Juan Arturo Brennan
Recordemos hoy a Adolphe Sax
(1814-1894), diligente artesano fabricante quien, al dar vida al
singular instrumento que en su nombre lleva ese apellido, ocasionó una
de las revoluciones musicales más importantes de la era moderna. En el
entendido de que muchos de nosotros (sí, los que tenemos la fortuna de
poder hacerlo) estamos dedicando parte de nuestro tiempo de cuarentena a
mirar y escuchar música, mi sugerencia de hoy es prestar una buena
cuota de atención al saxofón.
De entrada, va mi recomendación de cuatro obras concertantes que
ocupan un lugar destacado en el repertorio, y que fueron escritas por
Glazunov, Ibert, Villa-Lobos y Dubois. (Feliz casualidad: las cuatro han
sido grabadas en cedé, con Eugene Rousseau como solista.) En
particular, el primer movimiento del concierto de Pierre-Max Dubois,
menos conocido que las otras tres obras, es una joya. También sería
importante escuchar el Scaramouche de Milhaud y, por supuesto, la Rapsodia de
Debussy. Un dato relevante para ayudar a su búsqueda, lector, lectora:
la mayoría de las obras concertantes son para saxofón alto, mientras el
repertorio para los saxofones soprano, tenor y barítono es
significativamente menor. Hablando de lo cual, además del repertorio
concertante y de cámara para el saxofón, también existe una serie de
obras que precisamente aluden a la familia saxofónica (?) básica, que es
el cuarteto. En este rubro, además de cuartetos para saxofones, hay
algunos conciertos muy interesantes para cuarteto y orquesta, escritos
por compositores como Wuorinen, Nyman, Glass, Bolcom, Aho y otros. En la
medida en que me queda corto el espacio para mencionar a tantos buenos
saxofonistas del ámbito de la música de concierto, elijo recomendar muy
enfáticamente, buscar y escuchar, a Sigma Project, cuarteto de
saxofonistas españoles cuyo trabajo ejemplar en la creación, promoción y
divulgación de la música de nuestro tiempo es digno de ser conocido y
reconocido.
Una vez dicho lo cual, queda claro que la mejor inmersión que se
puede hacer en el rico mundo sonoro del saxofón está en el jazz. Y aquí,
la guía o recomendación puede volverse, casi literalmente infinita,
pero intentaré mantenerla en un nivel escueto y manejable.
No sólo por el valor intrínseco de su música, sino también por su
historia personal y por la enorme influencia que ejerció en los
saxofonistas que le siguieron, yo pondría a la cabeza de todos a Charlie
Parker. Y después de él, los demás, sin un orden particular y siguiendo
en buena medida mis propias preferencias. ¿Una docena, por ejemplo?
Aquí va: Sonny Rollins, Stan Getz, Paul Desmond, Wayne Shorter,
Cannonball Adderley, Coleman Hawkins, Dexter Gordon, Gerry Mulligan, Jan
Garbarek, Sidney Bechet, Lester Young y Branford Marsalis.
Se preguntarán ustedes por qué el saxofón y no otro instrumento.
Elegí hoy el saxofón para recordar que el 9 de septiembre de 2019 la
joven saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos fue rociada con ácido por
órdenes de un troglodita (macho, priísta y gasolinero, combinación
tóxica si las hay), a cambio de unos cuantos pesos para un par de
sicarios. Elegí el instrumento de María Elena Ríos en un intento (quizá
vano) para expresar mi convicción de que en medio del horror global en
el que estamos sumidos es imperativo no olvidar esos otros horrores
individuales; es fundamental que la situación actual no conduzca al
olvido, al ocultamiento, a la impunidad. El presunto culpable está
preso. ¿Qué sigue? ¿Revictimización de la víctima? ¿Desaparición de
testigos? ¿Desvanecimiento de pruebas? ¿Un carpetazo más para añadir a los miles y miles que han hecho de nuestro poder judicial una cloaca sin fondo? O, mucho más probable, ¿maiceo impune de los fiscales y jueces de nuestro impresentable sistema de
justicia? Esta nación en la que es perfectamente posible, sin cimiento moral alguno y sin temor a la retribución, rociar de ácido a una saxofonista y bañar de cloro a una enfermera, ¿es el México noble, solidario, generoso y unido que tanto cacaraquean nuestras
fuerzas vivas? Ciertamente, no.
Con mi deseo de que se haga justicia. Con mi deseo de que María Elena Ríos pueda seguir sonando su saxofón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario