ESTADOS
Brindan seguridad en comunidades indígenas
Demetria Eva Cruz Ramírez, líder de las 10 mujeres topiles (policías comunitarias) de Cuauhtémoc | Foto: Página3
Por: la Redacción
Cimacnoticias/Página3 | Oaxaca.-Luce menudita, su estatura no rebasa la mínima que en promedio caracteriza a las mujeres oaxaqueñas, quizá 1.50 metros; su aspecto, el de una mujer cuyas penas han intentado derribarla; su mirada, a pesar de ello, limpia, pura, incluso tierna; su actitud humilde, su condición también, y la sonrisa que asoma cuando alguien le llama es inconfundible, incomparable.
Es Demetria Eva Cruz Ramírez, líder de las 10 mujeres topiles (policías comunitarias) de Cuauhtémoc, agencia del municipio de Santa Catarina Tayata, en el distrito de Tlaxiaco, un lugar donde los hombres ya no quieren ser policías.
Ella fue invitada por Alberto Esteva Salinas, secretario estatal de Seguridad Pública, a la reunión diaria de su gabinete.
“Allí en la comunidad nos nombraron policías para que sirviéramos el año pasado, fue una sorpresa para nosotras, porque tuvimos que hacer lo que ya no quieren los hombres y nos dijeron: ‘ora vamos a meter a las mujeres”… Ya les da flojera creo”, cuenta Demetria.
Somos 10, prosigue, vivimos de lo poquito que deja el campo, ya ve que no da mucho, todas somos madres de entre 21 y 50 años y en mi caso tengo seis hijos, la menor de 17. Soy madre soltera porque me falló el marido, ya sabe usted como son, expresa con nostalgia.
Algunos hombres de la comunidad al principio tenían dudas, como que pensaban “¿será que éstas van a poder?”, y mire, lo hicimos; en general la gente quedó agradecida porque sabían que como mujeres íbamos a “apretar” a los que se portan mal.
El papel de madre para Demetria no fue cosa fácil, durante el año que prestó el servicio a su comunidad sus hijos le decían: “Mamá, pero cómo fue a agarrar ese trabajo”. Y su respuesta era contundente: “Las mujeres solas o en bola somos bravas cuando tratan de dañar a nuestros hijos, a nuestra familia o a nuestra tierra, por eso acepté, porque no quiero que nadie dañe lo que amo”.
Cuauhtémoc Tayata tiene alrededor de 246 habitantes, un pueblo pequeño pero que no escapa a la amenaza delincuencial, sólo que, los “malosos”, como les llama Demetria, no sabían de qué estaban hechas estas mujeres.
Pues nosotros sí le entramos, sigue el relato la líder de las topiles, sentimos miedito en la primera vez pero cuando agarramos a los ladrones del pueblo, que ya habían ofendido a muchos robándoles sus cosas, agarramos coraje y dijimos ¡estos de aquí no salen!, relata.
Andar de noche es dejar a los hijos, a las parejas, correr riesgos, caminar en zonas inseguras, pero entre nosotras nos dábamos valor para andar de noche. “Ya sabe, nosotras las mujeres somos tan ideales que buscamos cómo hacerle”, apunta.
Díganle al gobernador Gabino Cué y al “secre” Alberto que me gusta ser topil y que quiero que María, Livia, María Guadalupe, Catalina, María Teresa, Teresa, Virginia, Patricia y Jael –el resto de mujeres policías– se sientan más orgullosas, que sí aceptamos la invitación que nos hacen para venir y prepararnos, y ayudar a que más mujeres hagan esta tarea, expresa Demetria.
“¿Qué no servimos? ¡Cómo no! Servimos y lo hacemos muy bien, sino pregunten a los ladrones si les quedaron ganas de robar en mi pueblo”, concluye la líder de mujeres topiles.
En las comunidades de la Mixteca oaxaqueña que se rigen bajo el sistema de usos y costumbres, luego de elegir a los ediles, el siguiente puesto a ocupar es el de topil, que puede ser representado por personas de la localidad con entre 15 y 25 años de edad.
El o la topil es un guardia encargado de la seguridad comunitaria, y que presta un servicio por el que no recibirá remuneración. En caso de incumplimiento puede ser sancionado.
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