11/28/2010

Salinas y el desguace del Estado mexicano



Álvaro Cepeda Neri

El sociólogo, analista político y periodista Ignacio Sotelo, quien publicaregularmente sus textos en el periódico español El País (con su edición enMéxico), nos brindó, para decirlo en la jerga muy hispana de la cruel matanzade toros en las corridas, dos orejas y un rabo con su escrito titulado “Eldesguace del Estado mexicano” (aparecido en ese diario el viernes 5 denoviembre, claro, de este año en vísperas de su final).

Lo del desguace, nosinforma doña María Moliner, en su diccionario, viene de desguazar y significa(todos los días algo nuevo se aprende): desbaratar un madero con el hacha;deshacer, por inútil un barco y, también, desmontar cualquier estructura. Actoseguido entramos in media res (en medio del asunto), donde don IgnacioSotelo, quien “al toro por los cuernos”, dice y dice bien, que desde hace 16años, con Salinas se “desplomó” el Estado mexicano.

Es obvio que don Ignacio, como la mayoría de los analistas, confunde Estadocon uno de sus órganos, el Gobierno, pero lo pasamos por alto, ya que lofundamental es que el periodista peninsular da en el clavo de la actual crisismexicana, al afirmar que “Salinas dejó a la sociedad a merced de los gruposcapaces de imponerse por la corrupción y la fuerza”. Ya con De la Madrid,quien empolló a Carlos Salinas de Gortari, el narcotráfico alzaba la cabezaretadora. Pero en el salinato, Manuel Buendía, nuestro columnista víctima dehomicidio gubernamental (cuando De la Madrid era el “señor presidente”), yahabía estado analizando el entramado de intereses entre narcos y funcionarios(lo que incluye a militares y policías), que ahora mismo es el doble problemaque baña en sangre al país: la corrupción y el narcotráfico.

El presidencialismo o sea el gobierno federal, si bien acotado y fortalecidoa la vez por lentas y pocas reformas y ya tocado en su lado democrático-republicano desde Díaz Ordaz, se colmó de un nuevo autoritarismo quepareció romperse con la victoria de la oposición, no fue así ya que las dosalternancias tras el zedillato, han servido para maldita la cosa. Y la transicióna más democracia se ha congelado (consultar el libro de Sergio AguayoQuezada: Vuelta en U, de editorial Taurus). Y porque Fox y Calderón han sidopolíticamente, un par de liliputienses. Cuando requerimos, con urgencia, unpolítico que aspire a Estadista.

No es como dice don Ignacio, el vacío del Estado, sino el vacío gubernamentaldemocrático y republicano lo que genera mayor crisis política, de inseguridad,empobrecimiento, desempleo, etcétera, ya que desde hace al menos 10 añosno hay políticas públicas económicas ni sociales, mientras se concentra lariqueza en los dos polos: Slim y Joaquín Guzmán, el Chapo, donde banqueros,patrones, empresarios ya provocaron la crisis general que amenaza con estallarpor hambre, despidos masivos, corrupción, inseguridad e injusticias, que ya noaguanta la Nación. En el texto, don Ignacio puntualiza que ellos, con Salinas,son taifas en cuyas manos estamos y que significa: gente despreciable. Sí, sonunos taifas.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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