(10 de mayo, 2014).- ¿Quién está haciendo campañas sucias contra mujeres periodistas fuertes, inteligentes y valientes que tienen el valor, los conocimientos, el patriotismo y la honestidad necesarios para decir las cosas como son? Es el mismo machismo de siempre, el grotesco machismo nacional, aunque no sólo mexicano y no sólo proveniente de los hombres sino de mujeres indignas. Machismo que siempre pretenderá disminuir, denostar a las mujeres y los varones limpios para manejar el mundo a su antojo. Machismo, originado entre otros focos de poder por la religión, por las religiones más exactamente ¿o qué hay alguna que no sea misógina?
El machismo en política es una transparente táctica de censura. Desprestigiar para callar. Todas las periodistas de México lo hemos padecido, combatido y a veces sobrevivido. ¿Y sigue incólume? Hoy como ayer para tratar de silenciar a las mujeres se utilizan las armas más viles, verbigracia: la exposición pública de su vida privada como está aconteciendo con Denise Dresser y Sanjuana Martínez. Y ya que se celebra hoy fervorosamente el día de la madre, hay que preguntar quiénes son los abyectos que atacan a las mujeres por ese talón de Aquiles que son los hijos. En los volantes que inútilmente pretenden desacreditar a Carmen Aristegui hay una foto de su hijo.
Y el bajo PRI, nicho de personajes inmundos como Cuauhtemoc Gutiérrez De la Torre, de la “dinastía” que denunció Ana Cecilia Treviño, Bambi, en su libro de “ Basura de Oro” (que habría que rescatar como otro que escribió sobre iatrogenia) encuentra inmoral apoyo y tribuna en Radiofórmula – siempre azcárragas con el PRI , así sea de último nivel – esta vez con Ciro Gómez Leyva al que Aristegui opaca y le quita “rating”. ¿No te da vergüenza permitir esto , Rogerio Azcárraga supersenior?
Por lo visto tardará aún muchas generaciones México en curarse de sus grandes defectos entre los que destaca esa debilidad imbécil que es el machismo nacional. Pero por lo menos ahora hay en la sociedad mexicana miles de personas, obviamente de todos los géneros, que se percatan de LA VILEZA y conocen las manos que tiran las piedras. Y hay medios que se han higienizado como los Vargas, y comprenden lo que expresó apasionadamente Peña Nieto en Puebla el 5 de mayo, que la libertad de expresión es indispensable y debe de estar protegida por el estado. La moral de la sociedad mexicana ha hecho progresos, compañeras, y ustedes lo han logrado. Muchos miles de personas comprenden su labor y están con uds. Las felicito.
Me dan una envidia…
A mí me podían balacear mi departamento en un 9º piso desde la construcción de “Protexa” enfrente y no pasaba nada, aunque Novedades, mi periódico entonces publicara fotos del “incidente”. Quién le manda decían unos y otros con sonrisa de oreja a oreja: “se lo merece”.
No se registraba siquiera mi denuncia de que un hombre armado se aparecía regularmente en la portería de mi edificio con un ejemplar de la revista Siempre, preguntando ¿Vive aquí esta vieja? Les daba mucha risa. Sí eran muy primitivos y chistosos, pero estaba fresco el asesinato de Buendía.
Cuando estuve largamente “entre las patas de los caballos”, del poca monta de Miguel de La Madrid y luego de su discípulo, sucesor y jefe, Carlos Salinas, no se estilaba protestar porque una periodista fuese atacada.
Y menos ignominiosamente sacada de su tribuna de 8 años en Excelsior, por Raúl Salinas, el hermano del presidente espurio. Tampoco se consideraba “malo” que el Procurador Morales Lechuga la amenazara por escrito con consignarla por calumnia por haber dicho que “los hermanos del presidente hacían negocios” y se decía que Raúl, hoy de nuevo impoluto con Peña, quería quedarse con el Hipódromo de las Américas.
Cinco personas protestaron y me defendieron formalmente. Ahora muchos miles de mexicanos enterados estamos con ustedes, queridas colegas. Recuerdo con agradecimiento: a María Victoria Llamas, al escultor Feliciano Béjar q.e.p.d. , El político y amigo hasta la fecha Jesús González Schmal y creo que Pepe Ruiz Massieu. También amigos personales fuera de la prensa y “La Poni” que publicó algo en mi favor , aunque entonces no éramos tan amigas como de niñas en los meses que fuimos compañeras en el Liceo, porque me hizo una larga entrevista al entrar a Novedades y resulté una tarada pretenciosa. Pero fue amable y me dijo que a su marido le gustaba mi libro “La Grieta”, del que Novedades había regalado a suscriptores 45 mil ejemplares. No había redes sociales.
La Revista Siempre
Hablando de la revista estrella entonces… Pepe Pagés no me censuraba, pero tampoco a la gente que me insultaba por escrito. Cuando en 1976 tuve cáncer de mama, publicó una carta del asesino gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa , firmada por una diputada de Guerrero , en la que se burlaba de mi “por ya no tener alas”. La compañera de página en Excelsior la poetiza Margarita Michelena, que consideraba que yo era una “infame” por hablar mal de Raúl Salinas., ahora explicaba en El Dictamen de Veracruz y otros diarios, en un largo artículo de esos que escribía en tan correcto castellano, que “ Manú está podrida podrida por dentro y por fuera”. Y es que quería que pensara como ella y por fortuna me fue siempre imposible.
