10/19/2016

Los periodistas pal café. . . .



Nunca debió nombrarse a Andrés Roemer Slomianski embajador y representante permanente de México ante la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con sede en París (https://goo.gl/fvj8cc). Tan delicado e importante cargo fue adjudicado, como en muchos otros casos durante la actual administración peñista (con la anuencia de la obsequiosa Cámara de Senadores), en un contexto de amiguismos e improvisaciones que ha tenido un desenlace dañino para el interés nacional.
El deshonroso episodio del manoseado voto mexicano en la Unesco respecto de sitios sagrados en Jerusalén devino en graves acusaciones oficiales contra el ahora destituido Roemer Slomianski (lo cual confirma que la oficina a cargo de Claudia Ruiz Massieu Salinas de Gortari instaló en la Unesco a alguien sin la debida formación diplomática), en un conflicto con la muy influyente comunidad judía y en una penosa retractación mexicana del sentido de su voto, al pasar de la aprobación original del proyecto de la Unesco a una abstención en busca de reconciliarse con la postura israelí.
Como en una comedia de pastelazos se ha desarrollado la historieta del súbito héroe Roemer (la etiqueta épica le fue adjudicada por Enlace Judío, el espacio de expresión de la comunidad judía en México, uno de cuyos artículos editoriales se titula Gracias, Andrés, el Dreyfus mexicano, https://goo.gl/5i60I6). Por medio de un tuit (desde una cuenta que ya está inhabilitada, @roemerandres), el embajador de México responsabilizó al Estado mexicano del voto que presentó en primera instancia en la Unesco: Reitero todos los votos ante la Unesco (Ucrania, Israel, Kosovo, etc). No son votos de Andrés Roemer. No me represento ante Unesco/sino a Mx, escribió, en una precisión que era obvia (los embajadores no se representan a sí mismos, sino al país que los designó), y anunciaba su pretensión de encontrar coartadas.
Fuertemente impugnado por la comunidad judía, a la que pertenece, el embajador mexicano Roemer llamó por teléfono a Adina Chelminsky (@adinachel , en Twitter, quien le había espetado por la vía del pajarito azul: “¿Qué chingados estabas pensando? A veces ser tan ‘inteligente’ te hace ser un idiota”) y le explicó, según la síntesis que ella difundió en la edición mexicana del Huffington Post (y que no ha sido desmentida): en lo personal (Roemer) no está acuerdo con la decisión de México en la votación, no sólo por razones religiosas sino por el contenido de la resolución y la falta de información con la que se tomó la decisión. La incomodidad que le causó la votación lo llevó a pensar en su renuncia, pero decidió no hacerlo.
Lo que sí había hecho era ausentarse de la reunión, dejando a otro diplomático para que cumpliera con la instrucción de votar en el sentido que irritaba a la comunidad judía (esa treta se ha practicado varias veces en el Congreso mexicano, donde algunos opositores han preferido votar con los pies, dejando el salón de sesiones para no comprometerse personalmente, arguyendo en algunos casos la necesidad de ir al servicio sanitario). Carmel Shama Acogen, embajador de Israel ante organismos internacionales, reconoció el gesto del embajador ¿de México?: Fue conmovedor ver que abandonaste el salón durante la votación para evitar votar en contra de tus creencias. Además, pienso que su decisión de renunciar a su cargo es prematura y apresurada. Estoy seguro de que serás un gran activo para México y amigo de Israel (el texto fue publicado por el propio Roemer en su cuenta tuitera, ya desactivada). El portal Enlace Judío, citado aquí líneas antes, también emprendió la defensa del efímero ¿embajador mexicano? (había tomado posesión del cargo el primero de junio de este año) al difundir un documento de manejo interno de la Secretaría de Relaciones Exteriores en el que se indicaba a Roemer cómo votar. El título de la nota señala: Andrés Roemer votó en estricto sentido con el mandato enviado por la cancillería: aquí está la prueba https://goo.gl/vTnlvb).
Luego de ese polémico voto mexicano en positivo, presentado en una primera instancia de la Unesco (en la nota de La Jornada, de Patricia Ríos, se explica que la resolución se refirió al patrimonio cultural y religioso de Jerusalén Oriental, que excluye al judaísmo de la Explanada de las Mezquitas, conocido como el Monte del Templo), ayer México se echó para atrás y prefirió refugiarse en el plano de la abstención, aunque a fin de cuentas la resolución fue aprobada por mayoría.
Escritor, académico y difusor de la ciencia y la cultura, con sólida formación intelectual, Roemer ha ganado presencia pública como organizador de la Ciudad de las Ideas, un proyecto personal ahora asociado al gobierno de Puebla, a cargo de Rafael Moreno Valle, y a Televisión Azteca, de Benjamín Salinas Pliego, señal ésta en la que el citado Roemer ha sido productor y conductor de programas. Es probable que, por sus antecedentes y capacidades, Roemer hubiera tenido un buen desempeño en otro tipo de encargos gubernamentales. Pero al inicio de la administración peñista fue designado cónsul en San Francisco, California (posición privilegiada, sobre todo para un primerizo en esas tareas), con inmediatas objeciones que se multiplicaron cuando él combinó su tiempo y tareas oficiales con las relacionadas con la Ciudad de las Ideas (una actividad privada). Y, a pesar de todo, luego fue impulsado a una responsabilidad desproporcionada: la embajada y representación ante la Unesco.
Ahora, Relaciones Exteriores ha acusado a Roemer de una serie de actos negligentes e incluso de traición al encargo recibido: no informó diligentemente y con acuciosidad del contexto en el que ocurrió la votación; avisó a otros gobiernos del sentido del sufragio que daría México, e hizo públicos documentos y correspondencia oficiales sujetos al sigilo que le obliga la Ley del Servicio Exterior Mexicano, dice la nota de la reportera Ríos. Una vergüenza internacional más. Una pifia peñista más. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx


