Feminismo & micromachismo
Listado de cosas prácticas que escribe la autora dirigida a los hombres para que vayan acabando con los machismos de la vida cotidiana. Este breve texto fue a raíz de las discusiones que se generaron sobre cómo podían participar los hombres en el paro nacional de mujeres celebrado el pasado 19 de Octubre en Argentina. |
No digas “te hago la cama” cuando haces la cama en la que dormís con tu pareja.
Ni “te ayudo” a la hora de cocinar o asumir ocasionalmente alguna de las tareas domésticas.
Comparte diariamente ese trabajo invisible y no remunerado del hogar sobre el cual se sostiene la economía del país.
Regálale a tu hija también una pelota y juega con ella al fútbol.
Y a tu hijo cómprale una muñeca y un juego de cocina, con escoba y palita incluida.
No hagas chistes machistas con tus compañeros de oficina.
No te apoyes en el metro ni me susurres frases con connotaciones sexuales al oído cuando paso por esa vereda angosta.
No cosifiques a las mujeres en los medios de comunicación.
No rechaces a esa joven que se presenta por la oferta laboral que estás ofreciendo en tu negocio o tu empresa porque imaginas que puede quedar embarazada en poco tiempo y supones que va a faltar más que un hombre cuando se enfermen sus hijos.
No le pagues menos a tu empleada porque sabes que tiene cuatro hijos/as a cargo y no se queja por temor a perder ese salario.
No te opongas a que ellas ocupen lugares de decisión en el sindicato o encabecen listas en los partidos políticos.
No pagues por el cuerpo de una chica esclavizada por redes de trata.
Apoya que apruebe en el Congreso la interrupción legal de embarazo. La criminalización del aborto pone en riesgo nuestras vidas.
Acepta que tu novia maneja las riendas de su vida.
No abuses sexualmente de alguna de las niñas (ni de los niños) de tu familia.
No pienses que un “no” es un “sí”.
No me mates.
Ni “te ayudo” a la hora de cocinar o asumir ocasionalmente alguna de las tareas domésticas.
Comparte diariamente ese trabajo invisible y no remunerado del hogar sobre el cual se sostiene la economía del país.
Regálale a tu hija también una pelota y juega con ella al fútbol.
Y a tu hijo cómprale una muñeca y un juego de cocina, con escoba y palita incluida.
No hagas chistes machistas con tus compañeros de oficina.
No te apoyes en el metro ni me susurres frases con connotaciones sexuales al oído cuando paso por esa vereda angosta.
No cosifiques a las mujeres en los medios de comunicación.
No rechaces a esa joven que se presenta por la oferta laboral que estás ofreciendo en tu negocio o tu empresa porque imaginas que puede quedar embarazada en poco tiempo y supones que va a faltar más que un hombre cuando se enfermen sus hijos.
No le pagues menos a tu empleada porque sabes que tiene cuatro hijos/as a cargo y no se queja por temor a perder ese salario.
No te opongas a que ellas ocupen lugares de decisión en el sindicato o encabecen listas en los partidos políticos.
No pagues por el cuerpo de una chica esclavizada por redes de trata.
Apoya que apruebe en el Congreso la interrupción legal de embarazo. La criminalización del aborto pone en riesgo nuestras vidas.
Acepta que tu novia maneja las riendas de su vida.
No abuses sexualmente de alguna de las niñas (ni de los niños) de tu familia.
No pienses que un “no” es un “sí”.
No me mates.
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