Carlos Fazio / Prensa Latina
El pasado 12 de noviembre, durante una entrevista exclusiva con el noticiero estadunidense CBS Evening News with Katie Couric, el presidente mexicano, Felipe Calderón, dijo poseer un búnker subterráneo súper secreto para combatir a los cárteles de la economía criminal.
Tras reiterar que su estrategia militar contra el narcotráfico es la única opción viable, declaró que el denominado Comando Central de Inteligencia tomó como modelo el búnker del programa de televisión 24, la exitosa serie de espionaje de la cadena Fox.
"Yo quería todos los juguetes, todos los instrumentos necesarios para ser superiores a los criminales", dijo Calderón. Mientras la conductora Katie Couric alababa la lucha anticrimen de Calderón, se exhibían imágenes de aparatos y pantallas de alta tecnología que reciben información de cámaras, sensores y computadoras generando y analizando inteligencia sobre narcotráfico.
No obstante, es de presumir que una revelación de la revista Proceso le estropeó la noche a Calderón en Yokohama, dos días después, durante la clausura del Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC).
El domingo 14 de noviembre, en una gran foto de portada, la influyente publicación mexicana exhibía un moderno edificio enmarcado en un titular que decía: "Reforma 265. El centro de espionaje de Washington". En interiores, el hallazgo periodístico desnudaba que desde agosto pasado y bajo la cobertura de una denominación equívoca: Oficina Binacional de Inteligencia (OBI), funciona un gran centro de espionaje de Estados Unidos en el corazón de la capital mexicana.
Sólo que de ser el mismo búnker al que se refería Calderón, éste no es subterráneo sino que ocupa el piso 22 y los tres niveles de penthouse del edificio comercial ubicado en el número 265 de la avenida Paseo de la Reforma, a unos 250 metros de la embajada de Estados Unidos. Según Proceso, la OBI alberga oficiales de inteligencia estadunidenses, predominantemente militares, que podrán operar en México desde el Distrito Federal sin necesidad de que Washington tenga que encubrir a sus agentes como diplomáticos.
La revista enumera a poco más de una docena de agencias de espionaje estadunidenses que operarán desde ese cuartel general, incluidas la DIA del Pentágono, la CIA (Agencia Central de Inteligencia), la antidrogas DEA y el Buró Federal de Investigaciones (FBI).
De acuerdo con el semanario, el establecimiento de la Oficina Binacional de Inteligencia, que comenzó a operar el pasado 31 de agosto, venía siendo negociado por Washington desde el gobierno de Vicente Fox y fue finalmente autorizado por Calderón.
La decisión, que no habría contado con el aval de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina de Guerra, habría sido alcanzada en marzo último tras un encuentro de Calderón con el titular de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Dennis Blair, en esta capital.
Según Proceso, desde la OBI Washington podrá investigar y vigilar a las organizaciones criminales, pero también distintas dependencias gubernamentales locales, incluidas las secretarías de Defensa y de Marina, así como las representaciones diplomáticas extranjeras acreditadas en México. El edificio de la OBI está ubicado a un lado de la Bolsa Mexicana de Valores, en una zona de "blancos suaves", según la definen los servicios de inteligencia en referencia a la eventualidad de un ataque a intereses de Estados Unidos en México.
Además de la misión diplomática de Estados Unidos, en ese punto de la ciudad de México se ubican representaciones de empresas transnacionales como Ford, American Airlines y los hoteles Marriot y Sheraton, entre otros. El edificio está emplazado en una zona donde operan bancos, empresas comerciales y oficinas privadas. Según una foto de la publicación, en la azotea del inmueble se observan una veintena de platos satelitales colocados justo encima del logotipo de la empresa de telecomunicaciones Axtel. "Es la mejor cobertura para la operación de las agencias", dijo a Proceso la fuente que le proporcionó la ubicación.
La apariencia ordinaria del inmueble es la mejor manera con la cual Estados Unidos suele disfrazar sus centros de inteligencia en todo el mundo. De acuerdo con el semanario, el alcance y poder de la OBI en México es similar al del Centro de Inteligencia de El Paso, Texas (EPIC), que venía monitoreando hasta ahora dos programas pilotos "binacionales" en los corredores Tijuana-San Diego y Ciudad Juárez-El Paso.
Es de cajón concluir, sostienen observadores, que tras la instalación de la OBI Washington logró dar un paso largamente anhelado, que inevitablemente lleva a una mayor dependencia de los servicios de seguridad e inteligencia mexicanos a sus contrapartes estadunidenses.
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