John M. Ackerman
Está fuera de cualquier
duda el compromiso de la primera jefa de Gobierno electa de la Ciudad
de México, Claudia Sheinbaum, y la primera procuradora general de
Justicia de la capital, Ernestina Godoy, con la causa feminista. Ambas
vienen de largas trayectorias de lucha desde los movimientos sociales y
han asumido con enorme responsabilidad sus nuevas tareas públicas.
Desde el primer día de su mandato, Sheinbaum cumplió con su promesa
de campaña de transformar el Instituto de las Mujeres en una Secretaría
de las Mujeres con el fin de dar la más alta prioridad a las políticas
de género. El 13 de diciembre de 2018, la jefa de Gobierno nombró como
responsable de esta cartera a la destacada activista de la sociedad
civil Gabriela Rodríguez, quien ha denunciado el hecho intolerable de
que en la Ciudad de México 43 por ciento de las mujeres viven en
condiciones de pobreza; 30 por ciento no tienen ingresos propios; 19 por
ciento no cuentan con servicio médico; 79 por ciento han enfrentado
algún tipo de violencia, y nacen 52 bebés por cada mil menores de edad
en la capital.
El 17 de abril de 2019 se instaló el primer Consejo de Gabinete para
el Seguimiento de las Políticas de Igualdad, lo cual obliga a todas las
secretarías a garantizar la perspectiva de género en absolutamente todas
sus acciones. El gobierno local también ha establecido 27 centros,
Lunas, para ofrecer atención jurídica y sicológica a mujeres víctimas de
violencia durante las 24 horas al día. Existe una nueva red de
información que registra en tiempo real todos los datos sobre violencia
de género. Se han establecido Redes de Mujeres por la Igualdad y No
Violencia en toda la ciudad, así como una Red de Hombres Jóvenes por la
Paz para generar una nueva cultura de respeto y de igualdad. Todos estos
esfuerzos se han implementado con la activa participación de la
sociedad civil.
Respecto de la procuración de justicia, al llegar a su cargo Godoy
estableció inmediatamente Módulos de Abogadas de las Mujeres en las 78
agencias del Ministerio Público para dar acompañamiento personalizado a
las mujeres que quisieran denunciar cualquier abuso en su contra. La
procuradora también ha transformado de manera radical cómo se investigan
los feminicidios e implementado un programa de capacitación con
perspectiva de género para todos los trabajadores de la procuraduría. La
nueva administración también ha reactivado los Centros de Justicia para
las Mujeres, aumentando 80 por ciento la cantidad de carpetas de
investigación.
En respuesta a las movilizaciones más recientes, Sheinbaum ha
anunciado que trabajará cercanamente con los colectivos que protestaron
para consolidar las estrategias gubernamentales. No ha habido un solo
acto de represión contra la ciudadanía ni se ha utilizado a la
Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México para acosar a
activistas. Mientras, las autoridades ya detuvieron al presunto agresor
del reportero Juan Manuel Jiménez y avanzan en sus investigaciones del
caso de la denuncia de violación por policías de una menor de edad en
Azcapotzalco.
Recordemos también que la Ciudad de México cuenta ya con uno de los
marcos jurídicos más avanzados del mundo en derechos y libertades de las
mujeres. La nueva Constitución de la Ciudad de México defiende con
particular claridad estos principios y contamos también con una Ley de
Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, una Ley de Igualdad
Sustantiva entre mujeres y hombres de la ciudad y una Ley para Prevenir
y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México. La capital también
ha estado a la vanguardia internacional con respecto al derecho a la
interrupción legal del embarazo y el derecho al matrimonio igualitario.
Se justifica plenamente el enorme coraje e indignación por la
violencia contra las mujeres, pero también es importante saber
distinguir bien entre los aliados y los adversarios de la causa. Por
ejemplo, llama la atención cómo algunos activistas y políticos, hombres y
mujeres, han intentado utilizar esta digna causa para fines políticos.
Han querido montarse a la ola de legítima protesta para atacar
injustamente al gobierno más feminista que tenemos hoy en la República.
De manera hipócrita, muchas de las mismas voces que mantuvieron un
silencio cómplice con los gobiernos de PAN, PRI y PRD, y condenaron el
supuesto
vandalismode los maestros de la CNTE o los estudiantes de Ayotzinapa, ahora celebran con particular emoción la violencia ejercida contra símbolos del gobierno local. Y no es gratuito que el símbolo de la diamantina rosa haya sido retomado por algunos de los representantes de la derecha más retrógrada y machista del país ávidos de utilizar cualquier causa para avanzar en su
golpe blandocontra la Cuarta Transformación. Este símbolo originalmente se usó como protesta contra el abuso policial pero ahora encarna el peligroso principio de
todos son iguales.
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