2/15/2017

Los periodistas pal café. . . .



El secretario de Marina, almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, así explicó el momento en que, en una escena parecida a las que pueden verse en escenarios de guerra, una nave aérea soltaba ráfagas de disuasión en Tepic, Nayarit, contra presuntos narcotraficantes posicionados ofensivamente en lo alto de una vivienda: Lo que hizo el helicóptero exclusivamente fue demostrarles que sí había con qué. Quitarles obviamente ese lugar de preferencia que tenían ellos. No hay ninguno de ellos que haya sido muerto o herido por el helicóptero, ninguno. Simplemente el artillero fue extremadamente preciso en lo que estaba haciendo. Su orden no era barrer a esta gente, su orden obviamente era hacer que esta gente abandonara esa plaza a esa altura, porque nos estaban cosiendo a balazos.
Llamada Operación Barcina, esa acometida de fuerzas de élite dejó 15 muertos, según la Fiscalía General de Nayarit, entre ellos Juan Francisco Patrón Sánchez, alias El H-2, a quien se adjudica el mando de lo que siga siendo el cártel de los Beltrán Leyva, con especial control en el propio Nayarit y en el sur de Sinaloa, en cruenta confrontación con el cártel de esta última entidad.
A pesar de la recurrencia a tal helicóptero de guerra, el secretario de Marina aseguró que no hubo uso excesivo de la fuerza, insistió en que la lluvia de balas desde lo alto no había alcanzado a nadie, ni siquiera en cuanto a heridas, y, en especial, refutó el señalamiento hecho en días anteriores por el dirigente del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que entre los muertos había menores de edad (el presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, incluso habló de presentar una demanda penal contra el tabasqueño por falsear los hechos y dañar la reputación de las fuerzas armadas; el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, por su parte, acusó a AMLO de lucrar políticamente al señalar que el crimen organizado se nutre de la inviabilidad institucional para ofrecer oportunidades a los jóvenes).
Más allá de la deseable e imprescindible precisión respecto de esos hechos, no solamente a partir del autoanálisis que dijo haber hecho el secretario de Marina, convencido de que no hubo errores ni excesos, resulta importante analizar la postura del almirante Soberón, sus implicaciones y alcances, sobre todo a la luz de la ley de seguridad interior, que la aritmética oficialista está por aprobar: Muchas veces, en estos actos sí se necesita mostrarle al de frente que hay con qué. Lamentablemente tenemos muchos hechos anteriores en donde, obviamente, de verdad que actuando bajo los derechos humanos, tratando de ser lo más prudente posibles, ahí tienen el enfrentamiento de Sedena, donde les bajaron un helicóptero; perdón, y Sedena pudo haber disparado desde un principio. No lo hizo, y ellos con toda facilidad el armamento que les encontramos a estos, ahí son armas largas, lanzagranadas, sí tenían cómo bajarnos el helicóptero (https://goo.gl/92vfA9).
No se apega a ningún principio legal (ni actual ni por aprobar), ni a la doctrina internacionalmente aceptada de los aquí vilipendiados derechos humanos, la doctrina del sí hay con qué, defendida por el secretario de Marina. Tampoco parece adecuado instalar una espiral de competencia en cuanto a rapidez en la letalidad por parte de soldados y marinos. Los hechos de Tepic, como otros sucedidos durante la administración peñista, requieren investigaciones externas a los poderes involucrados, que sean puntuales y creíbles. Los legisladores federales que marchan a gran velocidad, casi de obediencia marcial, en el proceso de aprobación de la ley de seguridad interior podrían encontrar en los hechos de la capital nayarita las evidencias de lo que significarán en la práctica esas nuevas normas favorecedoras de la actuación más abierta y contundente de las fuerzas armadas, menos prudentes en cuanto a respeto a los derechos humanos, más rápidas en el gatillo y el uso de armas y vehículos de guerra, facultadas formal e informalmente para demostrar que hay con qué.
Un lector, que pareciera ser oficial de la Secretaría de Marina, considera que este tecleador está pasando los límites en su afán por criticar al gobierno federal. Dicho lector, quien proporciona su nombre, pero por decisión astillada no será mencionado, dice que por tercera ocasión envía un correo electrónico a este columnista, ahora para precisar que el helicóptero de la Marina mencionado en el ataque mortal realizado en Tepic, Nayarit, la noche del pasado jueves, no era un UH-60M (Black Hawk), sino un MI-17 (error, si así lo es, proveniente de la información dada a conocer por múltiples medios nacionales y nayaritas, que identificaron al helicóptero con la primera denominación).
En especial, comenta, refiriéndose a lo aquí escrito respecto de los sucesos del mencionado jueves: “creo que su imparcialidad comienza a decaer y la balanza comienza a inclinarse (...) al usar el término ‘sobrecogedor’, manera tendenciosa para insistir en poner como víctimas verdaderas a los delincuentes” (en la entrega del lunes, aquí se escribió que un video muestra el sobrecogedor trazo luminoso proveniente de una nave en vuelo: https://goo.gl/ypFvx7).
Deseo, aunque no es posible, invitarlo a nuestras operaciones para que, sin que nadie se lo cuente, sea testigo de cómo ocurren los eventos y, al igual que la CNDH, miren desde el ángulo correcto y actúen de manera imparcial y profesional. Sobran medios para poner al mal gobierno en evidencia, pero escribir mentiras acerca del desempeño de los militares en acción (no somos el gobierno, aun si recibimos sus órdenes), la verdad: ofende, cierra su carta el presunto
oficial de la Marina (en 2007, alguien con su mismo nombre aparecía en los registros de esa secretaría como guardiamarina, término que según la RAE se aplica a quien es alumno de la Escuela Naval Militar en los dos años precedentes a su nombramiento como alférez de fragata). ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Foto
Si uno no tiene empleo, o si tiene pero mal pagado, vende guajolotas en una esquina, de poco sirve que el Inegi diga que durante el año pasado fueron creados 555 mil 159 nuevos trabajos. Siguen o han caído en la informalidad 30 millones de personas, de los 52 millones que tienen alguna ocupación. Por otro lado, el panorama se presenta gris: ya anunciaron instituciones públicas y privadas que el crecimiento de este año caerá a menos de 2 por ciento; tendremos cuesta de enero hasta diciembre. Eso significa menos empleos. Peña Nieto expresó en Hidalgo: Hoy el IMSS da a conocer un dato importante: en el mes de enero fue cuando más fuentes de trabajo se generaron, con 83 mil empleos. Señaló que en los casi cinco años de su administración se han generado 2.4 millones de empleos, cifra mayor que las de otros gobiernos. Sin embargo, no dice cuánto ganan. ¿Un salario mínimo, o dos o tres? No satisfacen las necesidades de las familias. Los gasolinazos y los tarifazos de luz las han hecho más pobres de lo que eran.
¡Sálvese quien pueda!
No hay que anticipar que el PRD se quedará vacío, mientras controle la nómina del gobierno de la Ciudad de Mexico. Pero se está despoblando. Flota en el ambiente la idea de que perderá las próximas elecciones, incluso las delegaciones, y están buscando nóminas distintas. Sufrió otra baja con la salida del senador Armando Ríos Piter, quien dice que buscará la Presidencia de la República (¡gulp!). La presidenta nacional, Alejandra Barrales, según sus allegados, hace maletas para volver al Senado, lo cual sería una pena, porque desplazaría a Martha Tagle, una legisladora independiente y de prestigio. El caso de Miguel Torruco, ahora ex secretario de Turismo, es distinto. El siempre estuvo con AMLO, inclusive formó parte de su proyecto de gabinete presidencial (el dream team, como lo llamó esta columna). Sorprende que Miguel Mancera se diga sorprendido, porque es del equipo amloista. También hay en la política personajes que no chaquetean. Mancera debe tener la chequera a la mano y dispuesta, porque hasta los Chuchos lo pueden dejar solo.
Mujeres en paro
El Paro Internacional de Mujeres es un movimiento formado por mujeres de diferentes partes del mundo. Convoca a un nuevo paro que tendrá lugar el 8 de marzo. Este movimiento fue creado en las últimas semanas de octubre de 2016 como respuesta a la violencia de todo tipo contra las mujeres en diversas latitudes. Si nuestras vidas no valen, ¡produzcan sin nosotras!, afirman. Las organizadoras sugieren distintas formas de protesta: 1. Paro total o parcial en el trabajo o en las tareas domésticas. 2. En caso de que no puedan hacerlo, usar elementos color negro: ropa, cintas. 3. Boicotear a las empresas que usan el sexismo en su propaganda o en su enfoque hacia las trabajadoras. 4. Boicotear a misóginos locales y 5. Huelga de sexo.
Trumpgate
La renuncia del asesor de seguridad nacional general Michael T. Flynn puede ser la punta de la hebra que conduzca a un final anticipado del gobierno de Trump. Es un escenario muy distinto, pero afectado por el mismo virus que provocó la salida de Nixon: la mentira. El general Flynn dice que él renunció, Trump asegura que le pidió la renuncia. El general señala que informó en forma incompleta al vicepresidente Mike Pence acerca de sus tratos con el embajador ruso. Trump –por conducto de su vocero– dice que el presidente estaba enterado desde semanas antes y que estuvo procesando el tema hasta que decidió pedirle su dimisión. ¿Quién miente? ¿Qué falta por saber? ¿Quiénes están involucrados? El Partido Demócrata en el Congreso quiere una investigación. Parece que estamos al principio de un Trumpgate. Según The New York Times, agentes de la FBI ya habían entrevistado al ex asesor en los primeros días del comienzo de la administración Trump. ¿Qué les dijo?
Ombudsman social



