1. Los profesores de preescolar, primaria, secundaria, del Poli y la UPN, deben tener (con excepción de unos cuantos luchadores sociales) vergüenza de estar desde 1943 en un sindicato (SNTE) que los ha mantenido supeditados y oprimidos. En vez de que su sindicato –con alrededor de un millón 500 mil asociados- le haya servido para exigir y pelear por una buena educación nacional y buenas condiciones de trabajo, su SNTE durante 70 años sólo ha servido para que sus líderes se enriquezcan con los cientos de millones de pesos de cuotas sindicales y con el dinero que los distintos gobiernos les han dado a los dirigentes para ponerse a su servicio. Pero no solo los profesores deben avergonzarse, también el pueblo mexicano que con su poco instrucción, ha permitido la opresión durante un siglo, por lo menos, a pesar de que la mayoría sufre pobreza, miseria y hambre.
3. No debe olvidarse que el capitalismo domina en el mundo por el total control que tiene de los empresarios y Estados, de los ejércitos, las policías y las armas; pero domina –sin duda con mayor efectividad- a través de la ideología que ha impuesto en las escuelas, los medios de información, la iglesia y las costumbres. Pareciera que toda la gente ha sufrido un proceso de profunda domesticación para que no enfrente a la muy minoritaria clase dominante. Esos cuatro medios (escuela, iglesia, información y costumbres) han sido determinantes para fijar la ideología individualista y lo grave es que los profesores –que bien podrían ser los sujetos pensantes- no parecen darse cuenta de nada. Enseñan lengua nacional, español, gramática, aritmética, matemáticas y muchas materias sin analizar por qué lo hacen, a no ser que sea para justicar el cobro de un salario.
5. Los gobiernos, empresarios y sus medios de información (TV, radio) propagan las 24 horas del día que los profesores no deben meterse en política y que sólo deben enseñar en su salón de clase, lo que les ordenen en sus planes; lo mismo dicen de los obreros y campesinos cuando hacen paros o huelgas: “que deben trabajar, producir y no meterse en política”. El gobierno habla de 200 días, muchos días pero no dice que lo que se enseña es a repetir los conocimientos de memoria mientras se educa en la sumisión, la disciplina, la obediencia, los valores empresariales y de la iglesia. Y los profesores, como no piensan, no se dan cuenta de la ideología que le meten en la cabeza a más de 35 millones de estudiantes. Por eso los alumnos cuando dejan de estudiar o reciben sus títulos ya están bien domesticados, con la cabeza llena de valores que los hace esclavos y sumisos, sin dignidad.
7. Los maestros del país tienen algunas ideas acerca de la cacique sindical Esther Gordillo, puede que un alto porcentaje la respete o burle de ella, pero muy pocos conocen su política. Los profesores aprendieron a “dar clases”, a sentirse “responsables”, a ser una “autoridad” en su salón; pero jamás –como en casi todas las profesiones universitarias y politécnicas- aprendieron a pensar, a reflexionar de manera independiente. Más bien: sí aprendieron a pensar pero con una ideología individualista que los alejó de cualquier lucha colectiva. Por eso Esther Gordillo, Jongitud y Robles mantuvieron sus cacicazgos y los profesores siempre han sido víctimas de engaños de parte de sus líderes y del mismo Estado. Pero ser sumisos no solo es una maldición o desgracia de los profesores sino también del 90 por ciento de todos los sectores de trabajadores del país.
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