Antonio Gershenson
Ya habíamos hablado
del gasoducto Nord Stream cuya construcción se reinició hace varios
años, después de una suspensión temporal. Ahora está por concluirse.
Las sanciones de Estados Unidos (EU) con las que intentó detener el
desarrollo del gasoducto Nord Stream 2, y no perder a sus clientes
europeos, se puede asegurar que han fracasado. Su idea era expulsar al
mayor proveedor de gas en Europa, nos referimos a Rusia. Ha sucedido
todo lo contrario, conforme avanza la construcción de los gasoductos, la
producción de gas ha aumentado en el país de Vladimir Putin.
Pero no es el único intento por obstruir el libre abasto del
energético a Europa, o concretamente a la Alemania socialista de ese
momento. Recordemos que durante la guerra fría, en los ochenta, siendo
presidente Ronald Reagan, se opuso a la comercialización de gas con la
entonces URSS. Por supuesto, el gas estadunidense era más caro que el
soviético. Y, también se opuso a la construcción del gasoducto que desde
entonces estaba planificado.
En la actualidad, lo que queda claro, independientemente de las
desavenencias entre los países europeos, es que los contratos con Rusia
aseguran la provisión del energético para su consumo cotidiano. Hasta el
momento, son seis los países europeos que dependen, casi totalmente del
gas ruso: Bulgaria, Estonia. Finlandia, Letonia, Lituania y Suecia.
Pero también, Alemania, Polonia y Turquía están supeditados, en gran
parte, a Gazprom.
Los conflictos con EU por el abastecimiento de gas, aunque no han
parado, sí han disminuido con el avance de la construcción del gasoducto
ya mencionado. Con el riesgo de quedarse sin ninguno de los dos
proveedores, tanto Rusia como EU, Alemania y otros países han coincidido
en que no tomarán en cuenta las amenazas del gobierno de Donald Trump,
y, por el contrario, han fortalecido sus lazos con Putin.
En reuniones anteriores, la Unión Europea (UE), decidió cambiar
paulatinamente su aceptación al gas ruso, ya que la crisis financiera no
le permite seguir dependiendo de un proveedor más caro, que en este
caso es EU. Sin embargo, el argumento de los estadunidenses es que sí
puede satisfacer la necesidad energética, amplia y en forma segura. En
efecto, el gas estadunidense es más caro, pero los empresarios gaseros
de ese país, por medio de Rick Perry, secretario de Estado de EU,
durante el Primer Foro Empresarial sobre gas natural licuado,
respondieron que su gas es más caro porque está disponible las 24 horas
del día, los 365 días del año. Y la pregunta fue ¿quieren gas seguro y
con la garantía de abastecimiento puntual, aunque sea más caro? o
¿quieren gas barato, sabiendo que Rusia puede incumplir el
abastecimiento en cualquier momento?.
Las amenazas veladas y, en ocasiones directas, fueron expresadas
durante ese foro y posteriormente. Las sanciones de los empresarios
gaseros y del gobierno estadunidense a la UE, por no comprarles el gas,
repercutirían en la economía de los países europeos y el problema
saldría más caro que no comprarles. Pero, al mismo tiempo, en Europa se
han preguntado si pueden satisfacer sus necesidades del energético, sin
los 130 mil millones de metros cúbicos de gas importado anualmente desde
Rusia.
Si no quieren padecer como Venezuela o como Cuba, que durante muchos años han sido aislados por EU, tienen que comprarle el gas a ese país y, o, a otros que así lo indique el presidente Trump. Excepto Venezuela, pues también está amenazada para no vender su gas a Europa.
La UE, ante estas amenazas, ha reiterado su rechazo a sanciones
unilaterales impuestas ilegalmente y violatorias del derecho
internacional, Josep Borrell, alto representante de la Unión para
Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, manifestó el repudio ante
esta política comercial agresiva contra los países involucrados en el
gasoducto Nord Stream 2, el cual es la continuación del TurkStream.
En opinión de la delegación rusa de la UE:
EU no siente ningún inconveniente en ejercer presiones económicas sin precedentes para lograr sus objetivos. Particularmente, adopta leyes destinadas a propiciar el dominio estadunidense en el mercado gasístico europeo y manifiesta abiertamente la intención de eliminar a sus rivales en este negocio. No obstante, sí se pudo terminar el TurkStream, lo cual es un gran éxito.
El gasoducto TurkStream, recientemente inaugurado, une a Rusia y Turquía para el abastecimiento de gas en esa zona.
Según el jefe de la Casa Blanca, el temor sobre la venta de gas ruso a la UE es por la influencia
negativaque tendría Rusia sobre sus clientes.
La UE y otros países son adversarios, en su mayoría, de EU. Depende
de quién gane el próximo noviembre, las relaciones bilaterales pueden
cambiar. Y, se hará efectiva una política comercial internacional
equilibrada y sin presiones políticas mañosas, como así lo desean los
países clientes, tanto de EU como de la propia Rusia. Eso está por
verse.
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