Campaña Regional por una Maternidad Libre y Voluntaria
Testimonio
Modesta de la Cruz, hospital de Ometepec, Guerrero
Por Sandra Torres Pastrana, enviada
Ometepec, Gro, 30 nov 10 (CIMAC).- “Cuando tuve mi primer embarazo yo tenía 14 años, y la gente me decía, cuando te dé dolor vas hacer fuerza, y cuando te salga el agua es porque ya viene tu cría, por más 15 minutos va tardar, pero en el hospital aunque ya había quebrado el agua, me tardaron un día y medio para que me sacaran a mi bebé, a pesar de que yo ya me sentía mal y tenía dura pero bien dura mi panza”.
Es la historia de Modesta de la Cruz Rodríguez, quien a sus 34 años de edad tiene seis niños, el primero enfermó y murió, y quién sería su séptimo hijo tuvo la misma suerte, sólo que éste caso se debió a negligencia médica.
Modesta vive en la colonia Cruz Verde, en el municipio de Ometepec, Guerrero. Ella habla español y nos cuenta, “todos mis hijos fueron atendidos por doctor pero particular, el único que fue atendido en el hospital fue mi niño el que se murió”.
“Yo me estuve checando en el Centro de Salud de Huajintepec y ahí me dijeron que mi hijo no iba a nacer bien, porque venía sentado, que era necesario me fuera al hospital porque me iban hacer cesárea, me dieron el papel para que yo me fuera al Hospital de Ometepec y me hicieran un ultrasonido”.
Ahí me dijeron, “usted se queda porque su niño ya va a nacer, me pasaron, me checaron y me bañé, pero después dijeron, usted no va a tener a su bebé ahorita, pues no tiene ni dolor ni nada, pero me tuvieron ahí esperando, luego me dijeron, sálgase al pasillo a caminar y me salí”.
Ahí un doctor me dijo, usted no va a tener a su bebé ahorita, sino hasta dentro de dos o tres días, yo le digo “oiga doctor si yo ya quebré el agua”, y me aseguró, no usted no va a parir, usted sálgase porque las que estaban adentro –que gritaban bien feo- son las que van a parir, y usted no grita, me dijo.
“Yo le dije, como voy a gritar doctor si yo soy madre de cinco niños, no soy primeriza, pero me dijo mira, también ellas son madres de tres o cuatro hijos, y como quiera gritan, a ellas si les duele”.
Afuera encontré a un doctor que conocí en Huajintepec y le dije que no me querían atender. Fuimos de nuevo para adentro y él le dijo a otro doctor que ya se me estaba pasando el tiempo del parto, que el bebé ya no se movía.
“Se juntaron otros cuatro o cinco doctores y me estaban cheque y cheque nomás, que puro que no abría y que no sé qué cosa y entonces les dije, pues ya mejor déjenme y me salí. Le dije a mi esposo vamos a otro hospital, porque aquí la verdad me van a matar”.
Después de eso, se metió mi cuñada y le dijo al doctor que me tenían que hacer una cesárea, que eso decían los papeles y ya se los habíamos entregado, fue hasta entonces cuando después de tres días y medio me hicieron la cesárea, ya no se me movía mi niño.
El cirujano me dijo que ya no le funcionaba el corazón a mi hijo y me preguntó si lo quería tener normal o por cesárea, “yo le dije, si viene bien que sea normal, pero después me dijo acuéstese en la camilla y me iba a poner una inyección para que me apuraran los dolores.
“Yo miré todo, cómo me raspaban cuando me sacaban a mi niño y el doctor me dijo que había salido un poco enfermo, luego el mismo oxigeno que yo tenía –porque me puse mal- se lo pusieron a mi niño, pero ya no reaccionó, no lloró, no pujo, ni nada”.
Ya después yo le preguntaba al doctor y a las enfermeras que me iban a checar, que como estaba mi niño y me decían, “madre no se preocupe su niño está bien, esta en cuneros”, siempre me dijeron así.
El segundo día me pusieron a caminar y me dijeron que me bañara.
Mi cuñada y mi esposo ya sabían que mi niño había muerto, pero nadie me había dicho nada, hasta que llegó una de mis hermanas y escuché que les dijo que porqué no me habían dicho que mi bebé se había muerto, entonces yo ya no supe nada me puse mala.
La hermana de Modesta, le propuso reclamar, le dijo que estaba en contra de que doctores y enfermeras, le dijeran que su hijo estaba bien y que no le hubieran hecho rápido la cesárea, “pero no quisimos hacer nada, de todas formas mi hijo ya no iba a regresar”.
Mejor ya hicimos la cuenta en la farmacia, continúa Modesta, pregunté si me iban a regresar lo que había gastado en las medicinas que no tenía el hospital, - habíamos gastado bastante-, pero nadie sabía nada. La cesárea se pagaba con lo del Seguro Popular, por eso no tuve que pagar.
“Ya después ellos me pusieron cita, pero ya no fui, le dije a mi esposo que yo a ese hospital jamás vuelvo a regresar, mejor me fui al Centro de Salud de Huajintepec y ahí me sacaron las puntadas y ahí me estuvieron checando”.
“El cuerpo de mi hijo, se lo dieron a mi esposo en una cajita y lo enterró, pero nunca lo vio, aunque la hoja de alumbramiento dice que nació vivo, me lo dieron muerto”.
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