Los clarividentes
económico-financieros, que abundan en el país, auguran un negro futuro
para el país, dadas las decisiones que adopta la actual administración
gubernamental en la materia. Quién sabe si habría que darles crédito,
porque en gobiernos pasados sus respectivas bolas de cristal de plano no
dieron una en sus predicciones, pero el hecho es que –cuando menos
hasta ahora– se registran unas tres docenas de adivinadores que (al
cierre de la semana pasada) proyectaban para 2019 un crecimiento de
entre 1.8 y 0.5 por ciento, rangos lo suficientemente apartados entre sí
como para concederles cierta consistencia.
Cierto es que la economía mexicana no pasa por su mejor momento
–aunque en los hechos acumula 36 años al hilo en esa tesitura–, pero no
ayuda que entre sí choquen cada uno de los clarividentes, siempre en
defensa de sus propias estimaciones que a la hora de la hora resultan
muy distantes entre sí. En vía de mientras, el Centro de Estudios de las
Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados expone las
expectativas y los riesgos para el crecimiento económico mexicano en
este agitado 2019, y de su análisis se toman los siguientes pasajes.
El Fondo Monetario Internacional proyectó que el crecimiento
económico de Méxicose mantendría por debajo de 2 por ciento entre 2019 y
2020, al situarlo en 0.9 y 1.9 por ciento, respectivamente, lo que
explicó, por la debilidad de la inversión y la desaceleración del
consumo privado, reflejo de la incertidumbre política, el debilitamiento
de la confianza y el aumento de los costos crediticios.
En su documento de Pre-Criterios 2020, la Secretaría de
Hacienda prevé un intervalo de crecimiento para la economía nacional de
entre 1.1 y 2.1 por ciento en 2019, y de 1.4 a 2.4 en 2020. En la
encuesta del Banco de México (BdeM) en julio anterior, el sector privado
revisó a la baja su perspectiva de crecimiento económico para 2019;
anticipó un incremento de 0.79 por ciento, cuando a finales de 2018
había estimado 1.89. Para 2020 lo estima en 1.47, mientras en diciembre
lo esperaban en 1.96 por ciento. Según la más reciente Encuesta de
Citibanamex, el promedio de las expectativas de crecimiento económico
para México este año es de 0.5 por ciento, cifra por debajo del promedio
anticipado en enero pasado (1.8). En tanto, para 2020 se prevé un
aumento de 1.4 por ciento, inferior al que anunció en enero (1.9).
Por su parte, el sector privado estima que entre los principales
factores que podrían limitar el ritmo de la actividad económica del
país, por orden de importancia, son: incertidumbre política interna;
expectativa sobre la situación económica interna; problemas de
inseguridad pública; política de gasto público; plataforma de producción
petrolera; debilidad del mercado interno; debilidad del mercado
externo, y debilidad de la economía mundial (estos riesgos han estado
presentes en los considerandos del sector privado desde tiempos de
Felipe Calderón, cuando menos). Para 2020, este sector ajustó a la baja
su estimación sobre el crecimiento de la actividad económica.
En su reciente anuncio de política monetaria, el BdeM señaló que en
el segundo trimestre de 2019 continuó el estancamiento de la economía
mexicana que ha registrado en los trimestres previos, asociada a mayor
debilidad en la mayoría de los componentes de la demanda agregada, por
lo que las condiciones de holgu-ra en la economía siguieron relajadas y
ante el entorno de marcada incertidumbre el balance de riesgos para el
crecimiento continúa sesgado a la baja.
Ese es el panorama del CEFP, por lo que es de esperar que en su kermés los clarividentes vuelvan a fallar.
Las rebanadas del pastel
Excelente noticia: el precio del oro reporta el mayor
nivel en seis años. La mala es que México cuenta con enormes reservas de
ese metal, pero todas están en manos de mineras canadienses y tres
barones autóctonos. El beneficio, pues, no es para el país.
Twitter: @cafevega
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