12/19/2015

México: Mujeres aprenden a vivir con la violencia en la escuela


La violencia que viven las mujeres en la edad adulta se inicia en edades tempranas

Sophia D’Verdi

México, D.F., 14 dic. 15. AmecoPress/SEMlac.- La cifra se dice fácil, 46 por ciento de las mujeres ha sufrido, al menos una vez, algún hecho violento a lo largo de su vida, pero la cifra es equivalente a decir que cada cinco segundos en México una mujer sufre algún tipo de violencia. La violencia que viven las mujeres en la edad adulta se inicia en edades tempranas, señala Nashely Ramírez, coordinadora general de Ririki Intervención Social.

La especialista en Investigación Educativa y Ejercicio de la Docencia aseguró que las mujeres que comienzan a vivir la violencia en sus casas y en las escuelas aprenden a vivir con la violencia.
"Las niñas aprenden desde el principio, en muchas ocasiones en sus casas, la violencia; ellas ven la violencia ejercida hacia las madres y de las madres hacia ellas, y tienen un espacio, el de la escuela, que en lugar de contrarrestar esos mensajes los fortalece", señala Ramírez.
De acuerdo con el Informe Nacional sobre Violencia de Género en la Educación Básica, la única investigación que ha realizado la Secretaría de Educación Pública en 2009, la escuela es el espacio donde se aprenden y reproducen las relaciones sociales entre los géneros y la violencia de género porque se establecen relaciones de desigualdad entre niñas y niños.
El informe revela que las niñas son víctimas de distintos tipos de agresiones físicas: 29 por ciento de primaria y 22 por ciento de secundaria refieren que les han jalado el cabello; 4,4 por ciento de las niñas de primaria y 3,4 por ciento de secundaria han recibido puñetazos; a 15 por ciento de las niñas de primaria y 9,4 por ciento de secundaria les han dado de patadas.
A la par, cientos de videos que circulan a diario por las redes sociales son testigos claros de la forma en que se reproducen los hechos violentos y las relaciones desiguales entre el estudiantado, que agravan la violencia ejercida y vivida, señala Ramírez.
Mientras, las políticas, acciones y programas dirigidos a mejorar la convivencia escolar han demostrado ser un fracaso total.
"Son acciones que no logran disminuir la violencia en las escuelas, no solo entre las y los alumnos, sino de las personas adultas hacia las y los alumnos; y hay que señalar que, en el caso de las niñas, lo que ha aumentado es la intensidad en que se extiende la violencia usando las redes sociales.
"Se tiene el acoso sicológico, afectaciones, agresiones y discriminación en el espacio escolar, y encima se hace público muy rápidamente, lo que tiene un impacto mayor en las víctimas, sobre todo en las niñas", expresó.
Nancy M. no fue protagonista de un video, pero sí de un acoso constante no solo entre sus compañeras, sino entre sus compañeros de escuela.
Hoy estudia el cuarto semestre de sicología en la UNAM, es una activista convencida de que la educación en las escuelas debe cambiar y cuenta su historia, iniciada en el sexto de primaria, último año que no solo fue una pesadilla, sino donde aprendió a ser víctima de la violencia.
"Todo empezó con insultos, me decían gorda, panzona, fea, sobre todo las niñas; pero luego comenzaron los niños a insultarme y, cuando pasaba por los pasillos, me levantaban la falda.
"Me decían: ’vea sus grandes nalgas’; un día incluso me detuvieron entre varios compañeros y me alzaron la falda en el salón, y las niñas solo se reían", refiere.
Después de los insultos, comenzaron a esconderle sus pertenencias y los maestros no intervenían. "Cuando mi mamá fue a reclamar, fue peor, porque recuerdo que la maestra me paró frente al salón y preguntó a todos mis compañeros quiénes eran los que me estaban molestando y les dijo que mi mamá estaba muy molesta, que no quería oír ningún otro reclamo", relata Nancy.
Cuenta que pasaron como dos semanas sin que nadie la molestara, pero un día, en el recreo, en el cual pasaba la mayor parte del tiempo sola, se le acercaron dos niñas y dos niños y le preguntaron si su mamá seguía molesta.
