Intentaron secuestrarme junto con Bryan pero se les frustró”
Jacqueline
Santana López, activista y estudiante de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) acusada del supuesto robo de 500 pesos a una
policía, delito por el que ahora se encuentra en el reclusorio femenil
de Santa Martha Acatitla, responsabiliza al Estado de su detención y de
mantenerla en prisión pese a ser inocente.
Jacqueline -quien antes de su detención estudiaba su último semestre de
la carrera de economía en la UNAM donde mantenía uno de los mejores
promedios- concedió una entrevista telefónica a Cimacnoticias desde el
reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla, donde lleva 23 días
detenida.
Narró que fue privada de su libertad el 15 de noviembre, luego de que
un grupo de policías encubiertos la detuvieron en compañía de Bryan
Reyes Rodríguez, activista detenido el 1 de diciembre del 2012.
Ese día -continuó- ella y Bryan notaron desde la mañana que personas
vestidas de civiles los observaban, hecho que notificaron en redes
sociales y que estaban dispuestos a denunciar esa misma tarde ante la
Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Sin embargo, aproximadamente a las 3 de la tarde, cuando ambos jóvenes
regresaban a sus domicilios de hacer sus compras en la Central de
Abastos para preparar la comida vegetariana que venden, un grupo de
policías vestidos de civil los agredieron y sometieron. A Jacqueline la
detuvieron 4 mujeres y a su acompañante 8 hombres.
Jacqueline Santana contó que su compañero y ella alcanzaron a gritar
que estaban siendo secuestrados pero un hombre la jaló del cabello al
tiempo que le gritaba “quítate, perra, que a ti también te va a tocar”
y la metió a un taxi.
“Todo el tiempo que iba en el taxi me estuvieron preguntaron cuál era
mi actividad política, me preguntaron nombre y actividades y me dijeron
que si no cooperaba me trasladarían a un lugar donde recibiría mi
merecido”. La copiloto apuntó todo el tiempo con su pistola a
Jacqueline.
Cabe recordar que el abogado de Jacqueline Santana, Sergio Soto Nájera,
comentó en entrevista con Cimacnoticias que los testigos que
presenciaron los hechos supusieron que había ocurrido un secuestro, por
lo que inmediatamente alertaron a la policía capitalina. Minutos
después, agentes del DF interceptaron los automóviles en los que iban
Jacqueline y Bryan, encañonaron al conductor y ordenaron que soltaran a
los jóvenes.
En ese momento sus captores se identificaron como policías federales de
la Dirección General de Operaciones e Infiltración de la Coordinación
de Operaciones Encubiertas y al ver frustrado su intento de
“secuestro”, tuvieron que trasladar a Jacqueline y a Bryan al
Ministerio Público (MP).
Ello nos hace pensar, dice Jacqueline en la entrevista, “que era un
levantamiento extrajudicial con fines de desaparición forzada”.
La estudiante comentó que al llegar al MP nunca les dijeron porqué los
detuvieron. Las personas que atendieron su denuncia por intento de
secuestro “sólo hicieron oídos sordos”. A Jacqueline la entrevistó una
funcionaria de la delegación Álvaro Obregón que no se identificó ni
anotó nada de lo que ella le decía.
Luego del MP, la joven y su acompañante fueron trasladados al Juzgado
39 de Distrito, donde se les acusó de asalto con arma blanca en contra
de una mujer policía, a quien supuestamente robaron 500 pesos, delito
por el que habrían sido sorprendidos en flagrancia.
Desde el reclusorio, la estudiante de economía señala al Estado como
responsable del intento de su secuestro, que ocurrió justo 5 días
previos a la gran movilización del 20 de noviembre en apoyo a las
familias de Ayotzinapa.
“Son injusticias que voy a salir a gritar a la calle y voy a seguir
luchando por salir libre de este lugar donde hay muchas injusticias,
violaciones a Derechos Humanos, opresión y venta de mujeres”, advirtió.
Antes de su detención participó en la Jornada de acción global en apoyo
a las familias de Ayotzinapa. Año y medio atrás se unió al Colectivo
Acampada Revolución, en el que se reúne con otras y otros jóvenes para
discutir problemáticas sociales nacionales e internacionales, y hacer
trabajo para la comunidad.
También participaba en un proyecto con un grupo de mujeres en contra de
la violencia de género y para denunciar los casos de feminicidio en el
Estado de México.
Además, colaboraba con un grupo musical de hip-hop de protesta que se
llama “Guerrilla Bang Bang” con el que asiste a las marchas para
evidenciar la situación política y social que vive México.
Anteriormente Jacqueline participó en el movimiento #YoSoy132, que
llamó a la democratización de los medios de comunicación en México y a
la no imposición de Enrique Peña Nieto como titular del Ejecutivo
Federal.
“Yo he estado en un movimiento pacífico siempre siendo luchadora social”, observó.
Cuando quede en libertad -dice convencida- se dará a la tarea de
explicarle a la gente lo que está pasando, pero sobre todo evidenciar
que el Estado actúa en contra del estudiantado. “No me voy a callar de
ninguna manera”, advirtió.
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.-
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