El omnipotente establishment –la coalición derrotada de las dos dinastías de los Bush y los Clinton, más Obama y George Soros, operador de la CIA, quien tiene controlado al Partido Demócrata (https://goo.gl/dYq9e0)– empieza a domesticar a Trump, quien en sólo 24 días en el poder ya sufrió dos brutales golpes internos que han minado su agitada temeridad: la cruel prohibición de viajes provenientes de siete países islámicos (donde destaca Irán) y el drama que obligó a renunciar, por sus contactos anticipados con Rusia, al ex teniente general Michael Flynn, su relevante asesor en Seguridad Nacional.
Ambos desaires domésticos exhiben el reajuste del poder con serias repercusiones a escala global que tienen a Trump contra la pared y han agazapado a su íntimo equipo: desde su yerno ultraortodoxo judío Jared Kushner –golpeado sin misericordia por The New York Times, que reveló su financiamiento por el megabanco Hapoalim de Israel (https://goo.gl/lVkgXZ)–, pasando por su jefe de gabinete, Reince Priebus, y su secretario de prensa, Sean Spicer, sin contar la feroz campaña multimediática contra Steve Bannon, ideólogo supremacista de Trump, y su redactor de discursos, Stephen Miller. ¡Vapuleada toda la columna vertebral del trumpismo!
Pese al estado de guerra civil que no se atreve a pronunciar su nombre, EU opera todavía con sus legendarios “contrapesos (check and balances)” y Trump, sin armas operativas ni municiones suficientes en su endeble fase de transición, abrió la caja de Pandora del sistema al colisionar con los poderes Judicial (que desechó en forma humillante la prohibición viajera antislámica) y Legislativo, que orilló a la renuncia de Flynn, pieza indispensable para el acercamiento con el zar ruso Vlady Putin.




