Las manifestantes protestan por el fin de un programa de empleo que ocupaba a 9.500 personas en la zona, azotada por un terremoto en febrero. Amenazan con iniciar una huelga de hambre.
Las mujeres permanecen encerradas a 900 metros de profundidad en un yacimiento carbonífero en la ciudad de Lota, al sur del país. Pidieron la mediación de la Iglesia católica y son apoyadas en las afueras de la mina “El Chiflón del Diablo” por un centenar de manifestantes.
Los despidos actuales se unen a otros 8 mil registrados en los mismos programas fiscales semanas atrás en la zona, una de las más pobres de Chile. Las activistas, que trabajaban para el Cuerpo Militar del Trabajo, pidieron al gobierno que les responda con ayuda igual que lo hizo con los 33 mineros atrapados en una mina en el norte.
El yacimiento, escenario de múltiples accidentes durante sus más de cien años de existencia, está hoy inactivo y es parte de una ruta patrimonial turística.
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