NACIONAL
Víctima de redes de trata, estuvo presa 6 meses en Guatemala
Foto: Sandra de los Santos
Por: Sandra de los Santos, corresponsal
Cimacnoticias | Tuxtla Gutiérrez.-La guerrilla salvadoreña obligó a Noemí Méndez y a su hermana, Sonia de León, a salir de su país de origen. Noemí tenía 18 años de edad, Sonia nueve.
Noemí cayó en una red de trata de personas que la llevó en 1982 a Guatemala y la obligó a prostituirse. Durante seis meses estuvo encerrada en un cuarto, con alimentos racionados y obligada a tener relaciones sexuales todos los días.
Después de seis meses de estar aislada, con la ayuda de otras mujeres que estaban en su misma situación Noemí logró escapar. Intentó regresar a su país, pero continuaba el conflicto armado y no tenía a dónde ir allá, así que se quedó a trabajar en Guatemala, donde padeció explotación sexual comercial durante 15 años.
“Las que estábamos en esa casa éramos todas de El Salvador. Nos habían comprado en medio de la guerrilla. Yo tenía poco tiempo en comparación a otras que estaban ahí y fueron ellas las que me llevaron cuando se escaparon”, recordó Noemí, quien ahora tiene 50 años.
Su hermana de nueve años fue a dar a la casa de unos parientes, pero su tío la maltrataba y decidió escaparse. Llegó hasta México, donde vivió con niños en situación de calle. No se habían vuelto a ver desde que el conflicto en su país las separó.
Durante la Novena Caravana de Madres Centroamericanas Buscando a sus Migrantes Desaparecidos “Emeteria Martínez” que recorrió México en diciembre pasado, algunos familiares se reencontraron con sus seres queridos.
A pesar que la vida no la trató bien, a Noemí –quien ahora es promotora en la prevención del VIH en una organización civil– le gusta sonreír y conversar. Se siente bien apoyando a otras mujeres. Lo que ella pasó no le gustaría que ninguna mujer le vuelva a suceder “sea de Nicaragua, México, Guatemala o El Salvador”, advirtió.
Su intención de sumarse a la caravana de madres centroamericanas no sólo fue para reunirse con su hermana en Guadalajara, sino para dar fortaleza a otras mujeres. “Nos puede ir muy mal, pero hay que seguir porque siempre podemos hacer algo para que nos vaya bien”.
Ya en Guatemala, Noemí explicó que continuará con su labor de prevención del VIH en mujeres, porque está segura de que su contribución es necesaria para lograr, que aunque sea en algo, cambie la situación de las centroamericanas.
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