Transmutaciones
Por: Lucía Melgar*
Las
desapariciones de niñas y mujeres en el país no son un fenómeno
reciente; tampoco en la Ciudad de México. Si desde los años 90 este
delito aumentó en entidades como Chihuahua y Estado de México, al menos
desde hace una década los fotovolantes con rostros y datos de niñas y
adolescentes capitalinas proliferan en el metro, en las calles y en
redes sociales. Estas evidencias, sin embargo, no parecen haber alarmado
a las autoridades pasadas o actuales.
Todavía es común que quienes denuncian la desaparición de su hija o
hermana se topen con la respuesta: “se fue con el novio” o con la
sospecha de que “tenía problemas familiares”, sea cual sea la edad o
circunstancia de la víctima. Al parecer, por más “capacitación” en
Derechos Humanos y perspectiva de género que hayan recibido, las y los
encargados de procurar justicia no se han enterado de sus obligaciones
conforme a las leyes y protocolos vigentes, puesto que actúan como si no
fuera su responsabilidad instrumentar medidas preventivas y dar
respuestas acordes con el contexto en que se dan los crímenes a fin de
evitarlos o disminuir los riesgos para las víctimas en potencia. ¿Hasta
cuándo habrá que repetir que “negligencia es responsabilidad”?
Los problemas que hoy enfrentan las familias de chicas desaparecidas
tampoco son nuevos; ya han sido señalados en vano aquí y otros estados.
¿Por qué se ha mantenido la confusión entre personas “extraviadas”,
“ausentes” y “desaparecidas”? ¿Por qué no existe la base de datos con
ADN que desde hace años han reclamado organizaciones nacionales e
internacionales? ¿Por qué siguen (mal)tratando a las familias
denunciantes burócratas sin sensibilidad ni preparación?, y ¿Por qué, si
se sabe que la desaparición y el feminicidio han aumentado, no se han
destinado recursos suficientes para capacitar policía especializada en
investigación y peritajes con PEG y expertas en desaparición?
A raíz de la desaparición en 2018 y la búsqueda, hasta ahora
fracasada, de Mariela Vanessa Díaz Valverde, alumna de la UNAM, varias
familias de víctimas conformaron un colectivo para apoyarse y dar
seguimiento a sus casos. El colectivo “¡HastaEncontrarlxs! CDMX”, en el
que también participan abogadas y académicas, no ha tenido con las
autoridades la interlocución esperada, en parte por falta de interés de
éstas en 2018 y por la transición gubernamental, en parte por el
desorden y omisiones que caracterizan la (falta de) procuración de
justicia en México. Como han señalado éste y otros grupos, es crucial
iniciar la búsqueda de inmediato y hacerla con presunción de vida.
Esperar horas o días y luego buscar cadáveres es irresponsable e
inhumano. Una tortura para las familias.
Buscar y encontrar con vida a quienes han sido desaparecidas debe ser
prioritario. Si alguna chica se fue por su cuenta, sólo se puede saber
si se le encuentra. Cuando se sabe (o debe saberse) que varias niñas y
mujeres han desaparecido en la misma zona de Iztapalapa, o que en
municipios colindantes el crimen organizado o desorganizado atrae con
drogas y fiestas a chicas cada vez más jóvenes o, sin más, las priva de
la libertad, las usa y puede llegar a matarlas, ¿por qué no se asume esa
realidad? Sabemos ya que la prevención es ajena a las autoridades, pero
la investigación con resultados y la sanción no pueden seguir en el
aire. La sistemática falta de búsqueda inmediata y continuada de las
desaparecidas lleva a preguntarse si se trata sólo de incapacidad o
desidia o si, como en otros casos, hay colusión y corrupción.
En septiembre de 2018 se creó en la Ciudad de México una Fiscalía
especializada en búsqueda de personas desaparecidas. Aunque el trato a
las familias ha mejorado, no hay resultados que demuestren un compromiso
serio para resolver los casos de desaparición y prevenir el
feminicidio. Como planteó en marzo el Espacio Universitario de
Acompañamiento a la familia de Mariela Vanessa, contra la impunidad
sistemática, urge que “lo sistemático sea la verdad, la justicia y las
búsquedas con presunción de vida. Y la atención de manera diligente en
todos los casos de desaparición”.
*Ensayista y crítica cultural, feminista.
Imagen de Anaiz Zamora Marquez
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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