Autonomía económica, física y política para las mujeres en LA
Por Miriam, González, enviada
Brasilia, Brasil 14 jul 10 (CIMAC).- El trabajo es la base de la igualdad entre mujeres y hombres, para ello es fundamental lograr una autonomía económica, física y política de las mujeres, señala el documento “Que Estado para qué Igualdad” presentado por la Comisión Económica para America Latina (CEPAL) durante la XI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se realiza aquí.
El informe analiza los logros y los desafíos que enfrentan los gobiernos de la región en materia de igualdad de género. “No será posible lograr igualdad laboral, mientras no se resuelva la carga de trabajo no remunerado y de cuidado, que recae históricamente sobre ellas, hay que buscar los mecanismos que integren la esfera pública con la privada”, señaló Alicia Barcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
Además de centrarse en la necesidad de visibilizar el valor económico y social del trabajo remunerado y no remunerado, cuidado de terceros principalmente, así como la importancia de empoderar a las mujeres en el ejercicio de sus derechos, a elegir y a participar, de manera igualitaria, en la esfera laboral y en las instancias de toma de decisiones, sostuvo.
Propuso tres ejes fundamentales para el ejercicio de esta igualdad laboral. Un Estado garante de la titularidad de derechos humanos, igualdad en lo público y lo privado y una redistribución del trabajo remunerado y no remunerado.
Planteados a través de 3 autonomías fundamentales para el desarrollo de las mujeres; la autonomía económica, que implica el control sobre los bienes materiales y recursos intelectuales así como la capacidad de decidir sobre sus ingresos.
La integridad y autonomía física, requisito indispensable para el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos. Mientras que la autonomía política tiene que ver con la representación paritaria en los espacios de toma decisiones, especialmente en los gobiernos y parlamentos.
“Estas tres autonomías se encuentran reflejadas en el Observatorio de igualdad de género de América Latina y el Caribe, cuyos resultados son este documento, que servirá de guía para que los países revisen sus actividades, en torno a la igualdad de género” subrayó la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
Es así como se hacen necesarias las políticas públicas que reformen los vínculos entre las tres instituciones fundamentales de la sociedad: Estado, familia y mercado, para articular un nuevo pacto social de redistribución del trabajo total (remunerado y no remunerado) entre mujeres y hombres, a fin de facilitar el acceso de ellas al mercado laboral como parte de sus derechos humanos, dijo la ex Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica de America Latina y el Caribe (ECLAC)
”Es necesario que el Estado tome todas las medidas necesarias, ya sean legislativas, institucionales, educativas, de salud, fiscales o de participación de las mujeres, en la toma de decisiones para así eliminar los sesgos de género en el mercado laboral, superar la brecha salarial, la segmentación y la discriminación contra las mujeres.
”Además de garantizar los derechos de las mujeres en el mercado laboral y familiar, para que cuenten con las herramientas adecuadas que les permitan conquistar estas tres autonomías y generar una institucionalidad sólida y con capacidad normativa que haga valer sus derechos”.
BUENAS PRÁCTICAS
Cabe señalar que algunos países han dado ejemplo de buenas prácticas para reconocer el valor del trabajo no remunerado y de cuidado de los otros, ya sea mediante reformas constitucionales como en el caso de Venezuela, Bolivia, República Dominicana y Ecuador, o a través de leyes y políticas específicas que incentivan la igualdad de género en el Mercado laboral como en los casos de Brasil, Costa Rica, Argentina, México, Chile, España y Uruguay.
En Latinoamérica, las mujeres no sólo dedican más tiempo que los hombres, al trabajo doméstico, o de cuidado no remunerado, sino que su carga de trabajo es mayor que la de los hombres, sin embargo siguen siendo subrepresentadas en el mercado laboral.
Ejemplo de ello es Brasil donde las mujeres dedican 56.6 horas semanales al trabajo total, mientras que los hombres ocupan 52 horas. En México las mujeres dedican 76.3 horas, contra sólo 58.4 de los hombres.
Cifras de 2008 muestran que 31.6 por ciento de las mujeres de 15 años o más en la región, no tenía ingresos propios, mientras que solo 10.4 por ciento de los hombres estaba en esa condición.
El documento incluye un análisis sobre Igualdad y desarrollo, el trabajo remunerado, las políticas laborales y de protección social y la economía del cuidado.
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