Se adelantó dos días al último debate presidencial entre Trump y Hillary la coreografiada captura de Mosul (https://goo.gl/SGFviu) por la coalición encabezada por Estados Unidos (EU)/los peshmergas kurdos (4 mil tropas)/gobierno iraquí (30 mil efectivos) y la hilarante agrupación virtual de 60 países (entre quienes se encuentra el “México neoliberal itamita”), con la conspicua reticencia de Turquía.
Pareciera que operan muchos trueques en la cartografía que va de Irak a Siria, cuando Rusia/Siria/Irán/la guerrilla chiíta Hezbolá está a punto de obtener un resonante triunfo en Alepo, con la tácita anuencia de Turquía, que ocupa ya 5 mil kilómetros cuadrados del territorio sirio.
El teatro del absurdo que opera EU desde 2006 en Irak –a partir del ahorcamiento de Saddam Hussein– parece más bien destinado a perpetuarse, bajo el pretexto que fuese, que a ser resuelto cuando de lo que se trata es empantanar a Rusia en Siria y carcomer, desde sus fronteras centroasiáticas/transcaucásicas/balcánicas, las entrañas del RIC: Rusia/India/China.
Resulta y resalta la legendaria maniobrabilidad geopolítica de Irán que saldría triunfante tanto en Alepo (Siria) como en Mosul (Irak), en contraste con Turquía (hasta ahora), que si se descuida podría ser balcanizada por EU, pese a ser el miembro impertinente de la OTAN en la fase del posgolpe.
De allí que esté cada vez más cerca de Rusia y China, y cada vez más lejos de EU/OTAN/la Unión Europea (UE).
A propósito, Turquía ha advertido que la tercera guerra mundial sería inevitable si persiste el conflicto sirio debido a la colisión de EU y Rusia (https://goo.gl/cFxTAM).