Atentos, mexicanos sufridos e incrédulos, que ya lo dijo el siempre sabio cuan puntual inquilino de Los Pinos: el país ni lejanamente está en crisis. De ninguna manera. Cuando mucho, vive, un momento de desafío. Instalado en su verdad, como siempre, Enrique Peña Nieto niega lo que cotidianamente padecen millones de habitantes de esta República de discursos, que sobreviven en condiciones por demás precarias.
Lo dijo así durante una gira de trabajo por el estado de Hidalgo (uno de los más desarrollados del mundo, de acuerdo con la visión oficial): “vivimos un momento de desafío económico, pero no tenemos una crisis económica. Tenemos un momento de gran desafío porque tenemos escenarios de incertidumbre, particularmente en lo que va a pasar en la relación con Estados Unidos, que es nuestro principal socio comercial… Existen variables que aluden a la fortaleza económica del país, el crecimiento del consumo interno y la generación de empleos en enero pasado”.
Por si fuera poco, fustigó a los críticos del rumbo del país: no se dejen guiar por aquellas voces que a fuerza nos quieren condenar a que estamos exclusivamente mal. Tenemos rezagos, tenemos retos, pero también tenemos importantes avances (La Jornada, Alonso Urrutia).
Tras escuchar sus sabias palabras, de inmediato 63 millones de mexicanos en pobreza (la cifra es de Coneval, la más reciente, que refiere el resultado al cierre de 2014) se pusieron de pie para ovacionar al inquilino de Los Pinos y avalar su dicho, aunque no faltó el depauperado (el clásico negrito en el arroz) que se preguntó: ¿qué entenderá Peña Nieto por crisis?, porque en jauja, lo que se llama jauja, no viven los mexicanos. ¿Cuál es la parte de ella que todavía no registra, no entiende, no digiere, con todo y que lleva poco más de 50 meses en la residencia oficial?
Obcecado negador de la realidad, el inquilino de Los Pinos ha decretado que México no está en crisis (ni política, ni económica, ni social), en un tono muy similar al utilizado por sus antecesores en la residencia oficial, siempre previo al terremoto… de la crisis. En este contexto, cómo olvidar a Felipe Calderón, quien presumía fortalezas internas y el voluminoso navío de gran calado (la economía, pues) apenas una semana antes del brutal estallido… de la crisis. Y Salinas poco antes de entregarle los bártulos a Zedillo, y etcétera, etcétera. Cada uno de ellos dijo no hay crisis, y no terminaba de pronunciar la frase, cuando, ¡zas!, todo reventaba.
En efecto, ¿qué entenderán Peña Nieto y sus muchachos por crisis? Está la gravísima situación descrita líneas arriba, que cualquier gobierno medianamente ubicado en la realidad calificaría de crisis social, pues no puede recibir otro calificativo el hecho de que más de la mitad de la población nacional sobreviva en la pobreza y que crezca velozmente el número sexenio tras sexenio. Y ello no se debe al desafío Trump.
La economía mexicana acumula más de tres décadas con un raquítico crecimiento anual promedio de 2 por ciento, prácticamente la misma proporción en la que aumenta la poblacional, ergo, no alcanza para nada. Los propios genios gubernamentales aceptan que México se mantendrá en el hoyo en tanto su economía no comience a crecer sostenidamente a una tasa anual no menor a 6 por ciento, es decir, tres veces más que el ritmo actual. Pero no hay crisis económica. Y ello sucede desde el cambio del modelo, en 1982; no desde el desafío Trump.



¿Habrá poema sin desprendimiento?
La forma es una forma de pudor.
La poesía no se hace, se asimila –y sólo asimilada se comparte.
Menos programa de acción que propuesta a ejercitarse dentro de determinada cancha –y reglas, por supuesto–, toda poética es a la vez que apuesta indagación en una posibilidad, en un camino (que ha de volverse varios) nuevo según eso –y la verdad quién sabe.
¿Puede imponerse una poética? Per se, desde luego... ¿Por uno a otros, a uno mismo? En el segundo caso sólo por disciplina o sacrificio; en el primero, ¿quién el incauto capaz de caer en tal garlito?
Si una poética llega a imponerse, en mi visión se debe sobre todo a su carga de sacralidad o, a contrario sensu, a su capacidad desacralizadora, nunca a su voluntad de convencimiento.





