VIOLENCIA
Chihuahua no resuelve feminicidio; exigen reunión con Peña
Madres
frente a la Secretaría de Gobernación antes de iniciar el plantón |
Foto retomada del sitio de Facebook de la Agrupación Rosas Rojas
Por: Adriana Franco Rosales y Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-El pasado 4 de junio la Fiscalía General de Chihuahua informó a Bertha Alicia García que había identificado los restos de su hija, Brenda Berenice Castillo, desaparecida el 6 de enero de 2009 en Ciudad Juárez. Al día siguiente, la autoridad entregó “dos huesitos” en una pequeña caja.
De acuerdo con la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género Zona Norte, la identificación de los restos de Brenda se realizó en el Laboratorio Bode Technology, ubicado en Virginia, Estados Unidos, sin embargo a Bertha no se le dio ningún documento que acredite tal procedimiento.
“Como pudo”, la mujer consiguió un ataúd rosa –el color favorito de su hija–. El pasado 8 de junio sepultó los restos óseos de quien –le dijeron– era su hija. Lo que no enterró Bertha Alicia es su demanda de justicia.
Por esa razón se trasladó a la capital del país, junto con otras cinco madres de jóvenes desaparecidas, para iniciar un plantón frente a la Secretaría de Gobernación (Segob) y exigir una reunión con Enrique Peña Nieto, el gobernador de Chihuahua, César Duarte, y el fiscal general de la entidad, Ernesto Jáuregui Venegas.
Las otras mujeres provenientes también de Ciudad Juárez son: María Modesta Gómez Suárez, madre de Claudia Antonia Nuñez Gómez, desaparecida en 2007; Silvia Banda Pedroza, madre de Fabiola Janeth Valenzuela Banda, desaparecida en 2010, y Juana Ibarra Castorena, madre de Gabriela Espinoza Ibarra, desaparecida en 1991.
Igualmente se sumaron a la protesta María Esther Arizmendiz Moreno, madre de Brenda Patricia Luna Arizmendiz, desaparecida el pasado 15 de enero, y Rosa María Apodaca Granados, madre de Patricia Jazmín Ibarra Apodaca, desaparecida el 7 de junio de 2011.
Otras dos mamás (Perla Reyes Loya, madre de Jocelyn Calderón Reyes, desaparecida el 30 de diciembre de 2012, y Yolanda Betancourt Retana, madre de Janeth Paola Soto Betancourt, desaparecida el 23 de mayo de 2011) arribaron también a la Ciudad de México, pero regresaron a Chihuahua luego de que se informó la captura de integrantes de una red de trata de personas, que podrían estar ligados a los casos de sus hijas.
Las seis madres restantes comenzaron el plantón, acompañadas por Malú García Andrade, dirigente de la organización civil Nuestras Hijas de Regreso a Casa.
VEINTE AÑOS DE NEGLIGENCIA
La protesta iniciada ayer es resultado de la negativa de las dependencias federales y estatales, para atender las demandas de las madres de las jóvenes desaparecidas.
El pasado martes, el grupo de mamás se reunió con el procurador General de la República, Jesús Murillo Karam; el encargado de despacho de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), Rodrigo Archundia Barrientos, y la titular de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra), Nelly Montealegre Díaz.
No obstante, el encuentro fue estéril porque –según contaron las mujeres– ningún funcionario se comprometió a dar seguimiento a sus casos, pues argumentaron que la responsabilidad es de las autoridades locales.
Ahora, con su plantón frente a la Segob, las madres exigirán al titular del Ejecutivo, entre otras demandas, que la Procuraduría General de la República (PGR) considere los casos como delitos del fuero federal, se cree una Fiscalía especializada para la búsqueda y localización de mujeres desaparecidas; y se identifiquen los restos que permanecen en el Semefo de Ciudad Juárez con la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense.
Bertha Alicia manifestó hoy sus dudas sobre la identidad de los restos de su hija. Recordó que los huesos que le entregaron fueron localizados en febrero de 2012 en el Valle de Juárez, y aunque no se puede precisar la fecha de la muerte de su hija, las autoridades estimaron que para esa fecha los restos tenían al menos dos años en descomposición.
La mamá destacó también que su hija fue vista con vida en 2011 en un programa de televisión transmitido desde Los Ángeles, California.
PROTESTA SOCIAL
En junio de 2010, acompañada de Marisela Escobedo –activista asesinada en diciembre de ese año frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua mientras demandaba justicia por el asesinato de su hija Rubí Marisol Frayre, ocurrido en 2008–, Bertha Alicia caminó por más de tres semanas para llegar al DF con el fin de exigir una reunión con Felipe Calderón, pero sólo fue recibida por la Fevimtra, instancia que le prometió atraer el caso.
En 2011–cuando la mujer vio a su hija en el programa de TV “José Luis sin censura”– Bertha Alicia regresó a la capital del país para informar a las autoridades que su hija estaba con vida y que había sido trasladada a EU. La Comisión Nacional de Derechos Humanos intervino en el caso.
En 2013, además de caminar de Ciudad Juárez a Chihuahua, Bertha vino de nuevo a la Ciudad de México a manifestarse en la marcha conmemorativa por el Día Internacional de la Mujer junto con María Esther Arizmendiz Moreno, quien ahora también está entre las manifestantes.
Bertha sólo es una de las muchas madres que se han trasladado a la capital para exigir justicia, toda vez que la primera vez que las madres de las mujeres desaparecidas en Juárez marcharon en el DF fue el 25 de noviembre de 2002, para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Esa tarde, se congregaron más de 6 mil personas, encabezadas por la activista Norma Andrade, fundadora de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, quien exigió una audiencia con el entonces presidente Vicente Fox.
Exactamente un año después, Fox la recibió en Los Pinos, previo a la segunda marcha, en la que participaron miles de personas que acompañaron a 70 madres. En esa reunión, el Ejecutivo dijo: “Cada estado tiene su autonomía, pero como esta situación ya rebasó los límites, ahora sí tengo que actuar”.
Ante ellas, el mandatario “empeñó su palabra” al asegurar que serían resueltos los cientos de crímenes, pero el sexenio terminó sin que cumpliera sus promesas.
Para el sexenio de Felipe Calderón se dio la histórica sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) contra el Estado mexicano por la impunidad y negligencia con la que las autoridades resolvieron los casos de tres de las jóvenes encontradas en 2001 en Campo Algodonero, en Ciudad Juárez.
Calderón también se fue sin resolver la sentencia y sin detener las desapariciones y asesinatos de mujeres. En esta ocasión, las madres anuncian que no se irán hasta que Peña Nieto les diga “cómo van a encontrar a sus hijas”.
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