11/17/2010

INSURRECCIÓN CÍVICO ELECTORAL VS PAN Y PRI, CONVOCAN JURISTAS

Unión de Juristas de México

Boletín de prensa

17 de noviembre de 2010

En el marco de la conmemoración del centenario de la Revolución Mexicana, la grave crisis económica, violencia y descomposición política que vive el país, la incapacidad del PAN-PRI para establecer políticas de gobierno consecuentes y que solucionen los problemas de pobreza, desempleo, carestía y otros que sufre la población, particularmente las y los asalariados, y ante la imposibilidad de hacer respetar la justicia y la legalidad a través de los medios ordinarios constitucionales y reglamentarios, por el uso faccioso y abusivo del poder, es que la Unión de Juristas de México, da a conocer lo siguiente:

Primero.- En el marco de la realización del Segundo Encuentro del Congreso Social, que se realizará en la ciudad de México, los días 19, 20 y 21 de noviembre de 2010, los juristas de México convocamos a todas y todos los mexicanos a sumarnos al movimiento de unidad popular nacional que un conjunto de agrupaciones políticas, sociales y laborales vienen construyendo a lo largo y ancho del país en esta coyuntura histórica, con el propósito de organizar una gran insurrección cívico electoral de masas que desplace a panistas y priistas del poder y con base en ello, se establezca un plan y gobierno democrático popular que ejerza un programa basado en la defensa irrestricta de la soberanía nacional y popular, la economía social, la democracia real e integral, la justicia y los derechos humanos y el respeto a las libertades públicas e individuales. Para cuyo efecto, es necesario promover la participación ciudadana electoral en los próximos procesos electorales del país.

Segundo.- Con ese fin, los juristas, al igual que otros sectores y grupos, hemos decidido aliarnos a la candidatura presidencial y movimiento de Andrés Manuel López Obrador, dado que por el momento, es líder social que más ha destacado y que promueve un proyecto de nación para el cambio social en favor de los desposeídos, así como, es el luchador popular que cuenta con más simpatía ciudadana y el que se identifica con las diversas fuerzas progresistas y democráticas del país. Por ello, nos hemos sumado a Encuentro A.C. y trabajaremos conjuntamente con ellos una estructura jurídica en todos y cada uno de los Distritos Electorales del país en defensa del voto. Asimismo, en esa lógica, hemos participado y suscrito la propuesta de resolutivos y declaración del Congreso Social que damos a conocer anexa a este boletín.

A T E N T A M E N T E

EDUARDO MIRANDA ESQUIVEL, ENRIQUE GONZÁLEZ RUIZ, JESÚS CERVANTES ESPARZA, CESAR ADRIÁN DE LEÓN GUADIANA, HILDA VENEGAS NEGRETE, PABLO FRANCO HERNÁNDEZ, ATENÓGENES PINEDA ESCAMILLA, JOSÉ LUIS VEGA NÚÑEZ Y DARÍO ROJAS MACÍAS.


PROPUESTA DE RESOLUTIVOS Y DECLARATORIA DEL

SEGUNDO ENCUENTRO DEL CONGRESO SOCIAL

HACIA UN NUEVO CONSTITUYENTE*

Ciudad de México, 19, 20 y 21 de noviembre de 2010

Primero.- El proyecto de nación que la oligarquía mexicana en el poder, subordinada a las grandes transnacionales y al imperialismo, ha venido ejecutando de facto y mediante múltiples reformas estructurales, en las tres últimas décadas, controvierte los sentimientos de la nación y los valiosos postulados del constitucionalismo social fijados por el constituyente de 1917, al hipotecar el destino de México, propiciar el saqueo del patrimonio nacional y empobrecer sistemáticamente a la población, particularmente a las y los trabajadores asalariados. Este sistema de explotación se sostiene en un régimen antidemocrático, autoritario, militarizado y represor, que en el contexto de la actual crisis global del capitalismo, coloca a la patria en una total indefensión. El gobierno neoliberal panista-priista carece del mínimo interés por superar los grandes problemas de nuestro pueblo y sus necesidades económicas, políticas, sociales, culturales y de justicia. Estas circunstancias revelan la necesidad y urgencia de reemplazar a esta conducción político-estatal y luchar por un nuevo proyecto de nación y de gobierno democrático popular, en los que el pueblo sea el actor determinante y el beneficiario fundamental, y que sería constituido bajo los ejes programáticos siguientes:

