¿Y cómo lo logró? Le preguntaron sorprendidos los reporteros el día
que hizo estallar la bomba para detener la anulación de la elección del
pasado 5 de junio por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación.
“La información la obtuve trabajando, investigando, cruzando datos,
haciendo uso de mi experiencia, a través de contactos, con viajes a
México y al extranjero…”.
Paso siguiente, mostró una memoria fotográfica que contiene el
resultado de sus indagaciones y de las cuales, dijo, se darán a conocer
los beneficiados y socios, que junto con Javier Duarte, saquearon las
arcas del estado y lo llevaron a una deuda de 35 mil millones de pesos,
como la que Humberto Moreira le dejó a Coahuila.
Lo que no dijo fue quiénes son sus contactos ni cuál es su experiencia.
Sí mandó la advertencia al gobierno federal de que hay un ejemplar en
una “bóveda” y lo tienen tres personas de toda su confianza. “Será
imposible que alguien se apodere de ello”.
Yunes no contó que es amigo cercano del secretario de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong, el mismo que el 24 de febrero pasado se
reunió con Javier Duarte, lo que aumentó sus deseos de sacarlo del
estado. Pero algo sucedió que Enrique Peña Nieto insistió en mantenerle
el apoyo.
Los grandes amigos de Yunes en 2003 fueron Miguel Ángel Osorio Chong
(actual secretario de Gobernación) y Roberto Campa Cifrián (exsecretario
del Sistema Nacional de Seguridad Pública y hoy subsecretario de
Derechos Humanos en Gobernación), en 2003, quienes junto con él formaron
parte de la llamada “burbuja” de la entonces todopoderosa secretaria
general del PRI, dirigente nacional del sindicato más grande y rico de
Latinoamérica (SNTE) y coordinadora de la bancada de San Lázaro, Elba
Esther Gordillo.
En el partido Morena están convencidos de que Osorio Chong operó
desde Gobernación en favor de su amigo Yunes Linares, desprotegiendo al
candidato priista.
El propio aspirante del PRI, el senador Héctor Yunes, confesó
mientras desayunaba en el restaurante de Los Cristales de San Lázaro el 1
de septiembre, “no sólo fue él (Javier Duarte)… hubo mucho fuego amigo”
para que perdiera.
Amigos priistas Yunes tiene muchos y más de uno sabía que el
desempeño de Duarte en Veracruz lo había hundido hasta los grados de la
muerte; las desapariciones, torturas y ejecuciones fueron su distintivo
en el gobierno. Quien más enterado está de ello y los alcances es
justamente otro de los amigos de Yunes, Roberto Campa Cifrián, quien ha
tenido que ir a dar la cara cada vez que ciudadanos aglutinados en
organizaciones civiles como Solecito, descubren fosas clandestinas y
decenas de huesos humanos.
Además de sus amigos, Yunes Linares tiene una habilidad para detectar
desfalcos y simulaciones financieras, por algo fue presidente del
Tribunal Fiscal en Veracruz y no sólo eso, sumó experiencia en el
descubrimiento de transacciones financieras.
Hay que recordar, que desde sus oficinas en la Zona Rosa, durante las
indagaciones del caso Amigos de Fox, donde cientos de fojas financieras
llegaron a manos del PRI, Yunes Linares era el asistente legal del PRI y
uno de los que se dedicó a desentrañar la trama financiera para luego
presentarla ante las autoridades electorales.
Yunes aprendió de aquel caso, sobre todo asumió la misma estrategia
de Eduardo Fernández, quien fuera presidente de la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores y quien obtuvo los documentos que probaban el
entramado financiero de Amigos de Fox.
Eduardo Fernández fue detenido y encarcelado, sin embargo quedó en
libertad pues parte de su estrategia fue dejar los documentos originales
“en una bóveda” de Estados Unidos. Fue su seguro de vida.
Hoy, Yunes Linares hace público que posee información que probaría
entramados financieros y complicidades político-empresariales. Logró el
manto protector de la opinión pública que ya sabe a quién culpar si algo
le ocurre, pero también se blindó ante cualquier intento del gobierno
federal para no dejarlo asumir la gubernatura.
El gobierno federal, políticos, empresarios y expolíticos metidos a
empresarios, tomaron nota de que hay información “en una bóveda”, así es
que si alguien insiste en cerrarle el paso sabe que verá su nombre
publicado en algún medio, lo cual los obligaría a negociar con Yunes
Linares cualquier intento de bloqueo.
Yunes Linares es un político hábil, ha estado en medio de muchas
tormentas, pero hasta ahora su jugada del pasado 12 de octubre ha sido
sin duda su estrategia maestra. Y si no que le pregunten al PAN, que
hasta a ellos les dio cartas para que negocien muchos de los espacios
que demandan: integrantes del tribunal fiscal, el titular del nuevo
órgano anticorrupción, el presupuesto, otras gubernaturas, la discusión
de algunos temas de presupuesto en el Senado… en fin, la lista es larga.
Y todo gracias a la maniobra que en su desesperación llevó a Javier
Duarte a pedir licencia.
A Yunes sólo le falta conjurar cualquier pretensión de la Fiscalía
estatal de Veracruz por detenerlo bajo el argumento de que investiga la
querella que el 1 de agosto interpusiera por enriquecimiento ilícito el
gobernador con licencia Javier Duarte.
Algunos dicen que el último as de Yunes tiene que ver con la
operación financiera y política que Duarte llevó a cabo en favor de
Enrique Peña Nieto el día de la elección presidencial, pero eso nunca lo
sabremos porque Yunes sabe que estirar la liga a ese nivel sí lo
pondría en verdadero peligro a él y su familia. Pero la negociación se
puede dar en lo oscurito, ya se conocen.
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