Julio Hernández López: Astillero
El gobierno del gran caldero hirviente sigue preparándose para festejar la Revolución: ayer, el administrador de esa masa nacional de fuego propuso al Congreso que se autorice al secretario de la Defensa Nacional a practicar una suerte de leva profesional interna, facultándolo para que en situaciones de emergencia –como las que constituyen lo cotidiano en este México felipesco– pueda reclasificar al personal denominado de servicio –por ejemplo, médicos, ingenieros, administradores– y considerarlo de arma. Es decir, la habilitación de efectivos de campo dentro del propio aparato administrativo del Ejército, en una búsqueda rápida de cuadros de mando para continuar con la guerra contra el narcotráfico. Y, en la misma línea de los preparativos para lo que venga, el vicepresidente del caldero, Genaro García Luna –muy mentado por estos días en viajeros ámbitos franceses– detalla su programa de gobiern..., perdón, de trabajo en materia de la nueva policía modelo y explica que habrá más tareas de inteligencia y que ciertas unidades de operación serán formadas y capacitadas en cuarteles militares por instructores verde olivo. Y el propio comandante FC insiste en presionar públicamente al Congreso para que apruebe el libreto del mando único de policías estatales, que es una forma de ir preparando la instauración de la gran jefatura nacional de las fuerzas armadas policiales: los municipales, a un timón único en cada entidad; más delante, cuando las cosas sigan descomponiéndose, las entidades a un gran control apellidado García Luna. ¡El narco sigue, la guerra vive!
Los preparativos para la Revolución –bueno, este tecleador equívoco debía decir para los festejos del centenario de la Revolución– transcurren plácidamente. Nada importante se ha programado para que a nadie se le ocurra nada importante. La insoportable levedad del Veinte de Noviembre incluye un desfile militar en el Zócalo capitalino como para demostrar que el poder de las armas oficiales apabulla sin escondrijos las pretensiones de asumir la fecha en términos de festejo popular, movilización general o algún indecente ¡Viva Villa, cabrones! Cien años después, los pelones, los federales, los defensores de la institucionalidad cuestionada. Dislate sin justificación sería el comparar sólo por eso a Felipe con Porfirio: no ha hecho el michoacano nada de lo que el oaxaqueño hizo, ni siquiera tomar oportunamente su Ipiranga.
Tampoco hay en el México de hoy una irritación nacional galopante, como tampoco la había el mismo Veinte de Noviembre fundacional al que faltarían meses para que se convirtiera en algo parecido a un verdadero movimiento revolucionario. En crisis múltiple, la nación mexicana vive anestesiada por el poder televisivo, amenazada por la violencia bajo programa, constreñida a lo inmediato de la sobrevivencia, dividida intencionalmente, cívicamente doblegada, uncida a las Iniciativas México y a las telenovelas auténticas y las políticas. Si acaso, el acento insurreccional estaría relacionado con el narcotráfico, según las interpretaciones gringas que han hablado de narcoinsurgencia, tratando de dar sentido político al hecho de que en las filas del negocio de las drogas crece un ánimo de desestabilización y confrontación del modelo gobernante, del sistema vigente, y no sólo de choque armado con policías y soldados.
En ese pasmo generalizado asoman de pronto episodios que desatan especulaciones varias. Por ejemplo, lo que en un principio se difundió como un infarto del obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, sucedido a unas horas de que debiera realizar trámites jurídicos de defensa ante las acusaciones de fraude y lavado de dinero que le han hecho o de que, si se resistiera a las leyes terrenas, debiera ser apresado por agentes policiales. El enriquecido jefe religioso parecería haber sido tocado por un golpe providencial que lo colocaba fuera del alcance del brazo judicial, como sucede con frecuencia con clientes adinerados de litigantes tramposos que fingen males de salud de sus defendidos para que en suites hospitalarias de lujo puedan atender el curso de procesos que los carentes de poder viven desde celdas hacinadas y llenas de peligro. A la hora de cerrar esta columna se sabía que el obispo Cepeda se hallaba bien, estable y fuera de peligro, e incluso comenzaba a correr la versión de que no se había producido infarto alguno sino males cardiacos que para efectos de elusión de eventuales encarcelamientos sirven igual.
