La autora analiza las diferentes reacciones que ha suscitado que Michael Douglas atribuya su cáncer de boca a la práctica del sexo oral, y celebra que la polémica haya servido para visibilizar a una práctica sexual apenas representada en los medios
Bilbao,
09 jun. 13. PíkaraMagazine/AmecoPress.- Hace unas semanas el actor
Michael Douglas concedió una entrevista al periódico inglés The
Guardian. En ella aseguraba que su cáncer de garganta se originó debido
al virus del papiloma humano (VPH) contraído por practicar sexo oral.
Esta declaración por parte de una persona con una enorme proyección
pública no podía pasar desapercibida y, efectivamente, no lo hizo. A mí
me sorprendió que la mayoría de las reacciones suscitadas en las redes
sociales fueran negativas, no leí nada positivo acerca de una cuestión
que, a mi parecer, tiene más aristas de lo que parece.
En
las escenas de sexo vemos un coito en el que ella siempre disfruta, y
mucho. Sexo oral es, para la mayoría, una felación. El cunnilingus es
una práctica invisibilizada porque rompe con la prescripción de que la
mujer se pone al servicio del placer del hombre
Me pareció
positivo que el cunnilingus se visibilizara, aunque lo hiciera en estas
circunstancias. El silencio sobre el sexo oral recibido por las mujeres
es casi total en las representaciones sexuales habituales, en el cine,
en la televisión e incluso en el porno. Cuando en cualquier película
aparece una escena de sexo, lo que vemos es un coito en el que ella
siempre disfruta, y mucho. Sexo oral es, para la mayoría, una felación.
El cunnilingus es una práctica invisibilizada porque, de alguna manera,
rompe con el sexo normativo que prescribe que la mujer se pone al
servicio del placer del hombre; normalmente se entiende que en ese
ponerse al servicio del placer de él, ella encontrará el suyo.
Naturalmente
no es así, pero así nos lo cuentan, y así lo recogen la mayoría de las
representaciones sexuales que nos llegan. Además, ese “ponerse al
servicio de” incluye que si alguien se pone de rodillas es ella, y no
él. El sexo se sigue pensando, por supuesto, en términos jerárquicos, y
ofrecer placer sin recibirlo sigue siendo cosa de mujeres. Por otra
parte, cuando se habla del cunnilingus se hace casi siempre en tono de
broma. Por lo general, las mamadas serán lo que sean pero no suelen ser
objeto de broma; son siempre una cosa seria.
Así ocurrió
también en los comentarios que se hacían en las redes sociales acerca
de las declaraciones de Michael Douglas. Estos comentarios se pueden
dividir en dos grupos. Los negativos pero que se lo toman a broma, y
los que se lo toman en serio, aunque también lo valoran de manera
negativa. Entre los primeros, muchos eran del tipo: “Claro, como al
vejestorio no se le empina…” Y había muchos otros que se referían a
Michael Douglas como “maricón”. Para los primeros, practicar el
cunnilingus es propio de hombres mayores que no pueden recurrir a la
práctica heterosexual por excelencia, el coito. Es decir, se ofrece
sexo oral a las mujeres cuando no se les puede ofrecer sexo “normal”,
cuando uno ya es tan viejo que tiene que recurrir a estas cosas para
poder tener sexo porque es incapaz de tener una erección, cosa que se
supone de mucho más valor que el cunnilingus. Por otra parte, un viejo
está mucho más propenso a humillarse ante una chica, ya que a su edad
no puede aspirar a mucho más si quiere tener sexo. Es lo que creían
quienes opinaban que la culpa de lo que le ha pasado a Michael Douglas
la tiene el empeñarse en casarse con una mujer como la suya. Suponemos
entonces que Catherine Zeta-Jones estaría mucho más contenta si
dispusiera de un marido con una potente erección.
Por tanto,
sexo oral sólo cuando el pene no funciona bien, como último recurso. Y
siempre considerado algo gracioso, banal, sexo de segunda categoría, no
verdadero sexo. Lo más curioso es que entre quienes opinaban así había
algunas feministas, lo que en mi opinión demuestra lo naturalizado que
tenemos el coito como auténtico sexo heterosexual y la poca importancia
que le damos a las prácticas sexuales en la determinación o
significación del género.
