Caíste con el orgullo que tienen quienes, en aras de la felicidad de sus hermanos de clase, sacrifican la comodidad personal…
Othón Salazar Ramírez
A
fines de 1974 ocurrieron hechos muy graves en Guatemala: el 20 de
diciembre fueron aprehendidos, torturados y asesinados Huberto Ezequiel
Alvarado Arellano, secretario general del Partido Guatemalteco del
Trabajo, y otros compañeros de ese partido hermano, incluidas tres
mujeres; cayó, asimismo, el camarada Miguel Alvarado Lima. Los
responsables de estos asesinatos fueron el ejército y la policía
judicial del gobierno de Kjell Eugenio Laugerud García, bajo asesoría
de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. A la
sazón, la labor conjunta de los órganos de seguridad, espionaje y
provocación de Guatemala, México y EU era conocida por el Partido
Comunista Mexicano y otras fuerzas de izquierda de nuestro país. En ese
ambiente de terror blanco en Guatemala, se presentaron el secuestro,
tortura y eliminación física de Hilario Moreno Aguirre, militante del
PCM y activo participante en las filas del Movimiento Revolucionario
del Magisterio y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación,
en el cual fue miembro, a partir de julio de 1965, del Comité Ejecutivo
de la Sección IX.
Hilario Moreno sobresalió en las filas del
PCM. En el discurso que pronunciara el 7 de enero de 1975, en el
Panteón de Dolores durante el sepelio del caído, Gerardo Unzueta
planteó: “¡Ha muerto un militante comunista de toda su vida! Un hombre,
que ingresó hace 37 años al partido nuestro, cuando tenía 25 años de
edad. Que actuó en todos los niveles de la vida interna de su partido,
pues fue miembro de base, dirigente de su organismo celular, miembro de
su comité estatal y dirigente de él, hasta llegar a miembro del Comité
Central del partido y jefe de redacción de su órgano, entonces La Voz de México”.
Hilario
fue designado por la dirección del PCM responsable de las actividades
solidarias con el PGT, tarea que cumplió con mucha discreción y alta
responsabilidad. Continuaba, así, el trabajo internacionalista que el
Partido Comunista Mexicano siempre mantuvo como uno de sus principios
fundamentales. Cabe recordar que el PCM participó activamente en la
formación del Partido Comunista de Cuba, el Partido Socialista (luego
Comunista) de Ecuador, el Partido Comunista de El Salvador y otros
partidos hermanos de América Latina; organizó la solidaridad militante
con la resistencia de Augusto César Sandino en Nicaragua contra la
intervención del imperialismo yanqui; impulsó la organización y lucha
de la Liga Antiimperialista de las Américas; acogió en su seno a
Gustavo Machado, Agustín Farabundo Martí, Julio Antonio Mella, Rosendo
Gómez Lorenzo y Julio Rosovski (Gómez), así como jugó un papel
destacado en la solidaridad con la República Española, Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas, China, Vietnam, Cuba, Chile y
Nicaragua.
La provocación
Como a las 23:00 horas
del 29 de diciembre de 1974, cerca de 40 elementos policiacos vestidos
de civil y armados de metralletas y pistolas asaltaron el domicilio del
profesor Hilario Moreno Aguirre, siendo detenidas 10 personas, el
militante comunista, su esposa, sus hijas y otros miembros de la
familia, entre ellos dos nietos. Fueron conducidos a los alrededores de
la Jefatura de Policía del Distrito Federal, de donde, encapuchados,
fueron conducidos al Cuartel General de Granaderos, frente al cine
Tlatelolco. La madre de los dos menores permaneció detenida en la
Jefatura de Policía.
En el Cuartel General de Granaderos ya se
encontraba Eusebio Martínez, estudiante de la Escuela Nacional de
Antropología e Historia, profesor de primaria y militante del MRM y el
PCM, que había sufrido prolongadas sesiones de tortura.
La
Dirección General de Policía y Tránsito del DF, encabezada por el
general Daniel Gutiérrez Santos, conocido jefe anticomunista vinculado
con la CIA y la policía guatemalteca, dio inicio al interrogatorio de
Hilario Moreno teniendo como “base” un supuesto plan subversivo contra
los gobiernos ultraderechistas de Guatemala y El Salvador. Los
maltratos no escasearon.
La señora Liliam Jiménez, viuda del
poeta guatemalteco Raúl Leiva, sus hijos y otros familiares, el 30 de
diciembre fueron detenidos y conducidos, encapuchados, al Cuartel
General de Granaderos siendo sometidos a interrogatorio y a amenazas.
El grupo de detenidos continuó creciendo, por nuevos arrestos.
Los
detenidos, mayoritariamente, fueron puestos en libertad el día 31,
continuando en los separos policíacos Hilario Moreno, una de sus hijas
y Eusebio Martínez. De acuerdo con informes de varios de los
capturados, los días 1 y 2 de enero de 1975, Hilario Moreno se
encontraba en buen estado de salud. El 3 de enero, los dos profesores
fueron trasladados a la Jefatura de Policía. El día 4, a las 14:00
horas, fue liberada la hija de Moreno Aguirre.