Pareciera carecer de peligro real para Enrique Peña Nieto el desenlace que ayer se anunció del proceso de búsqueda de candidato del lopezobradorismo para el estado de México, según dieron a conocer Horacio Duarte, quien ha acompañado de manera destacada y cercana al tabasqueño en su Gira de la Lealtad, y los dirigentes partidistas Ricardo Cantú (PT) y Luis Walton (Convergencia). La seleccionada ha sido la senadora Yeidckol Polevnsky, quien fue candidata al mismo puesto frente al panista Rubén Mendoza Ayala y al priísta que ahora busca la postulación a Los Pinos. Presente estuvo, sin duda, en el resultado final, la maquinaria de complicidades encabezada por Arturo Montiel, pero Polevnsky no tuvo, sin embargo, un rango de diferencia numérica que hiciera pensar en fraude electoral. En todo caso, el empuje puesto marcadamente por AMLO en aquella campaña electoral ayudó a que el PRD mantuviera un nivel parecido al de un PAN desfondado (a Mendoza Ayala le estallaron diversos escándalos). Ahora, en circunstancias menos favorables para AMLO que en aquellas épocas promisorias, con el antecedente de la derrota ante el mismo que ahora manejará un aparato electoral aún más fuerte y feroz, y con el fantasma de la alianza PRD-PAN, la suerte comicial de la exdirigente de cámaras empresariales podría dañar en lugar de ayudar a la de quien, así, pareciera tener la mira puesta más en el crecimiento de su candidatura al 2012 que en un eventual triunfo en el Edomex donde, por razones aún no bien explicadas, la gran ausencia será la de Alejandro Encinas. ¡Feliz fin de semana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
El gobierno del gran caldero hirviente sigue preparándose para festejar la Revolución: ayer, el administrador de esa masa nacional de fuego propuso al Congreso que se autorice al secretario de la Defensa Nacional a practicar una suerte de leva profesional interna, facultándolo para que en situaciones de emergencia –como las que constituyen lo cotidiano en este México felipesco– pueda reclasificar al personal denominado de servicio –por ejemplo, médicos, ingenieros, administradores– y considerarlo de arma. Es decir, la habilitación de efectivos de campo dentro del propio aparato administrativo del Ejército, en una búsqueda rápida de cuadros de mando para continuar con la guerra contra el narcotráfico. Y, en la misma línea de los preparativos para lo que venga, el vicepresidente del caldero, Genaro García Luna –muy mentado por estos días en viajeros ámbitos franceses– detalla su programa de gobiern..., perdón, de trabajo en materia de la nueva policía modelo y explica que habrá más tareas de inteligencia y que ciertas unidades de operación serán formadas y capacitadas en cuarteles militares por instructores verde olivo. Y el propio comandante FC insiste en presionar públicamente al Congreso para que apruebe el libreto del mando único de policías estatales, que es una forma de ir preparando la instauración de la gran jefatura nacional de las fuerzas armadas policiales: los municipales, a un timón único en cada entidad; más delante, cuando las cosas sigan descomponiéndose, las entidades a un gran control apellidado García Luna. ¡El narco sigue, la guerra vive!
Los preparativos para la Revolución –bueno, este tecleador equívoco debía decir para los festejos del centenario de la Revolución– transcurren plácidamente. Nada importante se ha programado para que a nadie se le ocurra nada importante. La insoportable levedad del Veinte de Noviembre incluye un desfile militar en el Zócalo capitalino como para demostrar que el poder de las armas oficiales apabulla sin escondrijos las pretensiones de asumir la fecha en términos de festejo popular, movilización general o algún indecente ¡Viva Villa, cabrones! Cien años después, los pelones, los federales, los defensores de la institucionalidad cuestionada. Dislate sin justificación sería el comparar sólo por eso a Felipe con Porfirio: no ha hecho el michoacano nada de lo que el oaxaqueño hizo, ni siquiera tomar oportunamente su Ipiranga.
Tampoco hay en el México de hoy una irritación nacional galopante, como tampoco la había el mismo Veinte de Noviembre fundacional al que faltarían meses para que se convirtiera en algo parecido a un verdadero movimiento revolucionario. En crisis múltiple, la nación mexicana vive anestesiada por el poder televisivo, amenazada por la violencia bajo programa, constreñida a lo inmediato de la sobrevivencia, dividida intencionalmente, cívicamente doblegada, uncida a las Iniciativas México y a las telenovelas auténticas y las políticas. Si acaso, el acento insurreccional estaría relacionado con el narcotráfico, según las interpretaciones gringas que han hablado de narcoinsurgencia, tratando de dar sentido político al hecho de que en las filas del negocio de las drogas crece un ánimo de desestabilización y confrontación del modelo gobernante, del sistema vigente, y no sólo de choque armado con policías y soldados.
