
conversaciones sólo eran posibles con quienes están dentro del marco de
la Constitución; Luis Hernández Navarro nos explicó( La Jornada, 26/8/19,
Actualidad de las autodefensas) que no se puede meter todo en el mismo saco pues, si bien existen autodefensas michoacanas infiltradas por los narcotraficantes, hay muchas otras que son una expresión genuina y sana de la sociedad y que, por último, la posibilidad de organizar policías comunitarias figura en la Constitución de varias entidades y forma parte de los usos y costumbres y de los derechos indígenas reconocidos por nuestra nación.
La movilización y autorganización de los indígenas y los
trabajadores, la autonomía de los municipios libres y la autogestión por
sus pobladores son, por otra parte, una condición indispensable para
lograr la plena vigencia de los derechos democráticos individuales y
colectivos y para formar cuadros informados y versados en los asuntos
públicos que puedan ser verdaderamente ciudadanos con capacidad de
juzgar y decidir.
Sin la autorganización popular no es posible aumentar la autoestima,
la audacia y capacidad individual y colectiva, elevar el nivel general
de conciencia, lograr experiencia colectiva y solidaria de gestión de
los asuntos comunes, eliminar cualquier germen de corrupción. Sin plena
democracia y experiencia de poder popular, ninguna transformación social
de fondo es posible. Si no se imponen todos los derechos democráticos,
es imposible la superación del capitalismo y la misma palabra democracia
(gobierno de demos, el pueblo)se convierte en una voz vacía, en una burla.
Ahora bien, la Constitución no puede prever las formas que adoptarán
en un proceso incesante los esfuerzos de los trabajadores para obtener
su independencia política, ni los organismos que ellos crearán en esa
lucha. Por eso no puede ser aplicada rígidamente ni servirle a nadie
como cachiporra para reprimir una expresión legítima de la sociedad.
La llamada República Mexicana es, en realidad, monárquica, con su
tlatoani o soberano y sus grandes duques y príncipes y funciona mediante
órdenes de ese vértice de la pirámide que
bajanhasta llegar al último campesino indígena y que se aplican por igual en todos los rincones del reino. Esa realidad debe ser radicalmente eliminada si queremos la democracia y una transformación social.
El
pueblono está para aplaudir, votar lo que le presentan ni acatar el
ordenporque los trabajadores y oprimidos de todo tipo, partiendo de sus necesidades, deben crear su propio orden nuevo, presentar múltiples opciones de desarrollo discutidas libremente en asambleas populares, hacer sus propias experiencias de gobierno.
México es una nación capitalista dependiente que vive en un mundo
capitalista unificado y está junto a un imperio decadente y agresivo que
tiene ganas de anexarlo. En el gobierno mexicano hay gente honesta y
valiosa mezclada con mucha lacra emigrada del PAN, PRI, PRD, de las
sectas evangelistas y otras yerbas malas. Ese gobierno pretende dirigir
el Estado, que se rige por las leyes económicas del capitalismo y, en
realidad, es manejado por las grandes fuerzas económicas y por las
fuerzas armadas que toleraron de mala gana a Andrés Manuel López Obrador
(AMLO) y su gobierno y esperan que éste haga el trabajo sucio y
desmoralice y desorganice a las de-cenas de millones de personas que
habían comenzado a levantar a cabeza y rebelarse. La otra parte del
Estado –los oprimidos, que podrían hacer de contrapeso a esas
fuerzas vivasde la conservación y la opresión– no cumple ese papel porque o es adormecida por el gobierno o es cachiporreada por los militares bautizados como Guardia Nacional o es reprimida por AMLO con sus tomas de posición, como en el caso de Huexca y Samir Reyes o en el de las conversaciones con las autodefensas. Recordemos que en nombre de la Constitución Madero reprimió a Zapata, apoyándose en el Estado porfirista y el resultado fue la dictadura de Huerta preparada en la embajada de Estados Unidos
Tampoco puede haber un rincón anticapitalista en una región de México
o para una parte de su población si no se lucha por un cambio de
sistema en todo su territorio en el combate por la eliminación del
capitalismo en todo el planeta. O sea, si no se unen las fuerzas
anticapitalistas, si éstas no crean un sistema de comunicaciones
radiales, televisivas e impresas que sea independiente del Estado y
abierto a todas las fuerzas revolucionarias, y si no se hace política
educando, analizando cada medida del gobierno, cada noticia económica,
cada acontecimiento importante a escala mundial.
El autismo político o indigenista es el camino seguro al aislamiento y
la derrota. Por eso es urgente que los anticapitalistas se reúnan en
una convención y se organicen si quieren influir sobre los votantes
anticapitalistas de Morena que están mordiendo el freno.
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