Paralelamente a
los allanamientos de morada, secuestros ilegales, detenciones,
interrogatorios y torturas a militantes comunistas y compañeros y
amigos de éstos, se producía una persecución injustificada y criminal
de militantes revolucionarios y democráticos de la República de
Guatemala, con la amenaza de enviar a los detenidos a su patria, donde,
por cierto, para esas alturas los gobernantes pro gringos no tenían
presos políticos, sino sólo muertos, desaparecidos y exiliados. De esta
manera, la provocación en México en parte era extensión del terror
desencadenado en el país vecino del sur, por indicaciones y al servicio
de los monopolios y el gobierno de la Unión Americana, con apoyo de la
oligarquía local.
Versión acerca del “suicidio” de Hilario y una supuesta “conjura”
El
5 de enero, la guardia matutina de los separos de la Jefatura de
Policía encontró en su celda el cadáver de Hilario Moreno Aguirre, que
según Daniel Gutiérrez Santos, fue producto de un “suicidio”. Ese mismo
día, la DGPTDF expidió un boletín en que sostenía semejante “tesis” y
otros absurdos.
Para los agentes de la gran burguesía mexicana
y el imperialismo norteamericano, enchufados en la Dirección General de
Policía y Tránsito del DF, Hilario Moreno, Eusebio Martínez, el exilio
guatemalteco y el PCM estaban involucrados en una “conjura comunista”
que incluía a México, Guatemala y El Salvador. Se aportaron como
“pruebas” contra Hilario un bono de 50 pesos de la Campaña Nacional
Económica del PC y dos pasaportes, y contra Eusebio la tenencia de
ejemplares de Correo de Guatemala, periódico irregular de circulación abierta en México.
En
apoyo de la versión de “suicidio” de Hilario Moreno y de la “conjura
internacional”, intervino el conocido macartista Pedro Ojeda Paullada,
procurador General de la República en ese entonces. En la farsa de
investigación, salieron a relucir supuestas injerencias del Partido
Comunista (sic) de Hungría (llamado en realidad, Partido Socialista
Obrero Húngaro) y el PC Rumano.
La provocación era clara. El
PCM había celebrado en diciembre de 1974 la II Conferencia Nacional de
Organización, que, ante los cambios producidos en la situación política
nacional, eliminó los aspectos sectarios de las resoluciones del XVI
Congreso Nacional del partido y privilegió la lucha por la libertad
política. Ello implicó desarrollar una amplia política de alianzas con
otros partidos de izquierda. En la lucha por la libertad política, se
hizo hincapié en conquistar los derechos políticos plenos del PCM, en
especial el registro legal del partido. Contra estos pasos, que
fructificaban, se enfilaba la provocación.
Las fuerzas democráticas y la provocación
Fue
estupenda la movilización de los partidos de izquierda, sindicatos
independientes, periodistas democráticos, intelectualidad avanzada,
franjas antimperialistas del Partido Revolucionario Institucional y
organizaciones estudiantiles en torno al asesinato de Hilario Moreno.
De inmediato protestaron el Partido Mexicano de los Trabajadores,
Partido Popular Socialista, Movimiento de Acción y Unidad Socialista,
Movimiento de Organización Socialista, Partido Obrero Revolucionario
(Trotskista), Secciones del Consejo Centro y Secciones Nucleares del
Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana,
Federación Sindical Revolucionaria, Frente Sindical Independiente,
Sindicato del Personal Académico de la Universidad Nacional Autónoma de
México, Frente Auténtico del Trabajo, secciones del Sindicato Nacional
de Trabajadores Mineros, Sindicato de Trabajadores de Traimobile,
Sindicatos Obreros Libres, Sindicato de Trabajadores de Industrias
Alumex, Sindicato de Trabajadores de KSB Mexicana del Hierro, Sindicato
Nacional Liga de Soldadores, Sindicato Independiente de Trabajadores de
Vidrio Plano de México, Sindicato de Trabajadores Madereros de Palomas,
Central Campesina Independiente y Sindicato de Trabajadores y Empleados
de la UNAM, entre otras muchas organizaciones.
Expresaron su
repudio al asesinato de Moreno, Rafael Galván, César del Ángel, Ricardo
Pozas, José Luis Ceceña Gómez, Juan Luis Cifuentes Lemus, Alonso
Aguilar, Carlos Schaffer, Alfonso Quiroz Cuarón, Carlos Jonguitud
Barrios, José Revueltas, Fausto Trejo, Juan Bañuelos, Vicente Leñero,
Helio Flores, Efraín Huerta, Jaime Labastida, Rogelio Naranjo, Luis
Suárez, Alberto Domingo y René Avilés Fabila; profesores y estudiantes
de varias escuelas y facultades del Instituto Politécnico Nacional y la
UNAM, y la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Escribieron sobre el homicidio, Miguel Ángel Granados Chapa, Gastón García Cantú, Carlos Monsiváis y Heberto Castillo, en Excélsior; Javier Romero, Rodolfo F. Peña, Téllez Girón y Miguel Covián Pérez, en El Día; Antonio Caram, Enrique Álvarez Barajas, Humberto Musacchio, Edmundo Domínguez Aragonés y Alejandro Miguel, en Ovaciones; Pedro Ocampo Ramírez, Fermín Palacios y Mayo Antonio Sánchez, en Últimas Noticias de Excélsior, y Alberto Domingo y Fausto Castillo, en Siempre! Los periódicos El Día, El Universal y Excélsior, así como la revista Siempre! publicaron editoriales críticos del proceder policíaco.