En ese pasmo generalizado asoman de pronto episodios que desatan especulaciones varias. Por ejemplo, lo que en un principio se difundió como un infarto del obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, sucedido a unas horas de que debiera realizar trámites jurídicos de defensa ante las acusaciones de fraude y lavado de dinero que le han hecho o de que, si se resistiera a las leyes terrenas, debiera ser apresado por agentes policiales. El enriquecido jefe religioso parecería haber sido tocado por un golpe providencial que lo colocaba fuera del alcance del brazo judicial, como sucede con frecuencia con clientes adinerados de litigantes tramposos que fingen males de salud de sus defendidos para que en suites hospitalarias de lujo puedan atender el curso de procesos que los carentes de poder viven desde celdas hacinadas y llenas de peligro. A la hora de cerrar esta columna se sabía que el obispo Cepeda se hallaba bien, estable y fuera de peligro, e incluso comenzaba a correr la versión de que no se había producido infarto alguno sino males cardiacos que para efectos de elusión de eventuales encarcelamientos sirven igual.
Pareciera carecer de peligro real para Enrique Peña Nieto el desenlace que ayer se anunció del proceso de búsqueda de candidato del lopezobradorismo para el estado de México, según dieron a conocer Horacio Duarte, quien ha acompañado de manera destacada y cercana al tabasqueño en su Gira de la Lealtad, y los dirigentes partidistas Ricardo Cantú (PT) y Luis Walton (Convergencia). La seleccionada ha sido la senadora Yeidckol Polevnsky, quien fue candidata al mismo puesto frente al panista Rubén Mendoza Ayala y al priísta que ahora busca la postulación a Los Pinos. Presente estuvo, sin duda, en el resultado final, la maquinaria de complicidades encabezada por Arturo Montiel, pero Polevnsky no tuvo, sin embargo, un rango de diferencia numérica que hiciera pensar en fraude electoral. En todo caso, el empuje puesto marcadamente por AMLO en aquella campaña electoral ayudó a que el PRD mantuviera un nivel parecido al de un PAN desfondado (a Mendoza Ayala le estallaron diversos escándalos). Ahora, en circunstancias menos favorables para AMLO que en aquellas épocas promisorias, con el antecedente de la derrota ante el mismo que ahora manejará un aparato electoral aún más fuerte y feroz, y con el fantasma de la alianza PRD-PAN, la suerte comicial de la exdirigente de cámaras empresariales podría dañar en lugar de ayudar a la de quien, así, pareciera tener la mira puesta más en el crecimiento de su candidatura al 2012 que en un eventual triunfo en el Edomex donde, por razones aún no bien explicadas, la gran ausencia será la de Alejandro Encinas. ¡Feliz fin de semana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Enrique Galván Ochoa: Dinero
Cuando el año próximo llegue la hora de los brindis por la apertura en Japón de la torre de telecomunicaciones más alta del mundo –será bautizada como Sky Tree– los yakuza no tendrán nada que celebrar. Yakuza es el nombre de la banda criminal cuya actividad principal es vender protección a la industria de la construcción. El gobierno y las empresas se han unido para mantener a los gánsters fuera del negocio, en una acción anticorrupción sin precedentes. La secretaría de hacienda, por ejemplo, ha dictado instrucciones a los bancos para prevenir el lavado de dinero, congelar préstamos a compañías que sirven de parapeto a los mafiosos, e incluso tienen prohibido abrirles cuentas, por gordas que sean. Traigo este tema a colación porque ayer los senadores Manlio Fabio Beltrones y Raúl Mejía, del PRI, y Ricardo García Cervantes, del PAN, presentaron sendas iniciativas para reforzar el combate a la corrupción. Los priístas proponen, en resumen, establecer penas más pesadas, y el panista plantea la creación de una fiscalía nacional anticorrupción. Sin desestimar el valor que tienen ambas, conviene analizarlas cuidadosamente, porque podría suceder que, ya convertidas en ley, fomenten la corrupción en vez de atacarla. La propuesta de los senadores priístas supone que serán la Secretaría de la Función Pública y la PGR las que tengan a su cargo la investigación y aplicación de los incrementados castigos. Ese sería un paso en falso, las cosas quedarían como están. Ambas dependencias tienen una larga trayectoria en el plano del encubrimiento. Por lo que toca a la creación de una fiscalía anticorrupción, una figura que ya existe en otros países –por ejemplo, en España–, hay un par de consideraciones importantes. El presidente de la República es intocable. ¿Tendría facultades el fiscal para llevarlo a juicio en caso necesario? ¿Y quién designaría a este fiscal que debería ser de hierro? García Cervantes propone que sea el Senado, con el voto de las dos terceras partes de los legisladores presentes. ¿Pero quién lo propondría al Senado? Si fuera una terna elegida por el Presidente se repetiría el procedimiento para la elección del titular de la PGR. El actual, Arturo Chávez, consiguió los votos de la bancada del PRI porque, según dijo uno de sus miembros, temían que Calderón propusiera a alguien peor. La Yakuza mexicana se ha colado muy adentro. Las propuestas de los senadores Beltrones, Mejía y García Cervantes, por bien intencionadas que fueran, al final podrían darle más fuerza.