1.- Soberanía nacional y popular irrestrictas;

2.- Bienestar económico y social de todas y todos los mexicanos;

3.- Democracia real e integral: política, económica, participativa y social;

4.- Justicia, igualdad, equidad y respeto a los derechos humanos; y,

5.- Libertad y ejercicio pleno de los derechos colectivos e individuales

Segundo.- Estos cinco ejes cristalizan el cúmulo de reclamos y aspiraciones populares que diferentes liderazgos y movimientos han dado a conocer en los últimos años; son banderas que han ondeado millones de combatientes mexicanos. Son y expresan la certeza de que la conducción neoliberal ha agotado el mandato político y ético que un día usufructuó de la Revolución Mexicana, y que ha llegado la hora de que se instaure un nuevo tipo de Estado, gobierno y legalidad, construidos y ejercidos por la soberanía popular. Estas son las genuinas aspiraciones de independencia y desarrollo sustentable de un país, sin explotación ni opresión. De un México sin pobreza ni desempleo, en el que nadie se apodere del trabajo ajeno y exista una justa distribución de la riqueza, al igual que, el respeto al voto ciudadano, con autoridades que ejecuten la voluntad popular, sin fraudes y simulaciones. Una República sin terrorismo de Estado ni violencia de ningún tipo, sin militarización y criminalización de las luchas populares. En fin, son los ejes que muchas generaciones de mexicanas y mexicanos hemos venido reivindicando como exigencia de la creación de una sociedad fundada en la economía social, la cooperación y el trabajo libre y productivo, que esté a la altura de los avances de la humanidad, pero que recoja las aportaciones, usos y costumbres de nuestros pueblos y comunidades.

Tercero.- La posibilidad de establecer un gobierno democrático popular y un nuevo proyecto de nación, en base a los ejes declarados, solamente podrá concretarse si nos organizamos en un amplio movimiento de unidad popular nacional, que se despliegue a través de una gran insurrección cívico electoral de masas, que se empodere del gobierno y ejecute un plan de transición, el cual convoque a un nuevo constituyente (sostenido por la insurrección cívico electoral), que conocerá, discutirá y aprobará una nueva Constitución que contenga el nuevo mapa de relaciones y de instituciones del México democrático, patriótico e incluyente al que aspira nuestra población. Esto nos impone trabajar por la más extensa unidad y el levantamiento de estructuraciones organizativas territoriales, sectoriales y político-sociales eficientes para derrotar a las mafias del poder y desplazar a las fuerzas oligárquicas del Estado, que han instaurado una maquinaria de alternancia PRI-PAN y partidos satélites. Requiere, insistimos, que desde abajo y a la izquierda y con la articulación de las formas de lucha necesarias, se desarrolle un movimiento de unidad popular nacional, para cuyo efecto es necesario hoy potenciar y visibilizar el papel de los liderazgos y los núcleos conscientes.

