2/12/2017

Issste: universalizando y privatizando


Gustavo Leal F.*
La Jornada 


Como en el IMSS, en septiembre 2016 se documentó que la demanda de servicios de 13 millones de derechohabientes había rebasado al Issste. Según los Indicadores de eficiencia de las unidades médicas 2016, sólo 111 –de mil 182– reportaron porcentaje de ocupación hospitalaria y, de ésas, 52 señalaron que superaban 80 por ciento de ocupación. Algunas, incluso más de 100 por ciento.
La unidad más saturada se ubica en San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca, donde el porcentaje de ocupación era ¡428 por ciento! El de medicina interna alcanzaba 170, cirugía general 82 y el promedio de estancia de pacientes era de 13 días. Pero no es la única que operaba así. En Coahuila, la unidad San Pedro de las Colinas registraba 110 por ciento de ocupación en medicina interna y 98 por ciento en medicina general.
El Informe observatorio del desempeño hospitalario 2011 (Ssa) asentaba que las tasas de ocupación recomendadas deberían ubicarse entre 70 y 80 por ciento, dado que por arriba de 85 por ciento afectan significativamente la seguridad del paciente, favoreciendo las infecciones nosocomiales. En 2011, el informe identificó sólo dos hospitales del Issste que superaban 90 por ciento de ocupación, a diferencia de 38 que exhibía el IMSS.
Sin embargo, para 2016 el Issste preveía ampliar la infraestructura con cuatro hospitales mediante el esquema asociación público-privada (APP). En Tabasco, el hospital general Dr. Daniel Gurría, 105 por ciento de ocupación; en Mérida, el hospital regional, 100; Nayarit y DF, sustitución del hospital general Dr. Gonzalo Castañeda, que atiende a la población con el índice de mayor edad a escala nacional (Reforma, 12/9/16).
En tanto, el director general del Issste, José Reyes Baeza, comunicaba que la pérdida de recursos institucionales por el resurtimiento ilegal de recetas, alcanzaba mil 500 millones de pesos anuales, situación que se evitaría con implementar un simple código de barras.
También detalló que, ante la universalización de los servicios, el Issste se encuentra en posibilidad de ofrecer 234 servicios y de contratar otros 175 que puedan brindar instituciones como IMSS y Ssa. Claro, puntualizó, este proceso no es sinónimo de portabilidad y privatización. ¿Cómo sus cuatro hospitales privatizados vía APP?
Simultáneamente y cumpliendo con el Acuerdo para la Universalización de Servicios de Salud, dictado por Peña y Narro el 7 de abril 2017, Reyes Baeza ofreció abatir el rezago de 5 mil cirugías programables (urología, oftalmología, otorrinolaringología y algunas cardiovasculares), utilizando esquemas de fines de semana –como en el IMSS–, así como eficientar las citas médicas para consolidar un tiempo de espera –no mayor a cuatro días– en medicina familiar y especialidades. También previó realizar 200 trasplantes durante 2016.
Mientras, Victoria Ranfla, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Issste, aclaraba que la universalización no implica privatización, fusión de instituciones, ni portabilidad de derechos. Lo que se marca en esta primera etapa, puntualizó, es la posibilidad de intercambio de servicios.
Es el mismo argumento que repitió el doctor Narro el 28 de julio 2016 –flanqueado por Reyes Baeza y Mikel Arriola (IMSS)–: Es mentira que la universalización de los servicios implique privatizarlos. Y agregó: el compromiso del presidente Peña es fortalecer el carácter público de las instituciones, aunque, simultáneamente, el propio Reyes Baeza entregaba 465 ambulancias arrendadas por el Issste por más de 845 millones de pesos hasta 2018, el esquema del arrendamiento financiero ha sido muy benéfico para nuestra institución, declaró.
Sólo 24 horas después, el Issste publicaba la licitación para remplazar, mediante APP, el hospital general Daniel Gurría Urgell en (Tabasco) y, al mes siguiente asignaba a la constructora GIA+A la edificación del hospital de Mérida, vía APP, a 25 años. La empresa GIA+A pertenece a Hipólito Gerard Rivero (cuñado del ex presidente Carlos Salinas), quien también erigió el hospital regional de alta especialidad de Ixtapaluca, estado de México, y actualmente opera su área no médica.
En ningún momento las autoridades del Issste (o del IMSS) se han atrevido a justificar comparativamente sus francas preferencias por el esquema APP. No obstante, disponemos de una curiosa explicación, por cuenta de David Palacios, director administrativo del IMSS, para quien “con el dinero que se requiere para construir un hospital de 150 camas, alrededor de mil 500 millones de pesos, es posible –mediante contratos de APP– poner en marcha cuatro de esas unidades médicas casi al mismo tiempo”. Ciertamente, es un mago de las finanzas!, que, increíblemente, no incorpora a su explicación la contraprestación económica estipulada en el contrato y que, durante 25 años después, el IMSS deberá pagar al proveedor.
En noviembre 2016, el Inai ordenó al Issste informar sobre cómo se ejercieron los 500 millones de pesos que se autorizó transferir a Superissste para subsanar el adeudo que tenía con proveedores, mientras –como en el IMSS– Reyes Baeza garantizaba que la mitad de la citas médicas ya se pueden solicitar por teléfono o por Internet, a pesar de los rebasados servicios institucionales, sus ofertas de universalidad y las privatizaciones en curso.
El 17 de diciembre, Reyes Baeza informó que, con una inversión inicial de mil 200 millones de pesos, se edificará un hospital en Nayarit (200 camas, 35 consultorios, siete quirófanos y 31 especialidades) bajo el esquema de inversión APP. El instituto se obliga por 25 años a pagar una anualidad para su funcionamiento. Después será de su propiedad.
El doble discurso como norma: negar de palabra aquello que vertebra las políticas institucionales.
*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

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