Banorte-Ixe
Nace un nuevo banco que resulta de la fusión de dos ampliamente conocidos: Banorte-Ixe. Se coloca en la posición número tres del sistema, después de Bancomer y Banamex. Y sus accionistas son mexicanos. IXE es un banco orientado a una clientela de alto nivel. Tiene sucursales de lujo, sirven café a los clientes, les ofrecen Internet gratuito, y Banorte es un banco para un público masivo. Con su fusión podrán servir a todos los niveles. Ya juntos cuentan con mil 263 sucursales, más de 5 mil cajeros y 64 mil terminales punto de venta.
El Premio de De Niro
¿Quién no tiene presente a Robert de Niro, el protagonista de películas como Cabo de miedo y Taxi driver? Acaba de crear un premio anual de 25 mil dólares como reconocimiento a un pintor destacado. Su padre lo fue, nunca ganó celebridad. Ahora la tendrá, de otro modo.
Julio Boltvinik: Economía Moral
Las carencias sanitarias del DF suelen subestimarse porque se manejan indicadores aislados y porque en cada uno de ellos se adoptan umbrales muy bajos. Al considerar el sistema de suministro de agua de manera aislada y adoptar como umbral mínimo el agua entubada dentro del terreno, sólo 2.85 por ciento de la población del DF viviría con carencias hídricas, de acuerdo con la base de datos de la ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares) 2008. Igualmente, si se considera de manera aislada el drenaje, sólo 1.33 por ciento carecería de acceso a la red pública de drenaje o a fosa séptica. Éstos son los umbrales que maneja el Coneval en su metodología de medición multidimensional de la pobreza. Con ellos se subestima ideológica y metodológicamente las carencias sanitarias del DF y del país.
Carlos Fernández-Vega: México SA
En intensa gira artística por los medios de comunicación afines, ayer los esforzados jilgueros oficiales enronquecieron tras repetir, una y otra vez, que en 2011 el inquilino de Los Pinos y otros integrantes de su gabinetazo no, y mil veces no, obtendrán más ingresos por desempeñar (se supone que lo hacen) los puestos públicos que ocupan. Que no y que no, fue la constante. Uno de ellos, por ejemplo, aseguró que Felipe Calderón seguirá recibiendo el mismo sueldo; decir lo contrario, sólo crea confusión y odios hacia el gobierno, pero la verdad prevalecerá, tendrá que dar la cara (Julio Castellanos, secretario de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de los Diputados y, por si fuera poco, panista y michoacano, en declaraciones a W Radio).
Qué tranquilidad. Con declaraciones como la citada desaparece cualquier duda y desencanto, pero resulta que para cubrir el requerimiento financiero que implica pagar el inexistente aumento en las remuneraciones del inquilino de Los Pinos y demás funcionarios beneficiados con esa irreal decisión, los diputados aprobaron una partida presupuestal hasta de 513 millones de pesos, los cuales, íntegros, en 2011 se destinarán, netos, a garantizar la cobertura de lo que pomposamente la jerigonza burocrática denomina potenciación de seguro de vida institucional y pago extraordinario por riesgo.