Como ya es costumbre –y los mexicanos son expertos en el tema desde cuando menos 1982–, para el siempre alegre gobierno federal la creciente cuan voluminosa deuda pública no es un problema… hasta que la realidad lo revienta de la manera más cruenta.
Gobiernos van, gobiernos vienen, y el discurso oficial no se mueve un milímetro, como tampoco el raudo avance del saldo de endeudamiento y, por ende, del costo financiero del mismo, el cual a estas alturas consume buena parte del presupuesto federal anual (y el de los estados de la República, por lo que se ha dado en llamar deuda subnacional, que al final de cuentas también son los mexicanos quienes las pagan).
No es gratuito que la ONG Observatorio de Libertad Política y Económica advierta que “una de las amenazas más grandes y silenciosas a la economía de millones de mexicanos es el creciente nivel de la deuda pública. De no hacer algo contundente y pronto, agregó, este nivel de irresponsabilidad y mal manejo económico puede llevar a México a una crisis como la de 1994-1995… Informes de la Secretaría de Hacienda revelan que en 2012 el nivel de deuda pública fue de 34.4 por ciento del PIB y al final de 2016 se estima que podría ser de 48.5, y con el bajo crecimiento económico podría rebasar 52 por ciento del PIB hacia el final del sexenio” (La Jornada, Israel Rodríguez).
A la misma conclusión llega el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, aunque el calendario lo lleva un poco más atrás: se observa una tendencia creciente de la deuda pública total desde 1982, pero ésta ha venido acelerando su crecimiento en los últimos ocho años, hasta llegar en agosto de 2016 a cerca de 9 billones de pesos. La tendencia ha sido incesantemente creciente en todo el periodo. Sin embargo, se puede apreciar un cambio en la celeridad del endeudamiento, pues en el periodo 2008-2016 su saldo se triplicó con respecto a 2007; es decir, en ocho años el país se endeudó en un monto 3.2 veces mayor que el acumulado en los 25 años previos (1982-2007).
Y la pregunta de los pagadores (léase los mexicanos) de ese brutal endeudamiento es ¿dónde quedó esa catarata de recursos?, porque ni lejanamente ha servido para impulsar el crecimiento económico (una tasa de 2 por ciento como promedio anual de “crecimiento en el periodo) y mucho menos para el desarrollo social (un incremento cercano a 25 millones de pobres en igual lapso), con todo y que cuando menos dos inquilinos de Los Pinos dieron por resuelto el problema de la deuda (Salinas, en 1990, y Fox, en 2003).
Recientemente el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, aseguró que la deuda contratada estos años se utilizó en los diferentes proyectos de inversión que vemos a diario: en puertos, aeropuertos, vialidades, carreteras, instalaciones ferroviarias; la deuda en la que se incurrió se tradujo en infraestructura que traerá consigo su fuente de pago hacia adelante. Eso dijo, pero la propia estadística oficial (que suele encubrir la verdadera dimensión de los problemas) resulta espeluznante, porque de ser cierto lo dicho por el funcionario a estas alturas México sería el campeón internacional en infraestructura y, desde luego, no hay tal, sin olvidar que las obras que se llegan a aterrizar son coinversiones con el capital privado.
Pero bueno, tal estadística detalla que en 1995 –año de otra de las grandes crisis soportadas por los mexicanos– el saldo de los requerimientos financieros del sector público (la deuda pública federal en su más amplia acepción) fue un poco mayor de 916 mil millones de pesos, monto que ya era brutal, pero que al final de cuentas (versión Zedillo) daba cuenta del alcance de la crisis.
Casi dos décadas después, y registrando México un fuerte déficit de infraestructura, el citado saldo roza los 9 billones de pesos, es decir, un monto casi diez veces mayor que el observado en 1995, y buena parte de ese crecimiento es atribuible a dos inquilinos de Los Pinos: Felipe Calderón (a quien le tocó la crisis de 2008-2009, con todo y que en su momento prometió que en este país no habría una crisis más) y Enrique Peña Nieto (que no tarda en registrar su propia crisis).
Sólo como cápsula de memoria, vale mencionar que en 1995 el registro público destacaba que el saldo negativo del Fobaproa (encubierto y después legalizado por medio del IPAB) ascendía a poco más de 57 mil millones de pesos; 21 años después, dicho saldo roza los 900 mil millones de devaluados pesitos, no obstante que año tras año se destinan enormes sumas para (versión oficial) amortizar los pasivos del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario.
Ernesto Zedillo también tuvo la amabilidad de rescatar a los (por cortesía de Carlos Salinas de Gortari) concesionarios de las carreteras federales. Eso fue en 1997, cuando según el registro oficial, se destinaron mil 636 millones de pesos. Para 2016 el saldo de tal salvamento supera los 187 mil millones de pesos (al cierre de junio), independientemente de que las carreteras rescatadas retornaron –limpias de polvo y paja– prácticamente a los mismos concesionarios.
En Hacienda insisten en que no pasa nada y que la percepción de los críticos es equivocada. Algo similar dijo Pedro Aspe en noviembre de 1994, es decir, a escasos días de que estallara la crisis, y lo mismo Agustín Carstens semanas antes de que explotara la correspondiente a 2008-2009.



