Ciudad de México. Las trabajadoras del hogar
remuneradas de Guerrero demandaron al Estado y a la sociedad acelerar su
incorporación a la seguridad social y el aumento de su salario ante la
contingencia generada por el COVID-19.
Por medio de un pronunciamiento en redes sociales, las Trabajadoras
del Hogar Remuneradas Guerrerenses, –que integran la Red Nacional de
Trabajadoras del Hogar– informaron que el llamado el COVID19 se suma a
los factores que agravan las condiciones de vida y de trabajo de las 2.4
millones de mujeres que se emplean en el sector de limpieza, con
quienes el Estado y la sociedad aún mantiene una “deuda histórica”.
Las trabajadoras organizadas señalaron que, en medio de esta
contingencia sanitaria, ellas no cuentan con un empleo estable y que su
sobrevivencia diaria depende del trabajo que, en algunos casos,
consiguen uno o dos días a la semana.
Sus salarios oscilan entre los 30 y 200 pesos, y se negocian de común
acuerdo con sus empleadores y empleadoras, ya que la Comisión Nacional
de Salarios Mínimos (CONASAMI ) aún no ha decretado de manera oficial el
monto de salario mínimo profesional que deberá observarse en el
territorio nacional y que, de implementarse, ya obligaría a quien
contrata sus servicios a pagar el salario mínimo que ascendería a 248
pesos con 79 centavos.
Las trabajadoras también denunciaron que se observa “lentitud y
desinterés” por parte del Estado mexicano para proporcionarles seguridad
social, ya que hasta el momento son ellas quienes tienen que promover,
atender y realizar los trámites para la afiliación al régimen del seguro
social (IMSS) ante la indiferencia y negligencia de sus empleadores y
de los funcionarios del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Las trabajadoras del hogar destacaron que, en el caso de las mujeres
adultas mayores, enfrentan mayor dificultad para emplearse, así como
mayor riesgo de sufrir contagio o la muerte. Además, las trabajadoras
del sector limpieza son las más susceptibles a perder el empleo por la
puesta en práctica de medidas de distanciamiento social y de
confinamiento en los hogares.
“Quedamos sobre todo en esta temporada de semana santa sin ninguna
posibilidad real de contar con algún ingreso económico para sobrellevar y
tener mejores posibilidades de atender nuestra salud y alimentación y
la de nuestros hijos y estaremos sufriendo una y otra vez situaciones de
discriminación por que en muchos de los casos nuestros empleadores no
nos proporcionan la misma alimentación sino la de días anteriores”,
expresaron.
Por todo ello, las trabajadoras demandaron al Estado mexicano y a la
sociedad reconocer la importancia de su trabajo en la actual
contingencia originada por el COVID-19; visibilizar y tomar en cuenta
sus acciones de cuidado en los hogares mexicanos con base en las medidas
aplicadas y por aplicar para esta contingencia.
También pidieron que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social,
el IMSS, y la Secretaría de Bienestar implementen un programa inmediato
de atención especial a las trabajadoras del hogar para que puedan
sobrevivir y atender las necesidades de alimentación y salud para que
ellas y sus familias también puedan enfrentar el distanciamiento social y
el confinamiento en sus hogares.
Las trabajadoras pidieron que de manera inmediata se les afilie al
regimen del seguro social para que, de manera ágil y expedita, accedan a
su Derecho Humano a la Salud.
Si bien, éstas son deudas históricas que las distintas dependencias
del gobierno federal mantienen con las trabajadoras del hogar, el pasado
20 de marzo, la STPS publicó la “Guía de acción para los centros de
trabajo ante el COVID-19”, que no tiene perspectiva de género ni integra
la situación participar de este sector.
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