Ante la posibilidad de la rápida aprobación de la iniciativa de ley de seguridad interior por el Poder Legislativo, diversas organizaciones no gubernamentales y de promoción de los derechos humanos llamaron al Congreso de la Unión a detenerla y a emprender un proceso transparente, con margen de tiempo y abierto a la participación social. Los centros de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria y Miguel Agustín Pro Juárez, el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, la organización Fundar y otros señalaron que la iniciativa mencionada constituye una afrenta a las recomendaciones formuladas a México por diversos organismos internacionales y destacaron, asimismo, que la pretendida legalización de la participación de militares en tareas de seguridad pública reduce y desalienta el fortalecimiento y la profesionalización de las corporaciones policiales civiles, que son las que, por mandato constitucional, deben asumir tales tareas.

Demanda al Congreso rechazar la ley de seguridad interior
Respeto a la Constitución de México es lo que pedimos, exigimos al Congreso de la Unión. Los artículos 13 y 29 autorizan las únicas excepciones de participación de militares. Son nuestras garantías individuales, las de todos los mexicanos, que serían transgredidas de facto si ustedes aprueban la ley de seguridad interior. Pedimos a ustedes no ser partícipes de una violación semejante, que permitiría que los militares estén sobre la autoridad civil. Sería mancillar el espíritu original de esa ley suprema y los colocaría a ustedes al borde de una grave responsabilidad histórica y legal.

Fue un lector que incrementó el surgimiento de lectores por toda Europa. En su confrontación con la Iglesia católica romana en el siglo XVI, Martín Lutero tuvo en su favor la difusión impresa de sus escritos, los cuales circularon profusamente y tuvieron ojos y oídos atentos a las críticas que realizó al sistema teológico/eclesial de la época.

La reciente manifestación convocada contra actos y dichos del presidente Trump terminó mostrando la profunda división existente entre mexicanos: una fractura en realidad. La escasa asistencia, no sólo en Ciudad de México, sino también en otros sitios, ha sido motivo de análisis varios. Tan rala concurrencia señala acaso que las heridas ocasionadas en el cuerpo social de la nación por los insultos y amenazas del magnate, ¿son menores o afectan sólo a cierto conjunto poblacional? Es bastante claro que la respuesta a esta interrogante es negativa, el rencor es profundo y generalizado. Las vociferaciones de Trump han calado hondo y de manera grosera. Entonces se puede afirmar que la convocatoria a la marcha fue defectuosa, sin la claridad suficiente de sus intenciones. La participación de ciertos grupos de poder y sus difusores afiliados introdujo la suficiente confusión que hizo del llamado algo parcial, ideologizado y con poca capacidad de movilización final.

Buena parte de los tópicos políticos usados coloquialmente suelen agitar el sueño del hombre común. A veces se superponen, otras se dan por sobrentendidos, y el resultado es una gran confusión.

Aunos cuantos días de que los diferentes órdenes de gobierno celebraran el centenario de la Constitución de 1917 exaltando sus alcances contemporáneos, en medio de múltiples protestas, denuncias sociales y el descontento generalizado por los cambios sistemáticos que ha tenido nuestra Carta Magna hasta perder su espíritu originario y extinguir derechos fundamentales de la sociedad, la CNTE presentó ante el Senado una iniciativa de ley ciudadana y popular para revertir la última reforma hecha al artículo tercero.

Es un hecho incontrovertible que la mayoría de los mexicanos siente una gran lejanía frente a su gobierno y la mayoría de las instituciones del Estado. Son muchos años los que han pasado para forjar esta percepción del pueblo de México. Las injusticias, la impunidad y la corrupción, aunados a un persistente mal manejo de la economía mexicana han profundizado la desconfianza. Y el recelo no sólo se manifiesta frente a la esfera de la administración pública. El desgano ha terminado por invadir la vida cívica.

¿Por qué el amor no pasa de moda? Lo ha querido devorar el mercado y ha hecho que muchas de nuestras relaciones sean efímeras. Efímeras como la moda: su tema es el olvido, el se acabó, el ya no más, el que sigue. Palpita en su corazón la fecha de caducidad. Los amores de temporada, de ocasión, pasan como los globos que inundan tiendas y restaurantes en estos días pero se desinflan en unas horas. Hay otros como el de La Sulamita, que son como un sello en el corazón, como una marca sobre del brazo; incluso son constantes más allá de la muerte.
Berlín.

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