Cuarto.- La situación actual de crisis, de pobreza creciente de nuestra sociedad y de agudización extrema de violencia, ejercida por el Estado, en complicidad con el imperialismo, a fin de justificar la ocupación militar y crear un ambiente de imposición de reformas lesivas y preparativos de algún fraude electoral, no hacen más que poner al desnudo el agotamiento de la nación burguesa neoliberal y la acumulación de la inconformidad popular. Desde hace años, se han venido dando diversas resistencias y luchas, las cuales, pese a su combatividad y persistencia, se han visto rebasadas por la dispersión y la falta de articulación. Este rebasamiento tiene razones distintas, pero la fundamental se ubica en la ausencia de una dirección política unitaria que imprima cohesión, coherencia y organicidad a los múltiples esfuerzos espontáneos y medianamente conscientes del pueblo. Esta falta ha permitido que surta efectos la política de medios, miedos y violencia que ha impuesto el régimen, además de la represión de todo tipo para desarticular la lucha social. Esa falta de dirección política unitaria de las resistencias y las luchas populares está ligada a la debilidad orgánica e ideológica de las fuerzas progresistas y democráticas del país. La izquierda socialista está pulverizada y sectorizada en planteamientos y acciones esencialmente reivindicativos, mientras que la "izquierda electoral" está dividida y mediatizada, sin proyectos claros y moviéndose en el estrecho margen de la institucionalidad y la conveniencia grupal o personal, lo cual en su conjunto ha permitido que tengan mayor efecto las mediatizaciones y traiciones de algunos liderazgos políticos. Pero también está relacionada en la débil determinación y voluntad para dar los pasos necesarios para construir dicha dirección política unitaria.

Quinto.- En ese marco, en los últimos meses la posibilidad de un cambio a partir de la movilidad social callejera, se observa contraído y desarticulado en acciones reivindicativas estrechamente sectoriales y gremiales, considerando entonces, por las condiciones del país, que en esta coyuntura el núcleo principal de la lucha pasa de la acción callejera a la lucha político electoral de masas, es decir, a la posibilidad de dotar a las resistencias sectoriales y gremiales de un sentido y una trascendencia táctica, programática y estratégica de mayor alcance, dando la pelea hoy por hoy por derrotar al poder oligárquico y a edificar un gobierno y un Estado democrático-popular de transición. Lo cual, por cierto, reitera que el movimiento popular mexicano vive a su modo la hora de la pelea por la verdadera democracia. Esto explica que los procesos electorales de 2011, pero sobre todo la confrontación en el 2012 en torno a la presidencia y al gobierno de la República (ejes del poder político- estatal mexicano), conforman actos de interés y participación masiva y, más allá de su manipulación para seguir dotando de legitimidad a este régimen profundamente autoritario y represivo, los procesos electorales aparecen como espacios altamente utilizables por las fuerzas democráticas, socialistas y revolucionarias del país, por encima del provecho mercantil y del poder por el poder de las mafias de los partidos oficialistas.

Sexto.- Por lo anterior, el conjunto de fuerzas populares y personalidades que nos hemos congregado en el Segundo Encuentro del Congreso Social, resolvemos, convocamos y llamamos a todas y a todos los mexicanos honestos, progresistas, democráticos, socialistas, revolucionarios y/o damnificados por las políticas del neoliberalismo y/o hastiados del dominio oligárquico hoy materializado mediante la alternancia PRI–PAN, a organizar una gran insurrección cívico electoral de masas, ciudadana, popular, desde abajo y a la izquierda, a través de la gran unidad popular nacional, que sume nuestros esfuerzos y recursos, en esta fase crucial de vida de la nación, a fin de articular y potenciar las resistencias y luchas reivindicativas y políticas de nuestro pueblo para derrotar a la oligarquía en el poder, formar un gobierno democrático-popular de transición el que, sostenido y apoyado por la insurrección cívico electoral, aplique un plan de gobierno democrático-popular de transición y convoque a un Constituyente que apruebe una nueva Constitución. La consigna es ¡Con el voto al gobierno y con el pueblo al poder! Promovamos en todos los rincones de la patria las acciones necesarias para organizar en 2011 y 2012 la participación popular electoral de masas. Agitemos la bandera de nuestro programa por un nuevo proyecto de nación y de sociedad; dotemos por doquier a la lucha reivindicativa del sentido y la trascendencia de la inmediata lucha por el poder, superando cualquier resabio de gremialismo, sectorialismo y dispersión. Y así, en las próximas semanas, con el programa de la victoria y la unidad popular abramos la discusión y el proceso de selección y nombramiento de una candidata o candidato a Presidente popular de México.

Séptimo.- En nuestro programa de la victoria popular, una reivindicación fundamental lo constituye la instalación de una asamblea nacional constituyente que discuta y apruebe una nueva Constitución. Pero esta reivindicación no es el prólogo sino el resumen de aquella ruta de la victoria popular, es un punto de llegada de las fuerzas progresistas, democráticas, socialistas y revolucionarias del país, una demanda que será efectivizada por la insurrección cívico electoral que permita y efectúe la derrota de la oligarquía, la conformación de un gobierno democrático-popular provisional y la aplicación de un plan de gobierno democrático-popular de transición. Cualquier intento de llevar a cabo este Constituyente sin la insurrección cívico electoral no sólo está llamado al fracaso sino, de manera objetiva, a hacer el juego a las mediatizaciones oligárquicas del país. La gran unidad popular nacional que debe y puede construirse en la participación popular electoral de masas, es el camino vivo de construcción de la insurrección cívica electoral; en este camino deben converger todas las resistencias populares, todos los liderazgos populares, todos los esfuerzos e intentos de liberación de nuestro pueblo. Ella será posible en la medida que forjemos conciencia de esta ruta de la victoria popular, en la medida en que coadyuvemos a una organización más eficaz de las resistencias y luchas de nuestro pueblo. En esta ruta, y sólo en esta ruta, este Congreso Social y los venideros o espacios similares que el pueblo forje en su camino hacia la libertad, serán embriones de asamblea nacional del poder popular en México, en la que todas y todos los mexicanos, el pueblo en su integridad, se ejerza como el supremo soberano y la máxima autoridad de la sociedad mexicana, y por la que el Gobierno y el Estado comiencen a ser simples ejecutantes de la voluntad de nuestras comunidades mexicanas. En esta ruta, los reunidos en este magno evento debemos, moral y políticamente, comprometernos a luchar, a dar nuestros mejores esfuerzos.

Octavo.- La lucha por las transformaciones radicales y verdaderas que México requiere, es imposible sostenerla y cualificarla sin las condiciones objetivas que proporcionan las diversas y complejas resistencias y movimientos gremiales, sectoriales, locales y regionales populares y sociales del país por la defensa de los derechos adquiridos pero negados, por mejoras en las condiciones de vida y de trabajo. Pero es igualmente improbable luchar exitosamente por el cambio social radical que las condiciones plantean si no se pelea aquí y ahora por la democracia y las libertades. Por ello, el rumbo hacia un nuevo constituyente, exige aplaudir y apuntalar todos los esfuerzos de unidad y lucha que se alientan desde diferentes visiones ciudadanas, sindicales, populares y políticas, que construyen agrupaciones, frentes, coordinadoras, ONG y otros referentes para resistir y enfrentar al sistema, a sus políticas, a sus "reformas estructurales" y a su violencia intimidatoria y desorganizadora. De aquí nuestra solidaridad sin límites hacia los movimientos de los electricistas, de los mineros, de los maestros, de los empleados del ISSSTE y del IMSS, de las centrales campesinas y en general con todos aquellos que resisten y luchan. Por ello, exigimos solución inmediata y verdadera a sus demandas, con diálogo y respeto a sus derechos adquiridos. De igual manera, repudiamos las reformas lesivas a la seguridad social, a las leyes del trabajo y al sistema educativo, entre otras. Naturalmente, no podemos dejar de asentar que la solución auténtica y verdadera a todos los problemas fundamentales de nuestro pueblo sólo podrá alcanzarse con la remoción, hoy cívico electoral, de la oligarquía y el establecimiento de un gobierno democrático-popular de transición.

Noveno.- La articulación de todas las resistencias y luchas populares que requiere el momento para derrotar al poder del gobierno, debe ser concretada en una amplia unidad popular nacional de los movimientos sociales, políticos, territoriales, culturales, económicos, de género, de edad, de las más diversas resistencias antineoliberales que ya se despliegan en el país, que en concreto vienen enfrentando a su manera las distintas expresiones del poder despótico y autoritario de la oligarquía. Para esta unidad popular nacional no hay recetas, ya que cada organización y movimiento ofrece características propias, rasgos y demandas específicos, no obstante, hay que aprender de nuestra propia experiencia, basada en los resultados de anteriores intentos de grandes reuniones nacionales, la cual nos revela que si en éstas magnas concentraciones no se definen ejes programáticos y acciones tácticas y estratégicas viables y concretas en torno a la lucha y a sus objetivos y no se conforma una dirección política única de los procesos y organismos que llevaron a cabo la reunión nacional, como el presente Congreso Social, es, cuando menos, muy difícil si no es que imposible que éstas materialicen la gran posibilidad y potencia que encierran y contienen. Es decir hace falta construir el liderazgo colectivo que de conducción o direccionalidad política, ideológica, organizativa y moral a nuestro movimiento. Naturalmente, esta dirección política debe ser plural, incluyente, colectiva, altamente democrática; debe ejercerse como el compromiso colectivo de imprimir seguimiento y control de realización de los acuerdos tomados, como articulación de los esfuerzos para realizar las tareas aprobadas y promover ulteriores experiencias de reflexión y sistematización de las prácticas conjuntas realizadas y de toma de nuevos acuerdos y compromisos. En consecuencia, el segundo encuentro del Congreso Social hacia un nuevo Constituyente, acuerda…

Con unidad, programa común y candidato o candidata de unidad popular la victoria será nuestra.

¡NUNCA MÁS GOBIERNOS ASÍ!

¡FUERA LOS GOBIERNOS DEL PAN Y DEL PRI!

¡NI PRI NI PAN, GOBIERNO POPULAR!

¡CON EL VOTO AL GOBIERNO CON EL PUEBLO AL PODER!

Fraternalmente

LOS DIRIGENTES Y ORGANIZACIONES POLÍTICAS, CIVILES, SINDICALES, CAMPESINAS, INDÍGENAS, COOPERATIVAS, SOCIALES Y POPULARES REUNIDAS EN EL SEGUNDO ENCUENTRO DEL CONGRESO SOCIAL HACIA UN NUEVO CONSTITUYENTE EN MÉXICO


* Este documento fue redactado en la primera quincena de noviembre de 2010, por una comisión de integrantes de la Unión de Juristas de México (UJM) y Rumbo proletario (RP), coordinada por: Eduardo Miranda Esquivel y Armando Martínez Verdugo. En la redacción se consideraron en lo general las posiciones e ideas de un conjunto de organizaciones políticas y sociales, con las cuales se sostuvieron encuentros bilaterales y multilaterales, destacando la participación de dirigentes y/o activistas de: Alianza de Tranviarios de México (ATM), Central de Organizaciones Campesinas y Populares (COCYP), Comité Ejecutivo Nacional Democrático SNTE (CEND), Congreso Social del DF (CSDF), Coordinadora Socialista (CS), Dialogo Nacional (DN), Dignidad Social (DS), Encuentro AC, Frente Educativo Popular Revolucionario (FEPR), Frente Nacional de Organizaciones Sociales y Productivas (FNOSP), Frente Nacional Social (FNS), Frente Popular de Organizaciones Sociales del DF (FPOS), Frente Popular Revolucionario (FPR), Frente Sindical Mexicano (FSM), Movimiento Nacional organizado "Aquí Estamos" (MONAE), Movimiento Urbano del Poder Popular (MUPP), Organización Nacional del Poder Popular (ONPP), Partido Comunista de México (PCM-ML), Partido del Trabajo (PT), Partido Popular Socialista (PPS), Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas de PEMEX (UNTyPP), entre otros. Por la premura del tiempo y la instalación de los trabajos del Congreso Social ya no fue posible extender la consulta sobre el mismo y concensuar la redacción final, en todo caso, es una modesta aportación conceptual y práctica al movimiento social. Adhesiones e informes: 5537319665 y 5535540705 E-mail: unionjuristas@hotmail.com

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