Pedro Echeverría V.
1. He visto más de unas 20 películas en las que el ejército yanqui, inglés, israelí, aparece masacrando a diferentes poblaciones de América, Asia y África. He visto por TV, escuchado en radio, leído en libros y periódicos en 60 años acerca de miles de masacres en guerras e intervenciones en las que los ejércitos han sido usados por las clases dominantes para reprimir las manifestaciones del pueblo. Conozco las matanzas ordenadas en todo el mundo por los yanquis usando los ejércitos de la OTAN y los cascos azules de la ONU. Pero lo que jamás olvidaré son los entrenamientos salvajes del ejército yanqui en la cinta Cara de Guerra de Kubrick.
2. El ejército mexicano –formado por unos 600 mil soldados (90 por ciento de origen campesino) es indudablemente popular por sus orígenes- pero es producto de la ideología capitalista, autoritaria, vertical, despótica, que desde el régimen de Porfirio Díaz (1876-1911) se ha usado en los cuarteles como instrucción obligatoria. El ejército siguió con fidelidad al dictador presidente Santa Ana hasta 1855; luego a los presidentes liberales Benito Juárez y Lerdo de Tejada y, por último, se puso a disposición de la larga dictadura de Porfirio Díaz. Madero encabezó la revolución de 1910 y dejó intacto el ejército de Díaz; éste lo derrocó y provocó la segunda revolución, la de 1917.
3. La fidelidad del ejército a los gobiernos de cualquier tipo nunca ha estado en duda. Lo que hizo Carranza-Obregón en 1914 en los tratados de Teoloyucan no fue cambiar al ejército sino sólo cambiar de mando, los jefes y de instrucciones. A partir de ello la fidelidad del ejército continuó. Fueron 70 años de gobiernos del PRI, luego 12 años de gobiernos del PAN; por último seis años de PRI como cereza del pastel. El ejército siguió con la mayor fidelidad un siglo de gobiernos corruptísimos hasta la médula y el ejército tuvo que aceptar y someterse a esa terrible corrupción sin chistar, como si nada sucediera.
4. López Obrador ha citado una concentración para el 19 de febrero para homenajear a ese ejército que, según repite mil veces “es el pueblo armado”. Sin embargo no debe olvidarse que miles de sus jefes reciben de manera permanente, desde hace decenas de años, cursos de antimotines, antiguerrilla, antiprotestas, en EEUU para ser aplicados en México. Yo, obviamente, estoy en desacuerdo con esos cursos; preferiría que miles de soldados vivan en las comunidades construyendo caminos, carreteras, casas, ayudando a las comunidades a defenderse en tiempos de inundaciones, derrumbes. Ese sería un ejército al servicio del pueblo:
5. Durante el gobierno de López Obrador el ejército continuará comportándose con gran fidelidad, pero ahora esperemos que sea con el pueblo explotado y oprimido; porque si el ejército es el pueblo no debe apoyar a los ricos explotadores y opresores. ¿Se habrá hecho ya la investigación sobre el ejército boliviano que al parecer se le volteó a Evo Morales, el representante indígena? Pienso que el ejército venezolano –sobre todo cuando regresó en dos días el gobierno a Hugo Chávez en 2002- dio muestras de tener preferencia por el pueblo. Pienso que ese mismo ejército apoya a Maduro contra el gobierno de los EEUU. Espero que el nuestro tenga esa dignidad. (26/1/20)
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