Gracias al uso que hace Televisa del periodismo de filtración en su nueva etapa como alternativa informativa fue que se escribió, en la casa de la titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Arely Gómez –dados sus nexos filiales con uno de los jefes de la televisora–, la historia de la caída y posterior huida de Javier Duarte, novela aún inconclusa que se convertirá en el ejemplo perfecto de la narrativa respectiva y de cómo se fraguó uno de los episodios más escandalosos de la corrupción política en México.
A Duarte le fallaron los cálculos o algo sucedió, pues en su teledimisión, la semana pasada, se le vio muy seguro, echado para delante, como si supiera algo que le hubiera garantizado inmunidad para él, su familia y un conocido grupo de colaboradores-cómplices en el saqueo del estado. Luego de eso guardó sospechoso silencio.




El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), general Salvador Cienfuegos Zepeda, admitió ayer, en la inauguración del seminario Defensa nacional y el derecho internacional humanitario, que el Ejército Mexicano experimenta un desgaste debido a la multitud de tareas que debe atender y a que se encuentra trabajando en todo el país, a toda hora, en todo momento; en la sierra, en las ciudades. En otro momento de sus declaraciones, el general Cienfuegos afirmó que la institución armada que encabeza es proporcionalmente pequeña y necesita más personal. En lo concerniente al marco legal en el que el Ejército desempeña su tarea de apoyo a la seguridad pública, destacó que no es incumbencia de la Sedena, sino de los legisladores.

Ignoran su petición de clausurar obra en Guadalupe Inn
Doctor Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la CDMX: El 19 de septiembre pasado le informamos por esta misma vía de la obra ubicada en Valverde 60, colonia Guadalupe Inn, que desde su origen (2010) infringe la legalidad. También le hicimos saber que hemos recurrido a todas las instancias de gobierno y ambientales desde que se reinició la construcción en mayo pasado, sin recibir respuesta de ninguna, tónica que continúa.

Grab them by the pussy. Es la frase, aho­ra célebre, del candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, presumiéndole a Billy Bush (primo del ex presidente) sobre lo que acostumbra hacer a las mujeres sin su consentimiento, ya que, como es una gran estrella, ellas se lo permiten. Desde que se filtró esa grabación, 12 mujeres han presentado quejas contra los acosos de Trump, varias de ellas con testigos. Manoseadas unas, besuqueadas otras, contaminadas todas por los toqueteos e insinuaciones de un pelucón lascivo y depredador.

¿A cuento de qué Cien años de soledad se califica como novela de ficción, surrealista o real maravillosa? Pues si vamos por acá, los fallidos acuerdos de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de Juan Manuel Santos ameritarían igual encasillamiento.

Es el primer no europeo en convertirse en nuevo superior de la congregación general de la Compañía de Jesús, conocidos como jesuitas; el venezolano Arturo Sosa Abascal sustituye al español Adolfo Nicolás, quien renunció por motivos de edad. Los venezolanos deben sentirse halagados, porque en menos de una semana tienen designados un cardenal, el arzobispo de Caracas Baltazar Porras, y ahora el nuevo papa negro.

Situados frente al sobado espejo de adivinanzas y venturas, las élites políticas, esas mismas que aparecen al frente de esta enojada nación, apuntan hacia el horizonte de sus ambiciones permanentes. Han descubierto, en el fondo de esa pulida superficie, el punto de sus deseos y confluencias. Y, ante él, empiezan a desfilar, emperifollados de pies a cabeza, para decodificar la opaca imagen que los refleja, por centenaria vez, sus contradicciones y tamaños. Pasan revista a todas y cada una de las piezas de su vestimenta y las sienten completas, listas para la batalla definitoria. Esa entrevista contienda que puede garantizar su sobrevivencia: la que tendrá lugar el venidero año de 2017. Las debacles de 2015, de todas sus tristes sorpresas, las visualizan lejanas, superadas. Esta vez no sucederá cosa parecida, exclaman. Revisan cada palmo del terreno que los rodea y, sin temores o precauciones que podrían paralizarlos, han sonado la trompeta de avance. Y, dotados con las armas a su alcance, se lanzan a la contienda por la joya de la corona electoral en puerta: el gobierno del estado de México.

Hoy las hojas de balance de los bancos en Europa están en malas condiciones. La cartera vencida que aqueja al sector bancario alcanza niveles muy altos en muchas regiones de Europa. Otro componente es un monumental revoltijo de derivados cuyo precio ni siquiera se puede determinar. Y la rentabilidad en el sector sigue muy castigada y amenaza los bajos niveles de capitalización. La situación es crítica.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario