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José Gil Olmos
CIUDAD
DE MÉXICO (apro).- Hasta finales del año pasado, en el Estado de México
había más de dos mil mujeres desaparecidas y 550 feminicidios, con lo
que se convirtió en la región más peligrosa para las mujeres en el
país, más que en Ciudad Juárez en sus peores momentos.
La
mayoría de las víctimas son adolescentes y jovencitas de 15 a 18 años
que van a la escuela o a trabajar. Así, en la tierra del presidente
Enrique Peña Nieto las mujeres sufren una pesadilla de la que sus
autoridades parecen no tener interés en disipar.
De acuerdo con la
investigación “Asesinatos de Mujeres en México” elaborado por el
Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, las mujeres en
el Estado de México son las más expuestas a morir asesinadas en todo el
país pues del 2000 al 2015 concentró el mayor número de víctimas de
homicidio femenino al sumar cinco mil 163 crímenes.
Todos los días
hay casos de abusos, muertes y desapariciones en los municipios
mexiquenses. Son muchos los casos que se tiene registrados y en muchos
de ellos son las propias autoridades las que están involucradas.
Por
ejemplo, hace cinco meses desapareció Elena Arlette Salas Chávez
junto con su esposo Omar David Castañeda Viloria al salir de su
domicilio localizado en el municipio de Coacalco. Desde entonces nadie
sabe qué paso con ellos y las autoridades del Estado de México no han
avanzado en las investigaciones.
El caso de esta pareja ha
empezado a llamar la atención pues las autoridades municipales y
estatales no han hecho una investigación a fondo y el expediente
ODI/ECA/A/284/2016 y ODI/ECA/A/285/2016 de ODISEA radicado en la
Fiscalía General de Justicia del Estado de México presenta serias
irregularidades periciales como la falta de seguimiento y la intención
de dar carpetazo a la investigación sin que se tenga noticias de la
pareja.
Elena Arlett era conocida como defensora de los derechos
de los animales, mientras que David se desempeñaba en la Policía
Municipal en el municipio de Tultitlán, Estado de México, como operador
de cámaras de vigilancia del C4 en la entidad.
Isabel Salas
Chávez, abogada y hermana de Elena Arlett, se ha encargado de darle
seguimiento a las indagatorias. Señala que las autoridades tardaron
cinco días en iniciar la investigación, no acudieron al domicilio a
realizar las diligencias, entre ellas requerir las grabaciones de las
cámaras de vigilancia instaladas, y tampoco han girado oficios o
peticiones de información a otras dependencias.
Advierte que la
familia de su cuñado Omar, encabezada por su padre Leonardo Castañeda,
quien trabaja como policía federal en Oaxaca, y Juan Rolando Viloria
Herrera, un tío que se hace pasar por exprocurador mexiquense, se han
dedicado a obstaculizar la investigación en contubernio con las
autoridades que llevan el caso.
Y mientras que este caso sigue
pendiente, la situación de peligro para las mujeres del Estado de México
sigue incrementándose: de 771 casos reportados como homicidios dolosos
en contra de mujeres entre 2005 y 2010 en la entidad, sólo se
consignaron 358, es decir, el 46.5% de estos crímenes se encuentran aún
en la impunidad.
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