Pedro Echeverría V.
1. Lo que se necesita no son sueños o romances políticos, retratos idealistas de procesos políticos y de regímenes izquierdistas o centroizquierdistas que lleguen al gobierno, sino un análisis más científico, empírico y situado de estos procesos, y una evaluación más realista de su significado. Muy a menudo la izquierda se contenta con las ilusiones de progreso, rehusándose a criticar regímenes o proyectos políticos que son en cierto sentido, o decididamente, "progresistas" con el temor de que esa crítica o un punto de vista crítico puedan inhibir el cambio en una dirección de izquierda, o ayuden a la derecha. James Petras y Henry Veltmeyer, escritores del libro: Espejismos de la izquierda en América Latina, piensan que es lo que se necesita.
2. Los investigadores parten en 2008 de regímenes derechistas (partidarios del libre comercio y del neoliberalismo: Calderón en México, Uribe en Colombia, Alan García en Perú, Tabaré Vázquez en Uruguay, Bachelet en Chile, Fernández en República Dominicana, y también los de Panamá, El Salvador y Guatemala. Los regímenes ce "centroizquierda" de Centro América son: Chávez de Venezuela, Lula de Brasil, Kirchtner de Argentina, Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador y Daniel Ortega de Nicaragua. En 2014 las casas no han cambiado mucho; quizá sólo Uruguay donde el gobierno se inclina más a la izquierda al estar José Mugica; Chávez ha muerto y Lula ha dejado el gobierno dejando a sus sucesores; Nicolás Maduro y Dilma Rouseff.
3. Con base en lo anterior los analistas y profesores estadounidenses, Petras y Veltmeyer, hacen un repaso muy crítico de la situación en 2009 de América Latina, en particular de Argentina, Bolivia, Cuba y Venezuela. No conozco al segundo, pero Petras –que conozco desde hace 20 años- es uno de los grandes personajes que mayor comprenden la economía y la política en América Latina por tener muchas obras escritas, haber participado en asesoría de movimientos sociales y de diferentes gobiernos. Como se dice por aquí: "no dejan títere con cabeza", es decir, analizan críticamente "de manera constructiva" a los gobiernos buscando ayudar, no destruir; porque destruyen mucho más los que se dedican a tapar los errores.
4. En el caso de los gobiernos de la gran burguesía al servicio del imperio, como México, Colombia, Guatemala o Costa Rica, obviamente no se trata de simples "errores" de gobierno, sino de acciones conscientes y bien meditadas contra los trabajadores para servir a la clase dominante. Tratar de aconsejar o recomendar es iluso, tonto y hasta oportunista porque son políticas muy determinadas que sirven directamente al capital. Por el contrario a los gobiernos progresistas que de manera abierta buscan construir un socialismo buscando caminos adecuados, cuando sea necesario hay que criticarles de manera abierta cualquier desvío y proponerles caminos que les permita avanzar. Es lo que hacen Petras y Veltmeyer en su obra de casi 500 páginas.
5. En este profundo análisis crítico se asienta: ninguno de los regímenes autodenominados "radicalizados" o de centroizquierda intentó implementar ningún cambio estructural de importancia, pese a haber ganado las elecciones y contar con la ayuda de los sindicatos, de los movimientos sociales y de las organizaciones indígenas. A excepción de Chávez en Venezuela, ninguno anuló las privatizaciones las privatizaciones anteriores, tampoco tomaron medidas para redistribuir la tierra y el ingreso; ni para reducir las desigualdades y la imposición de tributos regresivos… Los intelectuales, en particular de la izquierda, han sucumbido a la retórica de cambio social, a los actos simbólicos y han sido atraídos por el poder.
6. Sin embargo no puede dejarse de reconocer la fortaleza de las grandes burguesías, el imperio, los medios de información y la iglesia en cada país. Pienso en México, en López Obrador y toda su voluntad y nivel de conciencia si serán suficientes para impulsar las transformaciones "pacíficas y de mucho respeto" que se necesitan. Pero reconocen Petras y Veltmeyer que en Venezuela el PIB ha crecido más del 87 por ciento, que la tasa de pobreza se redujo a la mitad y la extrema pobreza pasó del 43 al 9 por ciento; que el desempleo bajó a menos de la mitad, la economía ha creado puestos de trabajo al triple de la de los EEUU. La cantidad de médicos de atención primaria del sector público se amplió de 1,628 en 1998 a 119,591 en 2007.
7. Acerca de la economía y la política del continente se ha escrito muchísimo, pero James Petras –con sus experiencias y pensamientos- es algo especial y singular. Otro libro más que me ha ayudado a comprender un poco los movimientos de la región es el del especialista en Latinoamérica, el francés Alain Rouquié: "América Latina, introducción al extremo occidente"; puede servir para entender la problemática actual de nuestro continente. Rouquié es más historiador y político que proporciona una visión panorámica de los problemas actuales de la región, pues su libro de más de 400 páginas fue publicado en 2007 por siglo XXI. Pienso que mientras ayudamos en las luchas sociales, hay que desarrollar el pensamiento crítico. (23/I/14)
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