Para dar una idea de qué se trata, la cantidad asignada al pago de los inexistentes aumentos resulta, por ejemplo, 3.5 veces superior a la ampliación presupuestal autorizada por los diputados para el Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1.7 tantos a la correspondiente al Instituto Nacional de Bellas Artes, y 12 con respecto a la canalizada al Instituto Mexicano de Cinematografía. Si se prefiere, es similar a dos tantos la ampliación presupuestal aprobada para el mantenimiento de escuelas de educación básica en el Distrito Federal; 2.5 al del programa de becas, 5 al fortalecimiento a las acciones asociadas a la educación indígena, 20 al Consejo Nacional de Fomento Educativo, y similar a lo asignado al Instituto Politécnico Nacional y/o al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Ahora, ¿de dónde sale la loca idea de que los ingresos del inquilino de Los Pinos y algunos funcionarios aumentarán en 2011? En el anexo 16.1.2 del presupuesto para el año entrante aprobado por los diputados, se especifican los límites de percepción extraordinaria total en la administración pública federal y el personal que recibe potenciación del seguro de vida institucional y pago extraordinario por riesgo (en el caso de Felipe Calderón se especifica que el pago es por concepto de sueldos y salarios). Así, el citado anexo detalla que mil funcionarios (377 civiles y 623 militares) son los felices ganadores hasta de 513 millones 210 mil 624 pesos en el año de referencia.
El inquilino de Los Pinos encabeza el inventario de beneficiarios, pues será quien mayor monto reciba: 48 mil 186 pesos (netos) adicionales por mes, con lo que sus ingresos se elevan a cerca de 200 mil pesos cada 30 días (también netos). En la relación de personal civil autorizado a obtener este inexistente aumento aparecen, sin nombre, nueve secretarios de Estado (de despacho, en realidad); 27 subsecretarios; 11 oficiales mayores; 33 jefes de unidad; 123 directores y coordinadores generales; 52 directores generales adjuntos; 46 directores; 72 subdirectores y tres jefes de departamento. Por el lado del personal militar, simplemente se establece que el número de agraciados es de 623, sin especificar rango.
Mil plazas en total (377 civiles, 623 militares), con un costo mensual hasta de 513 millones 210 mil 624 pesos (42 millones 767 mil 552 mensuales). El único que tiene asignación fija (48 mil 186 pesos, netos, por mes) es el inquilino de Los Pinos. Para el resto se fijan mínimos y máximos. De ese tamaño es la inexistencia de los aumentos. Es de suponer, aunque en el presupuesto de egresos de la Federación 2011 no se precisa, que entre los nueve secretarios de Estado a beneficiar se cuentan los de Gobernación, Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública Federal. El procurador general de la República no es secretario de Estado, pero cobra como tal. Cada uno de ellos (más cuatro funcionarios de ese nivel) se embolsará hasta 47 mil 393 pesos mensuales (netos, es decir, después de impuestos). Los subsecretarios obtendrán hasta 47 mil 318 pesos mensuales, y de allí para abajo (el jefe de departamento ganaría como máximo 7 mil 523 pesos), lo que quiere decir que el riesgo también tiene tabulador.
He allí el inexistente aumento a Felipe Calderón y a 999 funcionarios adicionales. Se puede estar de acuerdo o no con la rebanada que le toca al inquilino de Los Pinos, si realmente la amerita y justifica, si eso es austeridad o despilfarro, pero en los hechos 48 mil y pico de pesos mensuales sería uno de los gastos menores del susodicho. Por ejemplo, en enero del presente año erogó (obvio es que con recursos públicos) 22.8 millones de pesos por gastos de ceremonial y organización de congresos y convenciones; en marzo del mismo año, 11.5 millones por servicios para el levantamiento de encuestas telefónicas y cara a cara en vivienda; en julio del mismo año 19.2 millones por servicios de postproducción de campañas para radio y televisión en formato digital y/o cine en materia de gobierno; en agosto 38 millones por “servicios de producción y postproducción off line de espots de radio y televisión”, 26 millones adicionales por “servicios de producción y postproducción off line de campañas de difusión” y otros 32 millones por servicios integrales de transporte terrestre, y así por el estilo, sin considerar la voluminosa utilización de recursos de los mexicanos para alimentar a su igualmente voluminoso equipo de seguridad (más de 4 millones de pesos sólo en marzo, y sin considerar las galletitas que tanto le gustan a Margarita).
Todo ello, desde luego, en el marco de la medianía juarista que Felipe Calderón dice mantener y promover. Entonces, para este personaje 48 mil pesos mensuales de más, en los hechos, es lo de menos.
