"El diagnóstico sobre el problema de la educación en México resultó simplista y equivocado", afirma.
El diagnóstico sobre el problema de la educación en México resultó simplista y equivocado. Los maestros están mejor capacitados de lo que el gobierno y empresarios supusieron.
La propia Secretaría de Educación Pública informó que casi la mitad de
los maestros evaluados (48.5%) obtuvo un puntaje excelente; 37.5% tiene
una preparación suficiente y sólo 14% tuvo un nivel insuficiente.
El gobierno y los empresarios no reconocen las causas estructurales
de los problemas de la educación en México. Existe un enorme rezago en
inversión pública. El Estado está muy lejos de cumplir su obligación de
destinar 8% del PIB a educación, como lo mandata el Art. 25 de la Ley
General de Educación. El máximo histórico de gasto público en educación
se tuvo en 2008 (4.4%) y desde entonces ha venido disminuyendo. Para
2016 será de 3.7% y en el proyecto de presupuesto para 2017, se reduce a
3.4%.
La falta de inversión se materializa en deplorables condiciones de
las escuelas: 40% de éstas carece de drenaje, 60% no tiene acceso a
internet; 46 mil operan con al menos un aula en la que el maestro no
dispone de silla, mesa o escritorio, y en 34 mil al menos un alumno tomó
clase sin un mueble adecuado para sentarse, escribir o dibujar; de
igual forma 44% de las escuelas primarias son multigrado (en un solo
salón se enseña de 1º a 6º grado), lo que constituye todo un reto pedagógico para los maestros.
Las malas condiciones de las escuelas no permiten que los procesos de
enseñanza-aprendizaje se lleven a cabo adecuadamente, limitando las
posibilidades de que los alumnos desarrollen sus habilidades y amplíen
sus conocimientos.
El diagnóstico del gobierno tampoco reconoce las múltiples
dificultades que impone la pobreza en el aprovechamiento escolar. Por
ejemplo, cómo lograr buenos resultados cuando 100 millones de mexicanos
son pobres, cómo lograr un nivel de aprovechamiento alto cuando la mitad
de los menores de 6 a 17 años (15 millones) vive en hogares en los que a
los adultos les preocupa que la comida se acabe por falta de dinero; lo
anterior sin contar que 1.5 millones de esos niños vive en hogares que
tuvieron que mendigar por comida; 7 millones comieron menos de lo que se
debía, y de ellos 3 millones se fueron a dormir con hambre o sintieron
hambre y no comieron por falta de recursos económicos. La pobreza
provoca que 40% de los niños de 6 a 12 años se encuentre en rezago
educativo (5 millones) y que México ocupe el lugar 32 de 34 con la mayor
deserción escolar.
La reforma educativa no busca superar estos problemas, sino
“domesticar” al magisterio, sobre todo a la CNTE (Coordinadora Nacional
de Trabajadores de la Educación); corriente democrática que ha mostrado
gran capacidad de organización, tiene una importante presencia en
estados con abundantes recursos naturales, y escapa a las componendas de
los partidos que firmaron el “Pacto” por México (PRI, PAN y PRD) y aprobaron la reforma educativa.
Esta ofensiva contra el magisterio se enmarca en una estrategia
global, en la que empresas y corporaciones intentan debilitar al
sindicalismo independiente, particularmente al de los maestros, que
concentra una parte importante de los trabajadores del estado en todo el
mundo y que lucha por conservar, no sólo su derecho a un contrato
colectivo, sino porque todos los menores tengan acceso a la educación
pública y de calidad. Los sindicatos de maestros en diversos países
tienen la capacidad de desafiar la imposición de esquemas educativos
estandarizados, vinculados a los intereses de empresas y corporaciones,
que pretenden tener una fuerza de trabajo dócil.
En su sexenio, Carlos Salinas de Gortari convenció a los
empresarios que con sólo las reformas estructurales de corte económico
(liberalización y desregulación de los mercados) y la firma de tratados
internacionales, México lograría ser más competitivo y tendría mayor
capacidad de crecimiento.
Nada de eso ha sucedido, gobierno y empresarios están reprobados
porque México tiene tasas de crecimiento muy bajas, la industria
nacional ha perdido competitividad y no tiene la capacidad de invertir
estratégicamente; la política económica ha destruido las empresas
nacionales y ahora sus dueños culpan de este desastre a los maestros.
Gobierno y empresarios están reprobados porque su reforma educativa no logrará que nuestro país avance,
sino que mantendrá a los maestros en una precariedad laboral y a la
población en edad de estudiar privada de las condiciones básicas para el
desarrollo de sus potencialidades humanas.
Una verdadera reforma educativa tiene que partir de un diagnóstico
objetivo, que incluya cuestiones de corte cultural, social y pedagógico.
Es el Estado, no los maestros, el responsable de la educación y ésta no
se reduce a lo que ocurre en las aulas. La posibilidad de obtener
buenos resultados en materia educativa pasa por la eliminación de la
corrupción, la disminución de la desigualdad y de la pobreza, aspectos
en los que el gobierno y empresarios están también reprobados.
*Araceli Damián. Es Profesora-Investigadora con liciencia del
Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de
México. Ha sido profesora visitante de la Universidad de Bristol y de la
de Manchester. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Es
Doctora en economía urbana por la Universidad de Londres, Inglaterra.
Tiene publicaciones nacionales e internacionales sobre la pobreza desde
diversas perspectivas. Entre sus publicaciones destaca el libro
Adjustment, Poverty, and Labour Market in Mexico (Ashgate, Gran Bretaña,
2000) y el titulado El tiempo, la dimensión olvidada en los estudios de
pobreza y bienestar, El Colegio de México, 2014. Es diputada Federal
por Morena y preside la Comisión de Seguridad en la Cámara de Diputados.
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