Emilio Álvarez Icaza, ex
ombudsman capitalino, dijo que hoy se enfrentan casos similares a los de
las dictaduras latinoamericanas de los sesentas.
(Foto: CDHDF)
En el marco del 15 aniversario luctuoso de Digna Ochoa y
Plácido, la abogada Pilar Noriega García dijo que su lucha se debe
recordar y mantener vigente ante las acciones que impulsan autoridades para denostar a periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos, a partir de supuestos y especulaciones.
“Intentaron tildar a Digna Ochoa de loca, incluso dijeron que fue un
suicidio, pero todas y cada una de las pruebas se han desvanecido sobre
sus causas, orígenes, incluso de tipo emocional y pasional, que no
convencen a nadie. Lo que sí se demostró fueron las agresiones físicas de que fue objeto Digna en el momento de su muerte”, expresó.
La muerte de Ochoa, quien realizó la defensa jurídica en diversos casos en que el Ejército estaba involucrado,
fue determinada como suicidio por las autoridades judiciales, sin
embargo, organizaciones civiles de derechos humanos dijeron en ese
entonces que las investigaciones estuvieron plagadas de violaciones
procesales, menoscabo y omisión de indicios, así como dictámenes
sustentados, por ejemplo, en pruebas inadmisibles de perfil psicológico
post mortem.
Además, “vecinos del despacho donde laboraba identificaron a hombres con corte militar merodeando el lugar días antes de su homicidio”, según Cencos.
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal rindió homenaje este miércoles a Digna Ochoa y Plácido
y convocó a defensoras y defensores de derechos humanos a analizar los
retos que se abren para superar los obstáculos que enfrentan en el
desempeño de su labor.
Por su parte, la directora del Centro de Derechos Humanos “Digna
Ochoa y Plácido”, Lorena Ochoa, leyó una breve semblanza de la mujer,
abogada y defensora, “enfilando su lucha, desde el principio, al amparo
de los desprotegidos, lo que indiscutiblemente fue mal visto por la élite gubernamental,
por lo que padeció amenazas y agresiones, lo cual no mermó su trabajo, a
través del cual aspiraba a la justicia, a la verdad, a la equidad y a
la dignidad de las personas menos afortunadas”.
Digna eligió un camino difícil, comentó, desde su condición de mujer,
religiosa y abogada: “luchar por lo casi imposible en el país, la
defensa de los derechos humanos. Como defensora sin defensa, siguió de
frente a pesar de todo, encontrándose de frente con la fabricación de culpables y de delitos”.
Según un comunicado, el defensor de derechos humanos y ex secretario
ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Emilio
Álvarez Icaza, al hablar del trabajo de Digna Ochoa, dijo que hoy
tenemos lecciones de vida, de compromiso y entrega por los más vulnerables y perseguidos por querer ejercer sus derecho.
Enfatizó que México está viviendo una profunda crisis de derechos
humanos y que hay una gran descomposición, impunidad y represión, no
sólo contra la gente, sino contra las y los defensores de derechos
humanos. “Esto no es nuevo, pero si persiste es porque no se han oído
las voces de quienes son reprimidos; enfrentamos casos similares a los vividos en las dictaduras latinoamericanas de los sesenta y setenta“, apuntó.
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