Las rebanadas del pastel
Favor de aclarar la duda, porque no les alcanza la memoria. Más de 50 millones de pobres, 2.5 millones de desempleados, 12 millones de expulsados de su tierra, 13 millones de sobrevivientes en el sector informal de la economía, millones de trabajadores y campesinos con ingresos de hambre, cuando los tienen, alrededor de 9 millones de indígenas, millones de niños lombricientos y demás personal nacional se preguntan: “mañana, 20 de noviembre, se conmemora el centenario de la ¿Revolu… qué?”
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Penultimátum
Bien podría llamarse la comezón del décimo año, pero la alegría no llega a tanto para quienes se atreven a escuchar sus nuevos cd o asisten a sus conciertos, si se realizan. Y es que, so pretexto de festejar el Bicentón, diversos grupos que crecieron al amparo de Televisa y sus filiales disqueras, volvieron a los estudios de grabación y a los escenarios. El resultado no puede ser más lamentable.
Los primeros en saborear la miel amarga del fracaso fueron los integrantes de Garibaldi, el conjunto inventado en el canal de las estrellas y cuya fama traspasó fronteras como reyes del playback. Lograron colarse a los festejos del Bicentón vía una melodía en un cd que, pese a la publicidad, no tuvo el éxito esperado. Quisieron presentarse en vivo luego de años de ausencia, pero los boletos se quedaron en la taquilla obligando a suspender los conciertos.
Patricia Peñaloza: Ruta Sonora
Una precaria caja de ritmos hilvana una secuencia de imágenes, que va de una modesta actuación subterránea a fines de los años 80 en la ciudad de México, a un atiborrado Palacio de los Deportes coreando la misma canción: a través de las persianas, de la mente y de los recuerdos de sus cuatro tripulantes, así como de quienes los han seguido durante 20 años, un largo juó-io-io-io-io-ió se extiende del LUCC a una mega producción en el Foro Sol, de Argentina a Colombia, para volver a un Zócalo capitalino atestado y de nuevo a la noche oscura de algún antro peludo y vacío de épocas remotas. La piel se eriza y el impacto emocional es certero. Si algo hay que reconocer al documental Seguir siendo, de Ernesto Contreras y José Manuel Cravioto, que se exhibe hace una semana en el país con 120 copias, es su oficio para elegir con tino y rítmica edición, así como fluida narrativa cinematográfica, las tomas precisas en el momento adecuado, como para retratar cabalmente tres años recientes de Café Tacvba (y de ahí retomar trozos de su trayectoria), enfocándose en el proceso creativo, en la música, no tanto en sus vidas privadas.
El Correo Ilustrado
Sobre una foto de Nahui Ollin
En referencia al desnudo fotográfico de Nahui Ollin publicado en la primera página de La Jornada de enmedio el martes 16 de noviembre, me permito hacer las siguientes aclaraciones.
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Matteo Dean: La dignidad migrante
Es la historia de siempre. En la vieja Europa periódicamente los gobiernos en turno se encuentran obligados a aplicar decretos legislativos de regularización de los miles de migrantes sin papeles. Además de ser el indicio más concreto de la inutilidad de las políticas represivas de las corrientes migrantes que surcan el planeta Tierra, ya que éstas, con o sin papeles, nunca paran, las regularizaciones son también el instrumento –uno más– para el control del inmenso contingente de migrantes indocumentados que vive en los países de destino.
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Raúl Zibechi: Congreso de los Pueblos: la Colombia de abajo y a la izquierda
Los importantes acontecimientos sucedidos en octubre en el escenario político sudamericano, las dos vueltas de las elecciones brasileñas y la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, además de las repercusiones de los sucesos de Ecuador del 30 de septiembre, opacaron uno de los más importantes hechos que involucra a los movimientos sociales: la realización de la primera sesión del Congreso de los Pueblos, en Bogotá, Colombia, entre el 8 y el 12 de octubre.
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Jaime Martínez Veloz: Chiapas antes y después del EZLN
Anteayer se cumplieron 27 años de que se fundó el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (17 de noviembre de 1983), cuya irrupción en el escenario nacional y chiapaneco modificó sustancialmente la geografía política estatal y la del país.
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José Cueli: La Revolución que no termina
La Revolución que mañana cumple 100 de años de iniciada después de dejar un millón de muertos, se ha desplazado del campo a la urbe. No porque la ciudad llame, sino porque el campo expulsa. En la misma forma que hace un siglo, el hambre de las mayorías sigue presente. Esa hambre de la que da cuenta nuestro periódico el domingo pasado, en un espléndido reportaje de Gabriela Romero.
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