"Como no les contesté, pues me paralizaba el miedo, me comenzaron a dar de cachetadas, primero las niñas y luego ellos; una me jaló del cabelló y me pidió que le pidiera perdón.
"Les pedí perdón de rodillas", relata. Faltó mucho a la escuela, todas las semanas tenía una enfermedad o un pretexto para no ir; a veces, cuenta Nancy, llegaba hasta la puerta de la escuela y no entraba, salía corriendo al parque; otras veces se quedaba con la señora de la tienda, frente a la escuela ubicada en el centro de la ciudad de México.
Así sorteó Nancy la primaria; en secundaria fue mudo testigo de la realidad; difícilmente hablaba, casi no participaba en las actividades deportivas ni de grupo. Era una niña solitaria; lo mismo que en el bachillerato, donde conoció a Ramiro.
"De verdad que estaba enamorada, pues fue el único que me apoyaba, incluso me defendía de los demás, mi vida de verdad cambió, por un tiempo, porque después él comenzó con los insultos, los gritos, las bofetadas y las patadas.
"Terminé en el hospital, adolorida, con dos costillas y la nariz rotas porque le reclamé que estaba coqueteando con una de mis compañeras".
Nancy es una víctima recuperada de las garras de la violencia, como ella dice. Después del hospital su mamá la llevó a un grupo de ayuda sicológico.
"Recobré mi fuerza interior, mi autoestima, aprendí a relacionarme como igual con los demás, y no desde mi condición de mujer maltratada, porque se convierte en un síndrome", explica.
Dice que en su casa nunca vio a su madre ni a su padre golpearse o insultarse, la violencia la aprendió en la escuela.
"En la escuela aprendí y padecí a personas que agreden, que maltratan, que son violentas, que ofenden, que golpean. Aprendí que era mejor quedarme callada porque nunca me salieron las fuerzas para defenderme y, cuando me enamoré, me relacioné de la misma manera", añade.
Las cifras de diversas encuestan muestran que, conforme avanzan en edad, el porcentaje de mujeres que experimenta agresiones físicas aumenta.
En las Encuestas Nacionales sobre Exclusión, Violencia e Intolerancia en las Escuelas de Educación Media Superior, 27,9 por ciento de las mujeres reportan haber sufrido agresiones físicas en la escuela.
Además, aumenta. Esa encuesta, aplicada en 2013, revela que el número de estudiantes de bachillerato que señalan haber sido insultadas en la escuela aumentó de 22,8 por ciento en 2007 a 26,8 por ciento; que las mujeres jóvenes que refieren haber sido golpeadas pasaron de 6,7 a 7,5 en los años de referencia.
La encuesta más reciente, de 2013, indica que 25,3 por ciento de las mujeres ha sido rechazada por sus compañeros, 34,9 por ciento ha sido ignorada; y frente a cualquier hecho de violencia entre los estudiantes, 40,9 por ciento de las alumnas refiere que sus profesores nunca o casi nunca intervienen, mientras 28 por ciento ignoran cualquier hecho de violencia entre los estudiantes.
Durante el noviazgo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo, 15 por ciento de las jóvenes revela que ha sido víctima de la violencia física, 76 por ciento de la violencia sicológica y 16,5 por ciento vivió violencia sexual.
"En las escuelas se establecen las primeras relaciones de noviazgo y se perpetúan las dinámicas de convivencia centradas en la violencia", dijo.
Ramírez lamentó que los datos sobre la violencia en las escuelas no estén actualizados y las encuestas que se han realizado no se vuelvan a replicar, salvo la de educación media superior, que dejó de hacerse en 2013.
Foto: Archivo AmecoPress. 

2 comentarios:

  1. Estas cifras de violencia en la esc. Y en el pais son escalofriantes,dignas de un estado fallido, y nuestras autoridades que estan haciendo ?

    ResponderBorrar
  2. Estas cifras de violencia en la esc. Y en el pais son escalofriantes,dignas de un estado fallido, y nuestras autoridades que estan haciendo ?

    ResponderBorrar