Rebasado y sin perspectiva de género
La
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos (ONU-DH) confirmó que el Mecanismo de Protección para Personas
Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas no cuenta con suficientes
recursos humanos y económicos para dar respuesta a los requisitos
legales y las necesidades reales de protección.
En el documento “Diagnóstico sobre el funcionamiento del Mecanismo”,
que se presentó la ONU-DH este 26 de agosto en la Comisión de Derechos
Humanos de la Ciudad de México (CDHDF), advierte que una de las
principales carencias del Mecanismo son sus recursos humanos; desde el
año 2014 se ha mantenido funcionando con 36 funcionarios, mientras el
número de personas protegidas aumentó desde entonces 236 por ciento.
Con ello, cada persona que opera funciones de seguimiento debe
atender un promedio de 155 personas beneficiarias y al 24 de abril de
2019 estaban pendientes 114 reevaluaciones y 22 evaluaciones,
equivalente a poco más de tres meses de trabajo.
La ONU-DH adviertió que sin un enfoque de prevención y sin anular las
causas del riesgo no se va a disminuir la necesidad de protección
individual y finalmente el Mecanismo será insostenible. De mantener la
actual tendencia para 2024 serían aproximadamente 3 mil 400 las personas
acogidas al mismo. Por ahora, hasta el 30 de abril de este año, el
Mecanismo protege a 903 personas.
El diagnóstico lo realizó la oficina del Alto Comisionado a petición
de la Secretaría de Gobernación (Segob), en este también se hace notar
la falta de perspectiva de género en el Mecanismo y el doble riesgo que
corren las mujeres periodistas y defensoras de Derechos Humanos.
La ONU-DH a través de la realización de 26 entrevistas con mujeres
beneficiarias encontró que es evidente la falta de integración de la
perspectiva de género en diferentes procesos del Mecanismo,
especialmente en el caso de periodistas y defensoras en condición de
desplazamiento.
Del mismo modo se indicó que las mujeres no solamente se enfrentan a
riesgos específicos como la violencia sexual, sino también con
situaciones específicas que incrementan su vulnerabilidad, tales como la
desigualdad económica, política y social que las coloca en una clara
desventaja frente a los hombres.
En el caso de las agresiones sufridas por las mujeres defensoras,
estas adquieren a menudo un tinte de género, señala la evaluación; desde
la desacreditación por no encajar en el papel socialmente pre asignado,
pasando por amenazas de violación y agresiones físicas con rasgos
sexuales.
En tanto las periodistas, como ha documentado la organización
Comunicación e Información de la Mujer AC (Cimac) “hacen un doble
esfuerzo para ganar prestigio y credibilidad por lo que obligarlas a
abandonar su trabajo no sólo les genera un entorno de miedo, también
provoca un efecto negativo para la incursión de las mujeres en el
periodismo”, recopila el diagnóstico.
En el informe “Herencia de un sexenio: simulación y desplazamiento.
Violencia contra mujeres periodistas 2012-2018” hecho por Cimac se
documentó 422 casos de violencia contra mujeres periodistas durante el
último sexenio, un aumento de 22 por ciento de agresiones en relación al
sexenio anterior.
En 2018, en la última revisión que hizo el Comité para la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus
siglas en inglés) instó al Estado mexicano a aplicar la perspectiva de
género en el Mecanismo “a fin de prevenir, investigar y enjuiciar las
agresiones y otras formas de abuso contra periodistas y defensoras de
los Derechos Humanos y castigar a sus autores y adoptar medidas eficaces
para luchar contra la impunidad.”
No obstante, la ONU-DH nuevamente por medio de este diagnóstico tuvo
que insistir en mantener un equilibrio de género en la contratación de
personal; garantizar la aplicación de la perspectiva de género en las
medidas de protección brindadas; considerar la revisión del catálogo de
medidas y la necesidad de priorizar medidas que puedan adaptarse a la
situación de vulnerabilidad especialmente de las mujeres; además generar
información desagregada.
SIN PREVENCIÓN
De acuerdo con las estadísticas publicadas por el Mecanismo y
retomadas en este diagnóstico en 55 por ciento de los casos en los que
se identificaron los presuntos perpetradores, éstos eran servidores
públicos.
Sin embargo, lamentó la oficina de la ONU en México, actualmente el
Mecanismo no cuenta con criterios de actuación respecto a la pertinencia
de condenar públicamente cualquier ataque por parte de servidores
públicos; dar vista a la fiscalía correspondiente para que se inicie una
investigación criminal; e iniciar el procedimiento correspondiente de
control y sanción administrativa.
Al mismo tiempo que identificó que el enfoque primordialmente del
Mecanismo es evitar la consumación del daño sin priorizar la atención a
las causas que generan el riesgo a las personas defensoras y
periodistas. Por ello, en 2017 solamente 10 casos se cerraron por
disminución de riesgo, en 2018 ninguno.
Otras de las carencias encontradas al Mecanismo tiene que ver con el
seguimiento a los cambios en la situación de riesgo de las personas
beneficiarias, incluidas las emergencias. Según el documento, la central
de monitoreo es operada por una empresa contratada para tal fin y sólo
atiende situaciones reportadas a través del botón de asistencia, hechos
que generan preocupación, ya que sólo la mitad de las personas que
cuentan con esta medida –quienes representan la mayoría- la utilizan.
En suma, el personal de la empresa contratada no tiene el mismo grado
de preparación para reaccionar a este tipo de emergencias, ni el mismo
conocimiento de los casos que las y los funcionarios del Mecanismo, y
tampoco disponen de la misma capacidad de incidencia en comparación con
las autoridades que pueden actuar de manera inmediata.
Imagen retomada del Twitter de ONU-DH
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.
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