Evaluación de UNICEF y Coneval frente a la crisis
Por Estephanye Reyes Aguiñaga
México, DF, 18 nov 10 (CIMAC/AMNDI).- En México, el 87 por ciento de 39 millones de niñas y niños, es pobre o vive en situación de vulnerabilidad por sus ingresos familiares y carencias sociales como rezago educativo, acceso a salud y seguridad social, vivienda, servicios básicos y acceso a la alimentación. Esto lo dio a conocer el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en México (UNICEF, por sus siglas en inglés), y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el II Foro Internacional sobre el impacto de la crisis económica sobre la infancia y la adolescencia, que hoy se llevó a cabo aquí. Poco más del 53 por ciento de niñas y niños viven en pobreza multidimensional, con al menos una de seis carencias mencionadas y su ingreso no le permite acceder a los bienes y servicios indispensables para satisfacer sus necesidades.
En contraste, 13 por ciento de niñas y niños, sólo 5 millones, no tienen carencias y cuentan con un nivel adecuado de bienestar económico. “Sólo una de cada 7 personas menores de 18 años se encuentra en el cuadrante que aspiramos vivan todas las niñas y niños”, aseguró Ricardo Aparicio, director general adjunto de análisis de la pobreza del Coneval.
La evaluación titulada “La niñez y la adolescencia en el contexto de la crisis económica global: el caso de México” considera la caída de los ingresos familiares, el desempleo, la reducción de gasto en alimentación, la deserción escolar y el trabajo infantil como factores de ajustes económicos en los hogares de niñas y niños que incurren “en situaciones que vulneran sus derechos económicos y sociales”. Los resultados generales indican que, entre 2008 y 2009, la seguridad alimentaria --entendida como el acceso o disposición de alimentos en los hogares-- tuvo un descenso del 53 por ciento al 43, aseguró Ricardo Aparicio, lo cual, “requiere de acciones inmediatas en políticas públicas”.
LA CRISIS EN HOGARES MEXICANOS
Más de 50 por ciento de los hogares manifestó una reducción en sus ingresos reflejado en “insuficiencia de los recursos para satisfacer necesidades de alimentación, salud y educación de la población infantil y adolescente”, indica el informe. En cuanto a la asistencia a la escuela no hubo cambios significativos entre 2008 y 2009. El 85 por ciento de niñas y niños en edad escolar asistieron regularmente a sus centros escolares. La situación económica en 54 por ciento de la población declaró que en 2009, se encontraba en una situación peor o mucho peor que en 2008. Las estrategias para enfrentar la crisis económica, según la evaluación de UNICEF, dio como respuestas que el 2 por ciento de los hogares reportaran disposición para poner a trabajar a niñas, niños y adolescentes.
El 6 por ciento aseguró que algún integrante de la familia se había ido a trabajar a Estados Unidos. Y el 8 por ciento contestó estar dispuesto a dejar de ir al médico como respuesta ante la dificultad económica. LAS PROPUESTAS Ante estos resultados, Susana Sottoli, representante de UNICEF en México, reconoció la urgencia de “que todos los actores sociales pongan a la infancia en el centro de las respuestas de la crisis económica y en su recuperación para evitar que la coyuntura se traduzca en retrocesos en el cumplimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes”. Una de las propuestas del Coneval y UNICEF refiere precisamente el incremento “del gasto social dirigido a la población infantil”.
Proteger el bienestar de la infancia en tiempos de crisis económica, ponerla “en el centro de las políticas públicas, además de mantener en la agenda los impactos duraderos en la niña, el niño y su familia”, es el llamado que hizo Sottoli. En el II Foro Internacional sobre el impacto de la crisis económica sobre la infancia y la adolescencia, UNICEF presentó la necesidad de invertir en la infancia “porque es redituable y asegura el desarrollo del país en términos económicos y políticos”.
México, DF, 18 nov 10 (CIMAC/AMNDI).- En México, el 87 por ciento de 39 millones de niñas y niños, es pobre o vive en situación de vulnerabilidad por sus ingresos familiares y carencias sociales como rezago educativo, acceso a salud y seguridad social, vivienda, servicios básicos y acceso a la alimentación. Esto lo dio a conocer el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en México (UNICEF, por sus siglas en inglés), y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el II Foro Internacional sobre el impacto de la crisis económica sobre la infancia y la adolescencia, que hoy se llevó a cabo aquí. Poco más del 53 por ciento de niñas y niños viven en pobreza multidimensional, con al menos una de seis carencias mencionadas y su ingreso no le permite acceder a los bienes y servicios indispensables para satisfacer sus necesidades.
En contraste, 13 por ciento de niñas y niños, sólo 5 millones, no tienen carencias y cuentan con un nivel adecuado de bienestar económico. “Sólo una de cada 7 personas menores de 18 años se encuentra en el cuadrante que aspiramos vivan todas las niñas y niños”, aseguró Ricardo Aparicio, director general adjunto de análisis de la pobreza del Coneval.
La evaluación titulada “La niñez y la adolescencia en el contexto de la crisis económica global: el caso de México” considera la caída de los ingresos familiares, el desempleo, la reducción de gasto en alimentación, la deserción escolar y el trabajo infantil como factores de ajustes económicos en los hogares de niñas y niños que incurren “en situaciones que vulneran sus derechos económicos y sociales”. Los resultados generales indican que, entre 2008 y 2009, la seguridad alimentaria --entendida como el acceso o disposición de alimentos en los hogares-- tuvo un descenso del 53 por ciento al 43, aseguró Ricardo Aparicio, lo cual, “requiere de acciones inmediatas en políticas públicas”.
LA CRISIS EN HOGARES MEXICANOS
Más de 50 por ciento de los hogares manifestó una reducción en sus ingresos reflejado en “insuficiencia de los recursos para satisfacer necesidades de alimentación, salud y educación de la población infantil y adolescente”, indica el informe. En cuanto a la asistencia a la escuela no hubo cambios significativos entre 2008 y 2009. El 85 por ciento de niñas y niños en edad escolar asistieron regularmente a sus centros escolares. La situación económica en 54 por ciento de la población declaró que en 2009, se encontraba en una situación peor o mucho peor que en 2008. Las estrategias para enfrentar la crisis económica, según la evaluación de UNICEF, dio como respuestas que el 2 por ciento de los hogares reportaran disposición para poner a trabajar a niñas, niños y adolescentes.
El 6 por ciento aseguró que algún integrante de la familia se había ido a trabajar a Estados Unidos. Y el 8 por ciento contestó estar dispuesto a dejar de ir al médico como respuesta ante la dificultad económica. LAS PROPUESTAS Ante estos resultados, Susana Sottoli, representante de UNICEF en México, reconoció la urgencia de “que todos los actores sociales pongan a la infancia en el centro de las respuestas de la crisis económica y en su recuperación para evitar que la coyuntura se traduzca en retrocesos en el cumplimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes”. Una de las propuestas del Coneval y UNICEF refiere precisamente el incremento “del gasto social dirigido a la población infantil”.
Proteger el bienestar de la infancia en tiempos de crisis económica, ponerla “en el centro de las políticas públicas, además de mantener en la agenda los impactos duraderos en la niña, el niño y su familia”, es el llamado que hizo Sottoli. En el II Foro Internacional sobre el impacto de la crisis económica sobre la infancia y la adolescencia, UNICEF presentó la necesidad de invertir en la infancia “porque es redituable y asegura el desarrollo del país en términos económicos y políticos”.
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