Robos
Tampoco le importaba a nadie que se metieran “ladrones” a mi casa y me robaran a placer, y vinieran los policías después a investigar y a llevarse hasta los cubiertos. A Victoria Adato, procuradora de Justicia del Distrito Federal, cuando era regente de la ciudad el gordo amigo del presidente La Madrid, le caía en gracia que denunciara que en vísperas de la boda de mi hija me robaran mi saco de mink. Se lo vamos a buscar, prometió. Y con gran sentido del humor me envió con sus policías uno de conejo. ¡Qué divertido! Sus agentes vinieron a cuidarme con la orden de avisar a las 6 de la mañana que llegaban y a las 12 de la noche que ya se iban. Robaron a todo el barrio, hasta el carrito de los camotes. Y exigí que se largaran. Todavía amenazaron: Pos a ver si no le pasa nada.
Terremoto
En ese 1985 del terremoto en que La Madrid mostró su cobardía e ineptitud mientras que la sociedad capitalina demostraría que lo hace muy bien sola sin necesidad de los funcionarios, se casaría mi hija y moriría mi padre. Y no sólo Victoria Adato preparaba regalito. El amigo Toño Mora, periodista solidario, jefe de prensa del Arq. Guillermo Carrillo Arenas, secretario de Desarrollo y Ecología, me avisó que se había montado una campaña contra mí “por ser una cualquiera”. Decía Carrillo Arenas que “le iba a pagar lo que le había dicho en el periódico” ¿ Qué le dije?
El Sismo, del 19 de septiembre de 1985, con epicentro en las costas de Michoacán, fue un evento de tipo trepidatorio y oscilatorio a la vez, de 8.1 escala de Richter . Acompañada de arquitectos amigos, visité las ruinas de los hospitales caídos en los que murieron cientos de personas. Y me mostraron como estaban construídos. Había trabes en el suelo todavía enteras pero se veía por dentro ¡Y no todas estaban armadas! Sólo tenían sueltos algunos pedazos de varilla.-
Escribí : “ El arquitecto, secretario de Ecología, descaradamente enriquecido en la “chafa” construcción oficial priista, tanto en la capital como en Guerrero al amparo del figueroísmo, es con su jefe De la Madrid el riquísimo “Hombre Gris”, ejemplo de la escandalosa impunidad priista.” Y le conté lo que había visto al colega Raúl Prieto , “Nikito NIpongo”, que a su vez dijo : “¿Quién era el jefe de supervisores de obra de la Comisión Constructora y de Ingeniería Sanitaria de la Secretaría de Salubridad y Asistencia (liquidada por José López Portillo) que erigió las salas del Hospital Juárez y del Hospital General donde murieron cientos de pasantes, médicos, enfermeras, afanadoras, mozos y como 400 parturientas con sus nenes? Pues nada menos que el glorioso arquitecto Guillermo Carrillo Arena. Así resulta que no es sólo un mentiroso y un ratero sino un multihomicida”, escribió Raúl Prieto en Excelsior.
Fui a ver al secretario de Gobernación Manuel Bartlett y le dije lo que pasaba: No te preocupes, dijo. Yo me encargo. Y lo hizo. No apareció en la prensa nada en mi contra . Es por esa visita que Pepe Cárdenas creía y creo que decía, que estaba “vendida” a Bartlett. Bueno el león cree que las leonas somos de su condición. Pero no hay tal, como lo demuestran las citadas periodistas, blanco de los mismos y las mismas machistas retrógrados.
Por defender a Díaz Serrano
Tuve que aguantar bajeza y media de la pandilla de Miguel de La Madrid, sostenida por muchos políticos que querían hueso, como Carlos Rojas, y de su “guardia de cuerpo” inicial : José Ramón López Romano, Rosa Luz Alegría , José Andrés de Oteyza, etc que lo llevaron a Los Pinos y a López Portillo a su caos final. La víspera de que metieran a la cárcel al director de Pemex, que posicionó a la empresa como la 4ª del mundo, invité a mis amigos Jorge Díaz Serrano y Helvia Martínez, con sus abogados a una última comida en casa. Llegaron seguidos por patrullas y soldados que como francos tiradores se apostaron en el edificio de enfrente, pero también llenaron las escaleras de varios pisos del pequeño edificio donde habitaba. Arriba de la terraza con techo acrílico sobrevolaban helicópteros. Ayudaron a desvirtuar la verdad algunos periodistas impecables, como mi amigo Miguel Ángel Granados Chapa y mi amigo Julio Scherer, que sabían perfectamente que era López Portillo quien quiso “ayudar” con un sobreprecio en la compra de barcos petroleros, a su pobrecita hermana Alicia López Portillo.
Y llegaron los Salinas Brothers y Marta Sahagun
Por supuesto defendí a Cuauhtemoc Cárdenas en 1988. El ganó las elecciones de ese año. Carlos Salinas asaltó el poder con la ayuda de su cuate entonces Manuel Camacho Solís. Y desde un principio se dedicó a minar a Pemex. Se le fue encima a Joaquín Hernández Galicia, La Quina, quizás enriquecido, pero nacionalista líder petrolero. A mi entender, desde entonces Salinas ya había pactado la entrega del petróleo con Bush padre. Ya se acabó el espacio, pero sepan, lectores y colegas que si los Salinas me sacaron del Excelsior , la Sahagún, de Grijalbo. Reconozco que ni Zedillo ni Calderón me tocaron. Estuve encantada en ese sentido. Ni me pelaron . Se inició así el ostracismo. Me vale. La gran recompensa de la vida es poder vivir en una playa gracias a mi herencia y a mi trabajo. Y , seguir escribiendo hasta el último aliento.
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