En cambio, en
los comentarios que calificaban al actor de maricón, está claro que lo
que se considera normal es que en caso de que se chupe algo, esto sea
un pene. Cuando comenté la noticia en mi trabajo, la mayoría de la
gente dijo sin especial mala intención: “no sabía que Michael Douglas
fuese gay”, es decir, suponían que el actor había contraído el VPH
practicando felaciones a otros hombres. Como he dicho, sexo oral es
siempre una felación. A mis compañeros de trabajo no se les pasaba por
la cabeza la idea de que las mujeres pueden recibir sexo oral y no sólo
darlo. A la mayoría no le parecía lógico que un hombre heterosexual,
famoso y rico además, y por tanto sin problemas para tener las mujeres
que quiera, se “rebaje” a practicar sexo oral a una mujer. A un hombre
sí porque estas son cosas que hacen los gais.
Algunas
feministas hablan de criminalización del cunnilingus y de la vuelta al
mito de “la vagina dentada”; otros piensan que se la criminalización se
hace extensiva a todo sexo oral
El segundo
grupo, el de los que hacían comentarios serios, está compuesto por los
que piensan que con esta noticia se está intentando criminalizar el
sexo oral. Y entre estos también podemos distinguir dos tipos de
comentarios. Están por una parte algunas feministas que piensan que
toda la información ofrecida es alarmista y tendenciosa; que de lo que
se trata es de criminalizar el cunnilingus específicamente y hablan de
la vuelta al mito de “la vagina dentada”, la vagina como foco de
inmundicia, una imagen tradicional de nuestra misógina cultura.
Y por otro
lado están los que piensan que esta criminalización se pretende hacer
extensiva a todo el sexo oral, a cualquier práctica que no sea el coito
normativo. A estos no les falta cierta razón en cuanto a que es verdad
que algunos medios conservadores se han lanzado por la pendiente de
relacionar sin más cáncer y sexo oral. El ABC va claramente en ese
sentido, con un artículo que cita un estudio (que no cita nadie más) en
el que se asegura que la infección con el virus del papiloma humano
(VPH) ha superado como causante de cáncer oral al tabaco y el alcohol.
La redacción
de esta noticia es un ejemplo de mal periodismo porque, después de
afirmar esto, más adelante afirma lo contrario; además, toda la
información que ofrece contradice a la información científica más
confiable. Para quienes están seriamente preocupados por las
posibilidades reales de desarrollar cáncer a partir del contagio del
virus del papiloma humano que se transmite muy a menudo a través de la
práctica del sexo oral, la web de Materia ofrece una información
precisa y ajustada.
En todo caso,
es mejor no frivolizar con este tema. Yo recuerdo que cuando llegó el
sida en los ochenta, también pensábamos que era algo que se decía para
criminalizar el sexo gay y muchas asociaciones se negaron en un
principio a realizar campañas de prevención por esta razón. No nos lo
creímos. Pero eran otros tiempos. Las enfermedades de transmisión
sexual no son una broma y muchas de ellas son muy serias. El sexo
seguro no es de ahora ni se refiere sólo al VIH. Pero respecto al
cáncer de garganta o boca y al VPH, parece que por ahora no hay que
cambiar hábitos ni preocuparse en exceso. Álvaro Vives, responsable del
departamento de infecciones de transmisión sexual de la Fundación
Puigvert de Barcelona dice: “No está nada claro cómo llega el virus
allí (a la garganta). Asegurar que es a través del sexo oral es una
animalada”. Y de hecho, considera que el sexo oral “es el más seguro,
en especial el cunnilingus”. Así que tan sólo hay que tomar
precauciones adecuadas al nivel de riesgo. Una de estas precauciones,
ya lo sabemos, es el uso de preservativos. Y acompañando a la
visibilización del cunnilingus estos días hemos podido ver en la
televisión algo hasta ahora invisible, preservativos femeninos. Es
verdad que yo no soy muy partidaria de ellos ya que creo que el nivel
de riesgo es perfectamente asumible, pero eso es una decisión personal
y, además, depende de muchos otros factores. En todo caso, y para
variar un poco, ahí ha estado el cunnilingus durante unos días, en
‘prime time’ y eso sí me parece buena cosa.
Fotos: 1. Steve Rhodes. 2. Cómeme/Anjelkaido.
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