Denunciaron
la intervención de la policía guatemalteca en México, los dirigentes
juveniles Nazario Alvarado Morales, presidente de Tribuna de la
Juventud; Héctor Ramírez Cuéllar, secretario general de la Juventud
Popular Socialista; Rafael Oceguera Ramos, secretario general del
Movimiento Nacional de la Juventud Revolucionaria, y Ramón Sosamontes,
de la Comisión Nacional Juvenil del PCM.
En la revista Punto Crítico
se publicó una nota, que afirmaba: “...El examen de los hechos y su
contexto particular revelan la falsedad del suicidio y evidencian, por
el contrario, que Hilario Moreno fue fría y alevosamente asesinado por
la policía del DF bajo las órdenes del general Daniel Gutiérrez Santos”.
“Precedió
al asesinato de Hilario Moreno toda una campaña de histérico macartismo
instrumentado por la DGPT que incluyó: el descubrimiento de una
‘subversión internacional’ con ramificaciones en México, Guatemala y El
Salvador; la detención de Eusebio Martínez, Lilian Jiménez Vda. de
Leyva y otras muchas personas; las amenazas contra asilados políticos
centroamericanos y el ilegal cateo de domicilios particulares
acompañados de la rapiña policíaca…”
En la movilización
antirrepresiva, las demandas se centraron en el castigo a los culpables
materiales e intelectuales del crimen político, la destitución de
Daniel Gutiérrez Santos de la DGPTDF, la liberación de Eusebio Martínez
y el respeto al derecho de asilo de los guatemaltecos en México.
El MRM, Bloque de Delegaciones Independientes, Grupo Praxis, Frente Magisterial Independiente y Boletín magisterial,
que integraban la oposición sindical en el SNTE, celebraron un
importante mitin el 23 de enero a las 20:00 horas en el auditorio 15 de
Mayo del sindicato de maestros, con la participación de un orador por
cada organización.
De cara a las masivas muestras de
solidaridad, la Comisión Ejecutiva del CC del PCM expresó su
agradecimiento a los organismos y personalidades que repudiaron el
asesinato de Hilario y defendieron la legalidad republicana. En un
documento del 11 de enero, señalaba: “...El gobierno debe, al mismo
tiempo que realiza la investigación y sanciona a los culpables,
comprometerse ante la nación a establecer los instrumentos que
garanticen la vigencia de los derechos democráticos, a eliminar leyes y
reglamentos que dan poderes represivos a las fuerzas policíacas o
permiten el abuso…
“Es necesario lograr la destitución y
consignación penal de los jefes policíacos y las autoridades
responsables; también hay que terminar con la persecución y garantizar
el asilo a los patriotas guatemaltecos, que siempre han observado un
escrupuloso respeto por las leyes mexicanas; hay que arrancar de la
cárcel a Eusebio Martínez…”
Para el PCM y la izquierda
socialista en general, el asesinato del militante comunista significó
una gran pérdida, pero la provocación anticomunista fracasó, y las
condiciones para la acción conjunta y la alianza entre el Partido
Comunista y otros agrupamientos socialistas se abrieron paso con
firmeza, en tanto que fue parada la persecución contra los patriotas
guatemaltecos en México. El sepelio de Hilario fue un importante acto
unitario de la izquierda mexicana. Semanas después, sería liberado
Eusebio Martínez.
Bibliohemerografía básica
1. Libros y folletos
Martínez Verdugo, Arnoldo, La situación actual y la política del partido, México, ECP, 1974.
--Problemas de la táctica del partido, México, ECP, 1975.
--Después de las elecciones: abrir nuevos cauces a la libertad política, mimeo, 1976.
--Crisis política y alternativa comunista, México, ECP, 1979.
Peláez Ramos, Gerardo, “Cronología de la izquierda mexicana del siglo XXI”, en t. 1 de La izquierda mexicana del siglo XXI, México, UNAM Gob. de Mor., 2014.
--Historia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, México, STUNAM, 2ª ed., 1984.
--1975. Cronología obrera y sindical, México, STUNAM, 1981.
2. Periódicos y revistas
El Despertador, órgano central del MAUS.
El Día.
El Martillo, Chihuahua.
Excélsior.
Movimiento, órgano del MRM.
Oposición, órgano central del PCM.
Punto Crítico, revista dirigida por Adolfo Sánchez Rebolledo.
Revista Internacional, Praga, Caracas, México.
Tricontinental, La Habana.
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