8/06/2019

Garantizar derechos a trabajadoras del hogar, un reto en Puebla


¿Qué pasaría si nadie trabajara en el hogar y en cuidados?



Puebla es uno de los estados donde hay más trabajadoras del hogar remuneradas, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social dadas a conocer en marzo de 2019 aquí se ocupa el 5.9 por ciento de las personas empleadas en este sector, que representan a 136 mil 741 trabajadoras, pero ¿qué pasaría si de forma repentina dejaran de trabajar?
En el conversatorio "No es amor es trabajo... discusiones en torno al trabajo doméstico", organizado el 31 de julio por Secretaría para la Igualdad Sustantiva del ayuntamiento de Puebla, especialistas trataron de resolver esa pregunta.
La doctora en sociología e investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), María Eugenia Martínez de Ita, dijo que el trabajo del hogar y de cuidados -remunerado o no- es fundamental para el bienestar de la sociedad.

Si se considera que nueve de cada 10 personas dedicadas al trabajo del hogar remunerado son mujeres y que la mayoría de estas trabajadoras tienen una doble jornada -en sus hogares tienen que desempeñar la misma labor-, se entendería la relevancia de otorgarles prestaciones laborales y condiciones dignas de trabajo.
Por eso la socióloga consideró de suma importancia que la Suprema Corte de Justicia Nacional (SCJN) resolviera que es discriminatorio que las leyes Federal del Trabajo y del Seguro Social excluyeran a la trabajadoras del hogar del régimen de afiliación obligatoria a la seguridad social.
Sin embargo, Martínez de Ita reconoció que el reto es que estos ordenamientos se cumplan ahora que fueron reformados y entraron en vigor el 2 de julio tras su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Ahora se reconoce el derecho de las trabajadoras del hogar a la seguridad social obligatoria, prestaciones y contar con un contrato,

UNA TRAMPA, CREER QUE SOMOS FAMILIA

Por su parte la defensora Marcelina Bautista Bautista, perteneciente al Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar (Sinactraho), comentó que a las trabajadoras del hogar se les hace creer que son parte de la familia, porque algunas viven en la casa donde se emplean, comen allí, viajan con sus empleadores y pueden tener a sus hijas e hijos con ellas; sin embargo, desde su punto de vista, esto sería una trampa para no pagarles de manera digna y darles las prestaciones que les corresponden.
Marcelina Bautista dijo que en cualquier otro trabajo que se requiera estar allí las 24 horas, quien emplea tiene la obligación de pagar el alojamiento y la comida; pero cuando se trata del trabajo del hogar, se piensa que esto es suficiente y que ellas no deben pedir más, porque además hay cariño de por medio.
En su participación, la doctora en Economía Política del Desarrollo de la BUAP, Zayra Morales Díaz, dijo que otra forma de combatir la discriminación que viven las trabajadoras del hogar (el 95 por ciento de quienes se emplean en el sector son mujeres) es comprendiendo como sociedad que las labores de cuidado y las labores domésticas son una labor social y, por tanto, corresponde a todas las personas involucrarse en ellas.
De esa forma, agregó la especialista, las mujeres no se sientan obligadas a contratar a alguien más para cumplir con una doble jornada laboral, debido a que sus parejas hombres no cumplen con sus responsabilidades.
CIMACFoto: Gabriela Mendoza
Por: Samantha Páez Guzmán, corresponsal
Cimacnoticias | Ciudad de México.

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